La producción de maíz se prevé que aumente 46 % en el ciclo 2021-2022 y la de arroz un 2 %. Los ingenieros agrónomos recomendaron a productores estudiar el mercado para no generar sobreoferta de algunos rubros. La crisis en Ucrania aumentó costos de fertilizantes e impactó en más de 30 % de incremento en costos de producción.

Caracas. 2022 se perfila como el tercer año consecutivo en el que la producción de cereales se pueda incrementar, incluso con las condiciones actuales de falta de financiamiento bancario y problemas con el combustible, con hectáreas productivas para cubrir hasta seis meses de requerimiento en el país.

La Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines (Sviaa) proyecta que para el ciclo de invierno el sector agrícola espera sembrar 810.000 toneladas métricas (t) de maíz y 152.000 t de arroz, 46 % y 2 % más –respectivamente– que en el ciclo 2020-2021 que fue cosechado a finales del año pasado.

El ingeniero Saúl López, presidente de la Sviaa, indicó que las proyecciones hechas por el gremio toman en cuenta el stock de insumos, semillas, fertilizantes, tierras aptas para producir y maquinaria existente (que tiene 70 % de obsolescencia) en el país. La situación económica actual, sin embargo, sigue dificultando alcanzar las cifras de hace 10 años, pese a los signos de recuperación lenta de la economía en el último año.

Organismos como la Cepal y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ubican entre 3 % y 8 % el crecimiento del producto interno bruto (PIB) venezolano en 2021 respecto al año anterior, principalmente por el repunte de las exportaciones petroleras, aunque cabe destacar que desde 2013 la economía nacional se contrajo más de 75 %.

De acuerdo con los cálculos de los ingenieros agrónomos, entre 2010 y 2016 el país llegó a producir entre 1 millón y 1,3 millones de toneladas de maíz y alrededor de 380.000 t de arroz, de manera que las cifras esperadas para este año representan entre 40 % y 60 % de la producción de esos años.

Otros rubros se mantienen iguales

Entre otros rubros agrícolas medidos por la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos, se encuentra que para el ciclo 2021-2022 se espera producir 10.000 t de palma aceitera (25 % más que en el período anterior), que se utiliza para elaboración de aceites, margarinas, cosméticos, jabones, entre otros productos.

López destacó, además, el rendimiento de la producción de caña de azúcar, que se recuperó más de 20 % en 2021 y este año se prevé que crezca un 10 % más. El ingeniero, sin embargo, alertó a los productores que deben hacer estudios de mercado antes de migrar a este rubro para evitar una sobreoferta y que aumenten los precios.

Si bien estimaciones como las de FocusEconomics fijan que el consumo privado aumentó hasta 3 % en 2021, el mercado sigue estando reducido debido a que el grueso de la población aún no recupera por completo su poder adquisitivo. El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) calcula que en el sector privado el salario promedio es de apenas $100 mensuales, pero la canasta alimentaria ya se ubica por encima de los $320.

Salvo esos dos rubros, otros como el algodón (75.000 t), la soya (10.000 t) y el sorgo (12.000 t) se espera que culminen el ciclo 2021-2022 con una producción muy similar a la del anterior por factores como la reducción del mercado, los problemas del combustible y altos costos de los fertilizantes debido al impacto de la invasión rusa a Ucrania.

El impacto de la crisis en Ucrania

A más de un mes desde que las fuerzas militares rusas invadieron Ucrania, los efectos de esa acción y las sanciones internacionales aplicadas a Moscú ya se hacen sentir en los precios de rubros e insumos. Saúl López, de la Sviaa, asegura que al menos 25 % del mercado de fertilizantes se produce en Rusia.

Y aunque afirman que la estatal Pequiven incrementó su producción y ya superó el total de 2021 (190.000 t de fertilizantes en el primer trimestre de este año), otros fertilizantes que no se producen en el país incrementaron sus costos hasta 150 % por el conflicto en Europa y ya afectan la producción agrícola nacional.

Producir una tonelada de maíz costaba alrededor de $900 el año pasado, ya ahora supera los $1250, dice el ingeniero. López destacó el hecho de que Pequiven aún esté vendiendo la tonelada de urea en $200 cuando en el mercado internacional ya se ubica en $1000 por tonelada y que probablemente va a faltar (oferta de fertilizantes), pero es mejor que lo que teníamos el año pasado.

Combustible e IGTF

El presidente de la Asociación Venezolana de Agricultura Familiar (AVAF), Juan Carlos Montesinos, destacó que con la reciente implementación del impuesto a las grandes transacciones financieras (IGTF), que grava 3 % de las operaciones en divisas y criptomonedas, es probable que los precios al consumidor de alimentos se incrementen entre 15 % y 20 %.

La aseveración coincide con lo expuesto por el presidente de Fedeagro, Celso Fantinel, quien dijo a Minuta Agropecuaria que el nuevo tributo se reflejará en el precio final porque tendrá que ser cobrado en cada nivel de la cadena de comercialización. Montesinos, de AVAF, afirmó que con la unidad tributaria actual cualquier proveedor o establecimiento puede ser contribuyente especial y, por ende, tendrá que cobrar el IGTF.

Sobre la crisis del combustible, Saúl López afirmó que sigue la incertidumbre en el sector, que requiere al menos 110 litros de diésel por hectárea para un total de cerca de 60 millones de litros en todo el ciclo. “Si se resuelve el tema del diésel, hay expectativas de que incremente la producción”

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