11 años inconclusa tiene la nueva sede del Jardín de Infancia “María Teresa Toro” en Maracay

María Teresa Toro

La matrícula de 150 niños de las etapas maternal y los tres niveles de educación preescolar, es atendida desde 2012, en dos espacios que fueron cedidos por la Unidad Educativa estadal “Víctor Manuel Patiño”, ubicada en la Barraca. Una estructura de hierro oxidada, rodeada de maleza, confluye con las dos aulas derruidas que los propios docentes intentan recuperar para dar inicio al nuevo período escolar.

Maracay. Fue construido en 1955 para atender a los hijos de los trabajadores del ambulatorio “María Teresa Toro”, ubicado en la Barraca de Maracay. Sin embargo, de manera paulatina fue recibiendo a los niños de la comunidad. Desde entonces, ya han transcurrido 67 años de funcionamiento del hoy conocido Jardín de Infancia nacional bolivariano “María Teresa Toro”.

Pero las casi siete décadas de esta institución educativa, pionera en la atención maternal y de educación inicial y preescolar en la capital aragüeña, hicieron mella en su estructura, lo que ocasionó que el gobierno nacional a través de la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas, FEDE, iniciara la construcción de una nueva sede para el jardín de infancia, que hoy está paralizada.

Es una obra paralizada desde hace 10 años y en espera de una respuesta de los entes responsables”, refirió la profesora Yamilét González, directora del jardín de infancia “María Teresa Toro”.

En 2010, el jardín de infancia evidenció graves fallas de infraestructura. Sus instalaciones comenzaron a ceder y las paredes se cayeron.

“El cuerpo de bomberos realizó una inspección a la institución y la declaró inhabitable”, detalló la directora del plantel.

Entonces, en julio de 2011, FEDE aprobó la construcción de un Simoncito compacto en los mismos terrenos en los que ha funcionado el preescolar “María Teresa Toro”. desde su creación.

De esa nueva sede, solo existe una oxidada estructura metálica y la losa del piso. Alrededor de ella, mucha maleza y dos pequeños salones que no fueron demolidos pero que están a punto de caerse y sobre los que penden gigantescas ramas de unos árboles con colmenas de abejas.

Lo que queda en pie del preescolar, es la vocación de servicio de los 10 docentes que mantienen operativa a la institución.

María Teresa Toro
Insalubridad es lo que se observa en los baños de la UEE Victor manuel Patiño, a la que acuden más de 400 niños. Foto Gregoria Diaz

Un contundente no, fue la respuesta de los docentes cuando se les preguntó si las brigadas comunitarias militares para la educación, Bricomiles, han ejecutado algún trabajo de reacondicionamiento o rehabilitación en la institución.

Muestras de descuido

En un recorrido realizado por el equipo de Crónica.Uno se constató, cómo los propios educadores del prescolar “María Teresa Toro”, realizan labores de desmalezamiento y limpieza de estas dos aulas que han quedado como recuerdo de una emblemática edificación educativa en la ciudad.

Nuestra sede está inconclusa, por lo que hacemos vida dentro de esta escuela con una matrícula de 150 niños de 2 a 5 años, desde maternal y hasta los tres niveles de educación inicial”, explica la directora.

Y es que desde 2011, los docentes y alumnos del jardín de infancia, debieron mudarse a dos espacios que les fueron cedidos por la Unidad Educativa Estadal “Víctor Manuel Patiño”, que también se encuentra en muy mal estado.

Allí, tampoco se evidencia la intervención de las llamadas Bricomiles, ni de ninguna institución responsable por el mantenimiento de las escuelas.

La escuela está deteriorada, los baños y la pintura . Todo está feo. Hace muchos años que no le meten la mano a esta escuela”, dice la señora Juana Guerra, representante de tres nietos que acuden a esta institución.

Crónica.Uno pudo corroborar esta denuncia. En el recorrido por la escuela, se evidenció la maleza que sin embargo, deja ver las corroídas paredes con dejos de pintura.

María Teresa Toro
La cocina de la UEE Víctor Manuel Patiño. foto Gregoria Diaz

La cocina está insalubre y con malos olores, unos baños llenos de hojas y piezas sanitarias sin llaves, mientras que desde una improvisada tubería, sale un fino chorro con el que se llenan unos pipotes que suelen desbordarse e inundar los espacios, es solo parte del deterioro que evidencia esta institución que atiende a una matrícula superior a los 400 alumnos

No obstante, en ambas instituciones, ya se inició el proceso de inscripción y reinscripción para el período escolar 2022-2023.

La vieja sede del preescolar fue declarada inhabitable. foto Gregoria Diaz

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