Primera jornada de flexibilización transcurrió entre desconcierto y poca información

primera jornada de flexibilización | población está en pobreza extrema

En líneas del transporte público ubicadas en La Rinconada no dejaban subir a las personas de la tercera edad ni a niños. En el Metro, que además presentó falla en la Línea 2, solo podían entrar quienes mostraban un carnet laboral, ni el salvoconducto funcionaba. 

Caracas. “¿Qué edad tiene usted? ¿Sabe que la tercera edad no puede salir esta semana de flexibilización? Entonces regrese a su casa”. Eso le vociferaba a una señora un funcionario de la PNB, delante de un tumulto de personas que no dejaban entrar al Metro de La Rinconada.

El policía, con la cédula de la mujer aún en sus manos, repetía: “Ya tenemos más de dos meses en esto y la gente no entiende”. Con sus gestos hacía referencia al grupo de aproximadamente 50 personas que se quedó varado en las puertas del subterráneo. “No tienen carnet laboral, no pueden entrar, nada de salvoconducto”, decía.

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Foto: Luis Morillo
Más gente en las calles

Ahora bien, el mensaje llegó a todos. Trabajarán en franjas de horarios los bancos, las peluquerías, los talleres mecánicos, la industria del textil y calzado, ferreterías, tiendas de autopartes y consultorios odontológicos.

Y para esa “normalidad relativa” había que garantizar por lo menos dos cosas: gasolina y transporte público y subterráneo.

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Foto: Luis Morillo

Para el combustible se estableció una ruta con aumento de 5000 bolívares por litro, bombas asignadas, fechas y horarios para los conductores.

Y para el transporte público se puso un horario de 7:00 a. m. a 5:00 p. m. manteniendo una distancia de metro y medio entre las personas, medida sanitaria que no se aplicó este 1° de junio. Pero tampoco se venía cumpliendo, pues ya se veía las camionetas rodando hasta con pasajeros guindando en las puertas.

Este lunes, luego de los anuncios gubernamentales, salió más gente y las paradas en La Rinconada, en Plaza Venezuela, en El Silencio, por citar tres puntos álgidos, tenían largas colas de usuarios a pesar del alto costo del pasaje, entre 10.000 y 20.000 bolívares dentro del mismo municipio. Sin embargo, no todos los ciudadanos podían, en el caso específico de La Rinconada, hacer uso de ese servicio.

La limitante no solo era el dinero o el uso del tapabocas. “La tercera edad no puede subir, tampoco los niños, ¿o usted quiere que la policía no me deje circular?”, decía uno de los conductores de la ruta que va hacia La Panamericana.

Foto: Luis Morillo

Mi sobrina se tuvo que ir a pie por el cerro. Caminará con las niñas como cuatro kilómetros hasta el sector Felipe Acosta. Salimos temprano al hospital Vargas a llevar a una de las pequeñas que tiene fiebre y ahora nos encontramos con esto”.

Los niños y la tercera edad, por el plan 5×10, deben quedarse en sus casas. Eso lo aclaraba un funcionario policial. Y era lo que repetía el otro policía a la señora que retuvo por unos minutos en las puertas del Metro. 

Ella pensó que podía usar el subterráneo porque no la dejaron subir a la camioneta y así pasó con muchos trabajadores informales y de la construcción.

Las trabas en esta primera jornada de flexibilización estaban a la orden del día, también las confusiones y malinterpretaciones de las medias.

Esta mañana he visto que el flujo de pasajeros subió 70 % y aquí solo están trabajando las busetas de gasoil, porque las que usan gasolina están haciendo colas, dijo Richard Morales, conductor.

Solo están trabajando 125 unidades de 360 que cubren la ruta La Rinconada La Hoyada, de la línea Plaza España. Y así con la mayoría de las cooperativas que prestan el servicios.

Muchos pasajeros estaban desorientados pues no había información clara. Los buses con destino Charallave, cuyo pasaje estaba en 70.000 bolívares, tampoco dejaban subir niños.

