Programa de cirugía fetal avanza pese a las condiciones del sistema de salud pública en Venezuela

A pesar de operar con recursos limitados, en Venezuela los especialistas han realizado 12 procedimientos gratuitos, mostrando resultados positivos en el desarrollo de los bebés. Sin embargo, el sistema de salud enfrenta serias carencias, como falta de infraestructura y éxodo de médicos, lo que limita el alcance de estas intervenciones.

Caracas. En Venezuela, la primera cirugía prenatal se realizó hace un año, un nuevo logro para la medicina venezolana, bajo un contexto adverso. En Colombia, por ejemplo, un país vecino, este tipo de procedimientos comenzaron en el año 2005, lo que habla del atraso que existe en el país con respecto a este tipo de procedimientos quirúrgicos. Pero, hay especialistas que insisten en que no ha sido por falta de conocimientos.

Este tipo de cirugía se realiza con el feto dentro del útero de la mujer, cuando tiene entre 20 y 28 semanas de gestación. La bebé con espina bífida (deformación de la columna vertebral), operada hace un año, se encuentra en evolución satisfactoria, lo mismo que el 70 % del resto de bebés operados. Hasta la fecha los médicos han realizado otros 12 procedimientos, incluyendo uno de encefalocele occipital (defecto craneal). Todos completamente gratis.

“El hecho de que el feto esté siempre dentro del ambiente intrauterino nos permite preservar su medio, preservar su líquido amniótico. Además, en todo momento el feto es monitoreado por ultrasonido”, explica Juan Andrés Pérez Wulff, médico ginecólogo-obstetra, especialista en perinatología, cirugía y terapia fetal.

Juan Andrés Wolf, médico obstetra, programa cirugía fetal
Foto: Mairet Chourio
Beneficios de estas operaciones

Las intervenciones prenatales derivan de un estudio hecho en 2011, con más de 160 bebés con espina bífida. “Allí se evaluó si era mejor operar a estos bebés después de nacer o antes de nacer (in útero), que es lo que estamos haciendo nosotros. La evidencia que arrojó este estudio es que a los bebés les va mejor cuando se operan desde el útero, ya que esto representa grandes ventajas, sobre todo en su desarrollo cognitivo”.

Uno de los riesgos, desde el punto de vista obstétrico, de estas operaciones es que, después de finalizadas, las pacientes suelen tener riesgo de parto pretérmino, aunque algunas han llegado al término del embarazo después de las 37 semanas, explica Pérez Wulff.

Hay un porcentaje importante de estas mujeres que tienen partos antes del término. Eso nos obliga a tener apoyo de unidades de terapia intensiva neonatal. Es decir, tiene que ser parte del equipo para mejorar el pronóstico y desarrollo de estos recién nacidos. Posterior a eso, una vez que salen de la terapia intensiva, van nuevamente a evaluaciones neurológicas y de neurocirugía”.

Qué se necesita para estas intervenciones

Además de la necesidad de terapias intensivas neonatales, es necesario diversidad de especialistas. Pero el contexto actual de la salud pública en Venezuela no es alentador. Un ejemplo de esa realidad es que, desde 2018, en el estado Bolívar no hay hospitales pediátricos con terapias intensivas neonatales operativas.

Un dato del Programa de Respuesta Humanitaria de la organización no gubernamental Acción Solidaria estima que la salud pública en Venezuela redujo en 70 % su capacidad de respuesta desde 2016.

En los principales hospitales del país solo cuatro de diez quirófanos están operativos. Además, el desabastecimiento de insumos en los quirófanos alcanza 74 %, según un informe publicado por la organización Médicos por la Salud. A este panorama se suma que en 2023, la Federación Médica de Venezuela aseguró que al menos 42.000 médicos habían emigrado del país por los bajos salarios y las condiciones de los hospitales.

Costo en la salud privada

Dentro de la salud privada estas operaciones pueden llegar a costar hasta 20.000 dólares. Sin embargo, estos procedimientos tienen costo cero a través del Programa de Cirugía y Terapia Fetal. Las 12 cirugías hechas en Venezuela, hasta el momento, han sido en la Policlínica Metropolitana y en el Domingo Luciani.

Sin embargo, una limitación importante es que la terapia intensiva neonatal del Hospital Domingo Luciani, un centro tipo IV, de los más grandes del país, solo tiene cuatro camas operativas. Un recinto médico de esta magnitud debería tener entre 15 y 20 camas.

Para el doctor Pérez Wulff, otros aspectos que hacen falta para aumentar la capacidad de atención dentro de la medicina fetal venezolana son diagnóstico más temprano, que las pacientes sean referidas más temprano, mayor difusión del programa con el objetivo de llegar a una mayor cantidad de mujeres que tengan conocimiento de esto existe en Venezuela o creen que es muy costoso.

Un logro a pesar de las adversidades

Poder ayudar a pacientes que aún no han nacido e interferir en su desarrollo embrionario es “gratificante” para el equipo multidisciplinario que lleva a cabo estas cirugías en Venezuela. El Programa de Cirugía y Terapia Fetal se mantiene con ayuda de la Sociedad Venezolana de Obstetricia y Ginecología, la Policlínica Metropolitana y el Hospital Dr. Domingo Luciani.

El hecho de desarrollar este tipo de cirugías en Venezuela representa un avance. El país estaba atrasado en comparación con otros países de Latinoamérica. Estas operaciones son importantes porque estos pacientes vienen con un problema que puede corregirse para evitar secuelas neurológicas más adelante”, detalla el médico neurocirujano José Zerpa.

José Zerpa neurocirujano, programa cirugía fetal
Foto: Mairet Chourio

Por su parte, Pérez Wulff insiste en que este programa en Venezuela permite poner al país nuevamente a nivel de la medicina de primer mundo. No solo por el hecho del procedimiento, sino por todos los objetivos que estamos logrando. Entre esos, disminuir la morbilidad, disminuir la cantidad de secuelas, darle una mejor calidad de vida a todos estos fetos, pero también disminuir la mortalidad fetal.

Para el año 2013 ya existía en Colombia el primer centro de cirugía fetal. En la actualidad cuenta con seis centros en total, es decir, infraestructuras construidas para la atención exclusiva de este tipo de medicina.

En Venezuela, los especialistas dentro del programa insisten, no sólo en la falta de insumos y de profesionales que se sumen al programa, sino también en la necesidad de mayor infraestructura.

Los conocimientos los tenemos, lo que falta es la infraestructura para poder desarrollarlo”, añade Zerpa.

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