Al menos seis candidatos se mantienen en la fase 3 de la búsqueda de la vacuna para la COVID-19. El gobierno de Maduro señala que 500 voluntarios venezolanos participarán en la fase 3 de la vacuna rusa Sputnik V, sin embargo, las autoridades de ese país no han mostrado evidencias de su efectividad en las otras fases. La OMS y otros organismos internacionales solo reconocen seis posibles vacunas que están en fase 3 y la de Rusia no es una de ellas.

Caracas. A medida que la pandemia por el nuevo coronavirus sigue su curso, son más los gobiernos y empresas privadas que se unen a la carrera en búsqueda de una vacuna para la COVID-19 que permita inmunizar a la población, salvar vidas y recuperar una economía global que ya está en recesión.

Más de 23 millones de casos confirmados y 800.000 fallecidos alrededor del mundo ha sido el saldo de la pandemia global que comenzó en Wuhan, China, en diciembre de 2019 y que actualmente tiene su epicentro en América, con rebrotes en países de Europa y Asia.

El colapso de los sistemas sanitarios y la recesión económica han sido algunas de las razones por las que las principales potencias buscan activamente una vacuna, pero ¿qué tan cerca están de conseguirla?

Paso a paso

Para garantizar la seguridad de uso de una vacuna, y su eficacia, a escala internacional los estudios de investigación se realizan en distintas fases, cuyos cumplimientos son evaluados rigurosamente por la comunidad científica y organismos internacionales, como la OMS y la FDA, para su posterior recomendación a los países.

Hasta el 20 de agosto, la OMS contabilizaba 139 candidatos en evaluación preclínica y 30 en ensayos clínicos en desarrollo. De estos, once se encuentran en fase 1, diez están en fase 1 y 2 combinadas, tres en fase 2 y seis en fase 3.

Resultados en tiempo récord

Alejandro Rísquez, médico epidemiólogo y profesor titular de la Universidad Central de Venezuela (UCV), señala que –en condiciones normales, sin pandemia– el desarrollo de todas las fases de una vacuna puede tardar hasta diez años, aunque hay casos como el de la epidemia del ébola en 2009, cuya inmunidad tardó cuatro años en desarrollarse.

Los avances tecnológicos y la cantidad de recursos que se ha destinado a la búsqueda de una solución para esta crisis mundial dan un visto de esperanza. Aun así, Rísquez señala que se debe demostrar que las vacunas no representen peligros o generen reacciones alternas en el organismo.

El experto, quien es miembro del Comité de Vacunas de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (SVPP), señala que todos los candidatos vacunales que están en fase 3 cuentan con el aval de la OMS, salvo la que se está desarrollando en Rusia, pues no ha dado suficiente información de sus fases previas.

Es por ello que la SVPP no considera “desde el punto de vista ético, de seguridad y protección” el uso de la Sputnik V y la participación de venezolanos en los ensayos clínicos.

Diferentes métodos por un mismo objetivo

Actualmente hay cinco grupos desarrolladores en la búsqueda de la vacuna para la COVID-19. La más adelantada, a juicio de parte de la comunidad científica, es la que trabajan en conjunto la Universidad de Oxford y la empresa AstraZeneca.

La misma, denominada ChAdOx1-S, fue creada a partir del adenovirus que causa resfriado común en los chimpancés y que fue modificado genéticamente para producir proteínas y anticuerpos que respondan al coronavirus SARS-CoV-2. Otro de los métodos que está siendo utilizado para encontrar la solución para la pandemia es el de la inactivación del virus.

Consiste en usar parte del virus inactivado para así aplicarlo al organismo. De esa forma, el cuerpo reconoce sus proteínas y antígenos y es capaz de actuar contra ellos, por lo que si llega el virus contagiante, no va a afectarle, detalla el doctor Rísquez.

La OMS reconoce tres posibles vacunas en desarrollo que utilizan partículas inactivas del SARS-CoV-2: dos en China (investigadas por los Institutos Biológicos de Beijing y Wuhan) y una de la empresa china Sinovac, que en junio inició la fase 3 de sus ensayos en Brasil.