Foto: Luis Morillo
El Metro selectivo y con fallas

En el Metro, funcionarios de la compañía no dejaban entrar con salvoconductos. “Ya no, en estos dos meses hemos tenido aquí una pila de papeles falsos y allá adentro hay mucha gente. Tiene que venir con su carnet del trabajo”,

¿Y si labora en una peluquería o en un taller mecánico?

Tiene que tramitarlo si quiere hacer uso de este servicio.

Medida que se repite en todas las estaciones operativas. Si no es un trabajador del Metro, es un PNB quien da la orden. 

Así sea de uno de los sectores no priorizados, mientras muestren el carnet, se puede entrar sin problemas.

“Eso no lo estamos pidiendo en las camionetas, y tampoco podemos dejar a un niños por fuera, si sus padres están pagando pasaje, ya uno resolverá con los policías”, refirió un conductor de la ruta Plaza Venezuela Las Adjuntas.

Lo que se aplica en una zona no funciona en otra.  Lo mismo sucede con el pasaje, mientras en ese tramo piden 20.000 bolívares a cada usuario, las unidades habilitadas por el Gobierno cobran 5000 bolívares. 

No obstante, no son suficientes para la demanda, y por ello las colas que se vieron en paradas como las de El Silencio y Zona Rental a propósito de la falla de la Línea 2, que solo estaba funcionando hasta La Paz

De ahí en adelante, hacia Caricuao y Las Adjuntas, oeste capitalino, no había paso de trenes debido a que el sistema de bombas que está entre Capuchinos y Maternidad, cerca de la estructura de ventilación, está fuera de servicio por las constantes fluctuaciones y cortes de energías. Eso hizo que el nivel freático llegara a la altura de las vías férrea y, por tanto, se suspendió el servicio.

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Foto: Luis Morillo

El Metro habilitó unas unidades de contingencia a mitad de mañana. Pero antes de ponerlas a rodar, y mientras las personas permanecían en las paradas, el ministro del Transporte, Hipólito Abreu, se subió a una de ellas para explicar cómo debía ser el distanciamiento social.

Foto: Luis Morillo

Este primer día de flexibilización de los 78 días de cuarentena desde que llegó la COVID-19 también estuvo marcado por las largas colas en las estaciones de gasolina y en las entidades bancarias.

Igual se observó que las barreras de circulación vial ya no estaban en puntos claves de las autopistas y principales avenidas. Se redujo el número de funcionarios policiales y se abrió el paso peatonal por el bulevar de Sabana Grande, donde algunas peluquerías y zapaterías levantaron sus santamarías.  

Foto: Luis Morillo
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Foto: Luis Morillo
Semana de flexibilización

Este 1° de junio comenzó la primera semana de flexibilización en medio de la cuarentena que se aplica en el país desde el 16 de marzo, a propósito de la pandemia generada por la COVID-19.

Este programa, que involucra a nuevos sectores de la economía, se inicia justo cuando en el país hay un ascenso de los casos: 948 en solo 15 días, del total de 1510 contagios.

Durante los dos primeros meses de la cuarentena, del 13 al 15 de mayo, los enfermos llegaron a 562 positivos. 

El gobierno de Maduro decía que la “curva estaba aplanada” y por eso se decretó el 26 de abril el primer “relajamiento” de la cuarentena para beneficiar a la tercera edad. Luego se incluyó a los niños. Para entonces había 325 enfermos y la cifra de fallecidos se mantenía en 10.

En el mes de mayo las estadísticas tuvieron variaciones, acordes incluso con los modelos proyectados por las academias y expertos en epidemiología, los cuales apuntaban a un repunte entre mayo y junio.

Durante la última semana de mayo epidemiológicamente la número 22 hubo 389 casos y la anterior 580, mientras que las muertes por el virus llegaron a 14, todo eso previo a la semana de flexibilización de la cuarentena. 


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