“Si no salimos a buscar los clientes, nos quedaríamos una semana sin comisiones”

La cuarentena y la crisis económica que vive el país obliga a que los vendedores de tiendas no prioritarias, como tecnológicas o de ropa y calzado, tengan que captar clientes a las afueras de centros comerciales y locales. 11 % de los trabajadores privados perciben ingresos por comisiones según la Encovi.

Caracas. Ni con delivery, ni ofreciendo los productos en los estados de WhatsApp, la tienda donde trabaja Hernán Escalona* pudo llegar a vender en las mismas cantidades que lo hacía antes de la pandemia. Además de la disminución en los ingresos del negocio, Hernán y otros tres vendedores estuvieron siete meses sin generar lo que más abultaba sus bolsillos: las comisiones.

Desde marzo de 2020, cuando empezó la cuarentena para prevenir contagios de COVID-19, los centros comerciales del país solo pudieron abrir a medias en caso de que entre sus locales hubiese farmacias, supermercados o venta de productos esenciales.

Entre esos no se encontraba el City Market, en el bulevar de Sabana Grande, pues es un establecimiento exclusivamente con tiendas de tecnología, ventas de comida rápida y uno que otro banco. No fue sino en octubre que el gobierno de Nicolás Maduro autorizó ampliar la flexibilización del “esquema 7+7”, incluyendo a esos locales.

los clientes
Foto: Luis Morillo

Fueron siete meses en los que los vendedores de tiendas tecnológicas (en su mayoría jóvenes de entre 20 y 30 años de edad) tuvieron que migrar al comercio electrónico y dejaron de percibir comisiones de la misma forma.

Fue difícil porque en la tienda uno le muestra a los clientes los beneficios de cada producto, comparas los precios de la competencia y a veces logras vender algún complemento o accesorio. Es muy distinto a cuando solamente puedes mandar audios y un catálogo por WhatsApp”, dice Hernán.

La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) refleja que, al primer semestre de 2020, 22 % de la población activa era empleado u obrero en una empresa privada y 11 % de ellos percibía ingresos por comisiones y propinas. El sector de servicios y comercio es el que más empleos ocupa (82 % del total).

Ingeniándoselas para seguir vendiendo

Durante las semanas de flexibilización, City Market y otros centros comerciales de Sabana Grande que se dedican a ventas de equipos tecnológicos reciben clientes sin inconvenientes, con la misma rutina de siempre. “Aunque sí ha bajado la clientela, menos en diciembre que hubo un repunte”, afirma Hernán.

En las semanas de cuarentena, los vendedores de esas y otras tiendas (como de ropa, zapatos o perfumería) tienen que ingeniárselas para atraer clientes, pues seguir dependiendo del comercio electrónico y el delivery en un país con fallas de internet, electricidad y gasolina es mucho menos rentable para sus trabajadores.

Foto: Luis Morillo

Las comisiones, dependiendo del local, varían entre 5 % y 10 % del monto que logre concretar cada vendedor. Al final de la semana, cuando reciben los pagos, la diferencia es notable y más en un país donde el salario mínimo es de tan solo 80 centavos de dólar al mes.

Aquí, en un día bueno de cuarentena radical, puedo concretar cuatro o cinco ventas, así sea de solo accesorios. Claro, cuando vendes algún teléfono, pegas un grito al cielo y más si es de gama alta, explica Suheidy León, vendedora y estudiante de Mercadeo en un instituto de la zona.

Como los que compran oro y plata

Los vendedores se apostan a los lados del bulevar, bien sea frente al centro comercial o el local, ofreciendo los productos a las personas que pasan. Desde “¡A la orden! ¡Teléfonos, accesorios, repuestos!” hasta “Somos tienda física; aceptamos Zelle, PayPal, pago móvil y transferencias” es lo que se escucha al caminar por Sabana Grande en cuarentena radical.

“De vez en cuando, cuando se empieza a ver mucha aglomeración, la policía nos dice que nos separemos y hagamos espacio para que la gente pueda caminar”, dijo Josué, un vendedor de la zona en la que confluyen tanto trabajadores formales como informales por igual.

Foto: Luis Morillo

Y tiendas de otros rubros también aprovechan para captar clientelas. Ropa, zapatos y hasta hamburguesas y pepitos se siguen vendiendo discretamente en el bulevar y, aseguran, cumpliendo medidas para prevenir la COVID-19.

En nuestro caso, el cliente una vez que decide cuál producto va a comprar es que lo llevamos a la tienda para que lo verifique y se genere la factura. Si ya hay dos clientes en la tienda, los demás esperan aquí afuera porque es un espacio reducido, explica Suheidy.

Aunque en diciembre pudieron sacarle provecho a la flexibilización (principalmente las tiendas de ropa y productos tecnológicos), los vendedores temen que un probable aumento de contagios vuelva más estricta la cuarentena, sumado a la caída del poder adquisitivo del venezolano y la devaluación continua del bolívar, que ya de por sí impactan en las ventas.

los clientes
Foto: Luis Morillo

Según datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), en diciembre el rubro de vestido y calzado tuvo una inflación de 13,5 %, mientras que en equipamiento del hogar fue 11,6 % y bienes y servicios diversos un 7 %. Entre abril y septiembre, el Banco Central de Venezuela (BCV) registró de 17 % a 73 % de inflación mensual en esos rubros.

Fotos: Luis Morillo.


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