Así mismo, la empresa Moderna y el Instituto Nacional para Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (Niaid, por sus siglas en inglés) trabajan en una vacuna a partir del código genético del coronavirus que permita desarrollar anticuerpos y proteínas neutralizadoras, mismo experimento que adelantan las compañías BioNTech y Pfizer.

¿Hay fechas estimadas para las vacunas?

Tanto empresas privadas, como laboratorios y gobiernos del mundo han acelerado procesos –incluso ensayando varias fases al mismo tiempo– y la mayoría calcula que concluirán los estudios a partir del segundo trimestre de 2021.

Sin embargo, debido a la pandemia, las autoridades internacionales están siendo más flexibles en cuanto a la aprobación de cada uno de los pasos, siempre y cuando sus resultados no generen reacciones peligrosas alternas.

La vacuna para la COVID-19 que llevan adelante Oxford y AstraZaneca, por ejemplo, desarrolló fiebre o dolor de cabeza leve en 70 % de las personas que la recibieron en sus primeros ensayos, por lo que ha sido necesario seguir probando para garantizar su eficacia y falta de efectos secundarios.

La comunidad científica es optimista y, a juicio del doctor Rísquez, es probable que se empiecen a producir las primeras dosis seguras a finales de este año, aunque eso no es garantía de que se pueda volver a la normalidad en el corto plazo.

La accesibilidad

Desde que empezaron a hacerse los ensayos clínicos, la OMS ha advertido que podría producirse una crisis de obtención y suministro de vacunas y tratamientos para la COVID-19 –similar a la que ocurrió con los equipos de protección– si los países no toman medidas en conjunto.

Su director, Tedros Adhanom, llamó a prevenir un “nacionalismo de las vacunas” que amenace con exacerbar aún más la pandemia en otros países. La OPS, por su parte, ya señaló que mediante la iniciativa COVAX buscará garantizar 2000 millones de dosis de vacunas para la región hasta finales del año 2021.

Durante la primera fase, las dosis serán distribuidas de manera proporcional y simultánea a todos los países participantes (en COVAX), con el objetivo de reducir el riesgo global. En la fase 2, se tendrá en cuenta la amenaza y la vulnerabilidad de los países”, explicó Adhanom hace una semana.

El plan buscará dar prioridad a trabajadores sanitarios y personas de alto riesgo de mortalidad o con comorbilidades. La OMS calcula que la fase 1 de la distribución alcanzaría a 20 % de la población.

La incógnita de la vacuna rusa

Alrededor de la Sputnik V giran más dudas que certezas. Desde el anuncio hecho el 8 de agosto por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el programa ha estado en el ojo del huracán por no estar apegado a los protocolos y estándares internacionales.

Hasta ahora, Rusia no ha publicado estudios o datos sobre las pruebas y fases que realizó. Incluso la OMS tuvo que aclarar ante la opinión pública que no existe una “solución inmediata” para la COVID-19, luego de que el Kremlin anunciara con bombos y platillos que iniciará un plan de vacunación masiva en octubre.

Sobre la participación de voluntarios venezolanos en ensayos clínicos de la Sputnik V, las Academias de Medicina; Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales; la Red de Sociedades Científicas Médicas Venezolanas y la Alianza Venezolana por la Salud señalan que para ello deben evaluarse en pruebas preclínicas y de fase 1 y 2 en el país de origen, con resultados publicados en revistas científicas o detallados ante un Comité Científico Nacional.

Pronunciamiento de Academias y Sociedades Médicas sobre la vacuna rusa by Crónica Uno on Scribd

¿Qué hay de la que está desarrollando Cuba?

El 24 de agosto se inició la fase 2 del proyecto que adelanta el Instituto Finlay de Vacunas de Cuba, denominado “Soberana 01”, la cual podría ser la primera vacuna contra el coronavirus desarrollada en América Latina.

La investigación empezó en junio de este año y se enfoca en “las vacunas basadas en partículas semejantes al virus, que tienen ventajas en cuanto a la capacidad de potenciar y activar el sistema immune”, señaló entonces el director de Investigaciónes Biomédicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, Gerardo Guillén.

La de Cuba es una de las 10 que contabiliza la OMS en sus registros de fase 1 y 2 combinadas. Las autoridades de ese país estiman que los resultados que llegue a producir Soberana 01 serán divulgados el 15 de febrero de 2021.


Participa en la conversación