Para la directiva del Colegio Médico de Anzoátegui, el sistema de salud en la entidad está colapsado y prueba de ello es el brote de salmonelosis ocurrido a mediados de mes en la zona norte. Víctor Velázquez, presidente del gremio, sostiene que políticos de cualquier bando solo se centran en resolver el problema estructural y no en afianzar la medicina preventiva y optimizar los servicios públicos.

Barcelona. Las autoridades sanitarias de Anzoátegui confirmaron, el pasado 11 de diciembre, un brote de salmonelosis en la zona norte de Anzoátegui con 240 casos activos, cuyo foco principal se ubicaba en comunidades populares de la ciudad de Barcelona.

Para quienes regentan el Colegio de Médicos de la entidad, el brote de salmonelosis “deja en evidencia, el colapso de la salud en Anzoátegui”. A juicio de su directiva, en el estado no solo ataca el COVID-19, sino que el nuevo coronavirus se unió a la “guerra” que enfermedades como tuberculosis y paludismo mantienen desde hace tiempo contra los anzoatiguenses.

Víctor Velázquez funge como presidente del gremio en Anzoátegui y sostiene que, más allá de los anuncios del Ejecutivo regional sobre que esté tomando medidas para preservar la vida de los anzoatiguenses, la aparición de la salmonelosis es una muestra clara de que esos avisos no tienen la efectividad requerida.

El galeno dice que los números de los casos de salmonelosis mostrados desde el 11 de diciembre (240 casos) pudieron haberse quedado cortos, en la actualidad la cifra no solo pasa de 400, sino que a ellos también se unen más de 500 enfermos de tuberculosis que no están siendo atendidos e incontables casos de paludismo. “Todas las enfermedades están haciendo estragos en Anzoátegui”, cuenta.

Las cifras de paludismo se pierden de vista, porque a diario llegan pacientes a los centros de salud en búsqueda del tratamiento, que no llega. Esto nunca fue controlado, la tuberculosis anda a sus anchas porque tampoco hay tratamientos, los pacientes con cáncer se mueren porque tampoco llegan las medicinas. El sistema está colapsado, sostiene.

Según la distribución piramidal existente, todos los medicamentos para los tratamientos de salmonelosis, tuberculosis, cáncer y otras enfermedades deben ser enviados a la entidad a través del nivel central, que los distribuye por medio de un almacén robotizado ubicado en Barcelona y el gobierno regional debe informar de su existencia. A juicio de Velázquez, en la entidad no ocurre “ni una cosa ni la otra, simplemente nadie dice si hay o no medicinas”.

Nosotros pasamos a ser enemigos del Ejecutivo regional porque hemos advertido que esto está pasando, pero si ellos no denuncian que en la entidad no hay medicamentos para atender estas enfermedades, en cierto modo se convierten en cómplices de lo que sucede y del colapso del sistema de salud, refiere.

Denuncias flojas

En un comunicado de prensa emitido el pasado 24 de noviembre, el gobernador de Anzoátegui, Antonio Barreto Sira, exhortó al gobierno de Nicolás Maduro a enviar medicinas de calidad a los pacientes oncológicos del estado, puesto que sus vidas están en riesgo.

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Autoridades sanitarias afirman que realizan todas las acciones para combatir las enfermedades / Foto: Cortesía

Barreto Sira, además de exponer que pese a no tener recursos se han rehabilitado centros de salud y luchan por salvar vidas, en su comunicado denunció que un lote de medicamentos enviado a los pacientes del hospital oncológico infantil de Barcelona llegaron vencidos, por lo que no se pudieron suministrar a los pequeños.

Cada hora, cada minuto, cada segundo que se atrasan estos fármacos va en perjuicio de la salud de nuestros niños, el cáncer no espera y la angustia de estas familias es la angustia de todos los anzoatiguenses, esgrimió la autoridad regional en aquel entonces.

En las mediciones realizadas por el proyecto Encovi (Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2019-2020) manejado por la Universidad Católica Andrés Bello, Anzoátegui presentó una tasa de mortalidad infantil por diversas patologías de 21,8 % muy cerca del promedio nacional de 25,2.

Para Velázquez, las denuncias del gobernador deberían ser más enérgicas “porque de nada vale tener un hospital en pie, pero no tienes recursos”, dice.

El gremialista afirmó que parte del colapso en el sistema de salud ocurre porque los políticos, sean de un bando o de otro, solo se enfocan en atender lo estructural y no lo que de verdad importa, que es la medicina preventiva y orden en la prestación de los servicios.

La salud no es solo el hospital o el ambulatorio, la salud es un todo, desde que no se recoge la basura hasta el mal servicio de agua, un buen sistema de salud se mide porque el nivel de pacientes ingresados en un hospital sea mínimo. Aquí (Colegio Médico) llegan personas buscando tratamiento para el paludismo, pero eso no lo manejamos nosotros. Puedes meterle todos los recursos a los hospitales, pero de qué sirven si no hay medicina preventiva, personal y medicamentos, asegura.

Y para Velázquez, recursos no solo significa dinero, el gremio sostiene que actualmente hay un déficit en Anzoátegui de 60 % de enfermeras y 40 % de personal médico y prueba de ello son los cinco postgrados que han cerrado sus puertas en el hospital Luis Razetti de Barcelona, porque no hay personal que los curse.

Los sueldos son miserables, no hay transporte para acudir al hospital, yo no concibo que tengamos que hacer una cola para cargar gasolina y venir a trabajar, esto se suma a que no hay materiales e insumos para el trabajo. Cómo un profesional puede trabajar expuesto a todo por 6 dólares mensuales, aunque esto no lo parezca, también contribuye al colapso y a que no se atiendan estas enfermedades. Sin personal, ¿cómo se labora?.

Vecinos como Luis Molina, quien habita en la entrada del sector Boyacá III de Barcelona, comparten el señalamiento de Velázquez. “Cómo quieren detener una enfermedad si no reparan una fuga de aguas negras”, dice.

Molina se refiere al bote de aguas residuales que desde hace meses se registra en la avenida principal de Boyacá III, un riachuelo putrefacto que en medio de un brote de salmonelosis, es caldo de cultivo para la enfermedad.

Esto es invivible porque además de estar en riesgo, las aguas estancadas traen los zancudos. Nos han salido erupciones en la piel, aquí si no nos agarra el chingo lo hace el sin nariz. Le dices a Hidrocaribe que venga a arreglar eso y lo que hacen es un paño caliente, y mientras tanto nosotros recibiendo toda la contaminación, sostiene.

Velázquez llama a las autoridades a enseriarse en el manejo del sistema de salud, reactivar la medicina preventiva y hacer que los organismos encargados hagan una buena disposición de la basura y el servicio de agua sea de calidad. Todo eso contribuirá a tener calidad de vida y menos pacientes en los hospitales.


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