Juan Carlos Dao, presidente de la institución, dijo que están conscientes de la necesidad de controlar la inflación, pero esto ha sido a costa de la reducción del crédito bancario con la elevación del encaje legal, una medida a que está vigente desde finales de 2018.
Caracas. La banca venezolana es uno de los sectores que sigue sin contarse en la tímida recuperación de otros como el farmacéutico, la industria de alimentos, comercio y servicios o el petrolero. El freno al crédito bancario, así como la reducción de su tamaño desde 2013, hace que el sector opere con altos niveles de ineficiencia.
“La banca es reflejo de la economía de todos los países, si la economía no está bien la banca no está bien”, dice Juan Carlos Dao, presidente de Bancaribe.
En 2014, el Producto Interno Bruto (PIB) de la banca llegó a ser de 8 %, pero para 2019 no llegaba ni a 1,8 %. “Eso es prácticamente la desaparición de la actividad bancaria”, apuntó Dao en el congreso de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) celebrado este jueves 21 de julio.
El presidente de Bancaribe advirtió que hoy la banca opera con un nivel de ineficiencia cercano a 80 % y que varios factores han influido en ese desempeño. Entre ellos la caída en el volumen del comercio exterior, la sobrevaluación de la moneda y las sanciones estadounidenses, que a su juicio han generado una desconexión entre las empresas nacionales con el comercio internacional.
Pero además, mencionó la prolongada hiperinflación, que se mantuvo entre finales de 2017 y 2021. El apagón de marzo de 2019, el cual provocó la caída de los medios de pago en el sector y propició el uso de divisas para cancelar bienes y servicios ante el blackout. O el impacto que tiene el plan de ajuste macroeconómico vigente.
Dao indicó que están conscientes de la necesidad de controlar la inflación, pero esto ha sido a costa de la reducción del crédito bancario con la elevación del encaje legal, una medida a que está vigente desde finales de 2018.
El sector también se ha visto obligado al reacomodo ante la apertura del mercado cambiario y los depósitos en moneda extranjera, así como a la transformación digital.
“A pesar de que la banca se ha empequeñecido creo que es importante decir que no ha estado paralizada. Hemos preservado su sostenibilidad, hemos atendido el deterioro de la relación costos-ingresos, la adaptación del modelo de negocios y la preservación del conocimiento en un escenario de alta rotación”, sostiene.
El activo total de la banca venezolana cerró 2020 en $5668 millones, un descenso de 6,15 % en comparación con 2019 cuando se ubicó en $6040 millones. En 2018, el activo bancario expresado en divisas fue equivalente a $7273 millones, lo que significa que en dos años la caída fue de 22,06 %.
La Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) estima que el activo de la banca venezolana es el más pequeño de la región, incluso superado por el sistema bancario de Nicaragua que para el primer trimestre de 2020 tenía activos por $6674 millones.
Un reporte de ICEX España Exportación e Inversiones señala que el PIB de las Instituciones Financieras y Seguros de Venezuela arrastró una caída acumulada de 92 % entre 2014 y 2020.
El Banco de Venezuela (banco público) se mantiene como líder absoluto por tamaño del activo con un total de $3801,3 millones hasta diciembre de 2020, el cual equivale a un 66,8 % del mercado total.
Al evento organizado por Conindustria asistieron los ministros Hipólito Abreu de Industrias y Producción Nacional, Dheliz Álvarez de Comercio y el viceministro de Comercio Exterior y Promoción de Inversiones, Héctor Silva. Al cierre los ministros manifestaron la voluntad de mantener un diálogo constante con los empresarios.
“Que este sea siempre el espíritu, el diálogo permanente, que nunca se debió perder. Hemos tenido conversaciones francas y sinceras más allá de las diferencias –que las tenemos– el deseo es ver a Venezuela recuperarse. Nos hizo daño el extremismo de ambas partes y el presidente Nicolás desde hace tiempo viene convocando las mesas de diálogo”, indicó la ministra de Comercio, Dheliz Álvarez.
La funcionaria señaló que las sanciones no solo han afectado al gobierno nacional, sino también al sector privado y que a pesar de ello la economía creció en 2021. Según datos oficiales, el PIB aumentó alrededor de 4 % el año pasado y se estima que este 2022 crezca dos dígitos.
Podemos decir que el crecimiento es poco, pero es milagroso porque hemos recuperado estos puntos frente a condiciones muy adversas. Tenemos las puertas abiertas en función del punto de encuentro que es nuestro país”, expresó Álvarez.
Al igual que el tono que ha mantenido Fedecámaras al indicar que el modelo rentista se agotó y que se debe elevar la producción para recuperar el salario de la población, la ministra de Comercio expresó: “Todos coincidimos en que el modelo de la renta se agotó y debemos avanzar hacia una economía real, una economía productiva. Reiteramos en nombre del presidente y vicepresidenta nuestras puertas abiertas”.
Recientemente, Fedecámaras lanzó en su asamblea anual, celebrada en la ciudad de Mérida, el programa Propositivas 2035. Allí hace propuestas para desarrollar una economía inclusiva y enmarcada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, que –entre otras cosas– busca cerrar las desigualdades y que las empresas tengan una visión hacia la sostenibilidad del medioambiente.
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