La noche del lunes tres sujetos hicieron su agosto en el Mercado Unido de la avenida Universidad. A un puesto de zapatos le llevaron seis millones de bolívares en mercancía
Yohana Marra/@yohanamarra
Caracas. La música que se oye a todo volumen a diario en la avenida Universidad, un poco después de la esquina de El Chorro, estaba apagada la mañana de este martes. La santamaría del Mercado Unido se encontraba abajo y los trabajadores afuera. ¿La razón? Habían robado varios locales entre la noche del lunes y la madrugada del martes.
Los comerciantes aguardaban mientras los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) inspeccionaban el lugar. Una vez salieron, todos retornaron a sus responsabilidades con el trago amargo de la pérdida monetaria. Las canciones volvieron a sonar y las víctimas tuvieron que ponerle una sonrisa a la indignación.
En su puestico, ubicado en una esquina en la entrada del mercado, estaba la señora Fátima Germán. Detrás del mostrador y rodeada de varios zapatos seguía atendiendo a quienes se acercaban a preguntar por el precio de algún calzado. Su cara escondía todas las deudas que le caen encima tras el hurto, pues calculó que se llevaron seis millones de bolívares en mercancía.
“Rompieron los candados del depósito. Principalmente vinieron por una botas 5.11, que usan los motorizados y cuestan como 19.000 bolívares, pero se llevaron docenas de zapatos completas. Dejaron varios tirados por el pasillo, tuvieron tiempo para jurungar”, contó.
El único vigilante que cuida el marcado fue atado con las trenzas de sus zapatos y lo metieron en el baño, donde fue golpeado. El testigo sostuvo que eran tres sujetos con gorras; salieron a las 2:00 am por la puerta principal, que da hacia la avenida Universidad, a escasos metros de una sede de Policaracas. Los afectados comentaron que hurtaron seis locales, sacaron televisores, celulares, cornetas, entre otras pertenencias.
El esposo de Fátima, Fernando Cruz, caminaba de un lado a otro cargando cajas y sacando una que otra cosita del depósito, sitio de donde más extrajeron zapatos. Él se mostraba más fuerte que su señora, como la llamó, alegando que por su enfermedad no puede tomarse tan a pecho las cosas. “Me dieron dos infartos, debo que estar relajado. Esto es un golpe bajo, pero hay que seguir trabajando para echar adelante”.
En un tono bajo, como apenado, sostuvo que a finales de año pensaba comprarse un carrito con los ahorros, pero esos planes se fueron al piso porque ni vendiendo todo lo que puedan en diciembre podrán cubrir los gastos de la deuda que tienen ahora.
Cabeza de familia
Esta pareja tiene más de 20 años en el país, aunque son ecuatorianos están nacionalizados y se sienten más que venezolanos. Son sustento de familia: mantienen a dos hijos y siete nietos que viven en Caracas y les envían remesas a sus otros tres hijos y 10 nietos en su país natal.
“Hoy se tenía que inscribir mi nieto en la universidad, ¿ahora cómo le doy el dinero? Por si fuera poco él mandó a arreglar su celular con un muchacho aquí mismo en el mercado y también se lo robaron. ¡Cuánto no cuesta un teléfono!”, dijo Fátima secándose los ojos que enseguida se empaparon de lágrimas.
La comerciante comentó que no tiene miedo sino indignación, pues a menos de una cuadra se mantienen funcionarios de Policaracas, debajo de la torre El Chorro, y le parece increíble que no hayan visto que los delincuentes sacaban tanta mercancía. “¿No sospecharon? A los trabajadores que se paran aquí si los quieren detener y quitarles mercancía. Deberían dar vueltas por toda esta zona que hay tantos comercios y bancos”.
Uno de sus nietos llegó al mediodía al puestico, saludó a sus dos abuelos y Fátima lo abrazó con desesperanza. Acto seguido dijo: “hay momentos que nos desmoronan de la noche a la mañana, aunque seamos fuerte. Mi esposo y yo trabajamos de domingo a domingo porque no queremos que nuestros hijos sean como nosotros”.
Es el segundo asalto que cometen en el Mercado Unido en el año, hace aproximadamente tres meses se metieron por el techo y también a los esposos Cruz les robaron zapatos, aunque no tanto como esta vez.
Fotos: Cristian Hernández
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