La militancia de los principales partidos de la oposición marchó desde Los Dos Caminos con la intención de llegar a la sede de Corpoelec en El Marqués. Sin embargo, un piquete de la Guardia Nacional evitó que llegaran a su meta con lo que la marcha culminó como muchas otras, en la frustración de los opositores que inclusive soportaron la burla de un grupo de simpatizantes del chavismo.
Caracas. Este jueves los partidos de la oposición venezolana retomaron las calles con una marcha que tuvo como objetivo mostrar solidaridad con el pueblo del Zulia, estado que atraviesa una de las peores situaciones de todo el país a causa del colapso de servicios. No obstante, para el momento en el que la movilización culminó lo único que se había logrado fue aumentar la frustración de sus militantes.
El punto de encuentro fue el centro comercial Millenium Mall, ubicado en Los Dos Caminos, al este de Caracas, y ahí, desde las 9:00 de la mañana empezaron a reunirse los simpatizantes de los principales partidos políticos de la oposición: Un Nuevo Tiempo, Voluntad Popular, Primero Justicia y Acción Democrática. El objetivo: llegar a la sede de Corpoelec en El Marqués para protestar por los constantes apagones en el Zulia.
Ahora bien, los opositores no eran los únicos que escogieron ese punto para reunirse previo a una movilización. A pocos metros, un grupo de simpatizantes del chavismo también hizo presencia para, según dijo una de ellas, “rechazar el criminal bloqueo económico contra el país y ser solidarios con los pueblos de América”.
Eran dos realidades totalmente opuestas: por un lado los opositores con grandes banderas de los partidos pidiendo “libertad”, y por el otro los chavistas bailando tambor y lanzando fuegos artificiales al aire.
No se registró ningún hecho de violencia entre los dos grupos y, pasadas las 11:00 de la mañana, la marcha opositora se enrumbó por la avenida Rómulo Gallegos hacía El Marqués. Al frente, diputados y dirigentes de los partidos animaban a los marchistas que caminaron unas cuatro cuadras sin encontrar ningún inconveniente, eso hasta que llegaron a Boleíta.
Cuando la marcha pasó la intersección con la calle La Venezolana, un grupo de al menos 50 efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana ya se encontraba esperándolos con un piquete que incluía par de vehículos blindados para obstaculizar la vía. La marcha prefirió evitar problemas y cambió la ruta para llegar a la avenida Francisco de Miranda.
Cuando la manifestación llegó a El Marqués y se disponía a subir a la avenida Sanz para llegar a la sede de Corpoelec, un nuevo obstáculo apareció: un segundo grupo de chavistas, quienes llegaron a la zona en camiones con banderas del Partido Socialista Unido de Venezuela, se interpuso en la vía entre la marcha y su meta. Eran aproximadamente 100.
Ambos grupos se encontraron cara a cara y, a pesar de un fuerte cruce de palabras, fueron los chavistas quienes optaron por retroceder al verse superados en número. Retrocedieron, pero se quedaron en el lugar intercambiando insultos con los opositores. “Paramilitares”, “Rastrojos”, “Traidores”, “Chávez vive”, se escuchaba desde el lado chavista, mientras que desde el opositor respondían con “marginales”, “sucios”, “criminales”.
Cuando los chavistas se retiraron, los opositores descubrieron para su decepción que la GNB había puesto un nuevo piquete, esta vez con “mariposas”, vehículos que extienden barreras de metal que cubren toda la calle.
Algunos manifestantes golpearon y patearon la barrera, lo que demostraba la frustración que ya se había estado acumulando. “Siempre es lo mismo”, llegó a decir una joven que desde un lado de la barrera trataba de convencer a los efectivos de la GNB para que dejaran pasar la manifestación.
Obligados a parar por no tener otro camino que tomar, dirigentes como Juan Pablo Guanipa y Pablo Pérez optaron por declarar a los periodistas desde el medio de la calle a pocos metros del piquete de las fuerzas de orden público, pero ellos no eran a quienes los marchistas querían oír.
“¿Y Guaidó?“, preguntó un joven encapuchado que había acompañado la marcha desde Los Dos Caminos al percatarse de que quien había convocado la movilización no solo no había marchado, sino que tampoco estaba ahí, frente a los militares. Su pregunta no tuvo respuesta, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y encargado de la República, y líder actual de la oposición, no acudió a la movilización.
A la marcha en total le tomó poco más de una hora llegar desde su punto de salida en el Millenium Mall hasta el piquete de la GNB en la avenida Sanz, pero una vez llegada ahí, y sin forma de pasar la barricada, solo aguantó 15 minutos antes de retirarse en frustración.
“No volverán, no volverán“, entonaba en coro el grupo de 50 chavistas que desde la redoma veían con placer como la marcha opositora se retiraba del lugar rumbo a la Francisco de Miranda, en donde unos se retiraron caminando y otros abordaron autobuses. La marcha, que apenas logró reunir un millar de personas, solo sirvió para frustrar a quienes acataron el llamado a protestar.
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