Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), explica que capacitar a los niños y niñas con competencias digitales dictadas desde la escuela es importante para que la alfabetización tecnológica sea controlada.
Caracas. “Vamos a encender las computadoras para mostrarles cómo es el sistema”, dice una mujer a un grupo de aspirantes interesados en trabajar en una empresa de telefonía celular de México, con sede en Caracas.
Mientras escucha a la capacitadora de la inducción, José* sigue las instrucciones y luego mira a su alrededor. Varios de sus compañeros no lo habían hecho.
“Me di cuenta que varios, por lo menos cinco, habían llamado a la profesora y le preguntaron cómo se encendía la computadora. A mí me sorprendió porque a me parece que el encendido es algo básico, pero por lo visto no es así. Después de esa parte de la inducción, esos no regresaron al salón”.
Acota que los asistentes del salón no pasaban los 35 años de edad.
Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), observa con preocupación que al no formar a los estudiantes en el área tecnológica, estos puedan perder oportunidades en el área laboral a futuro.
“Si todos los oficios van migrando a tener una salida digital, en la que la tendencia es que los oficios y puestos de trabajo vayan asociados a la tecnología, si no se resuelve esto, condenamos a varias generaciones de venezolanos a no ser un factor productivo capaz de defenderse”.
Escuelas sin tecnología
“Tenemos profesor de Computación, pero nos faltan las computadoras”, cuenta María*, docente de primaria de la Unidad Educativa Bolivariana Gran Colombia.
Para la educadora del centro educativo más grande del país debido a que en él se encuentran todas las áreas del sistema educativo, existen otros elementos y herramientas lúdicas que podrían utilizarse para enseñarles a los niños y niñas.
“Por lo menos desde lo básico, pero supongo que eso no pasará porque no hay un interés, ni de parte de él (profesor de computación), ni del colegio en que eso ocurra”, opina.
Mientras tanto, el laboratorio de computación de la unidad educativa permanece cerrado.
María agrega que, así como computación, hay otras materias que no forman parte del currículo escolar que los estudiantes ya no cursan, como Música.
La falta de docentes, las deficiencias de equipamiento y de dotación escolar son cada vez más pronunciadas en estos últimos años, e intervienen como principales causas de la inasistencia y el abandono escolar, de acuerdo con investigaciones de Hum Venezuela.
92,9 % de los planteles educativos no contaba con computadores y 93,1 % no tenía conexión a internet, en 2023, según la organización.
Computación no hace parte de las materias obligatorias del pensum académico, Los planteles educativos que la incluyan, lo harán si tienen las condiciones y herramientas necesarias.
La Red de Observadores de la Asociación Civil Con La Escuela también resalta el dato del internet en los centros educativos. En 2023 revelaron que 50,63 % de las escuelas no tienen el servicio.
Tecnología sin control
A juicio del director de la Escuela de Educación de la UCAB, capacitar a los niños y niñas con competencias digitales dictadas desde la escuela es de suma importancia para que la alfabetización tecnológica sea controlada.
A pesar que desde el hogar los estudiantes más pequeños están expuestos a la tecnología, este primer contacto ocurre de forma arbitraria.
“Esa primera alfabetización no es con criterio, no está organizada, ni tiene un sentido de propósito de que los alumnos sean tecnológicamente competentes”, plantea el docente.
Alejandro del Mar, docente de la UCAB y especialista en el área de Robótica, aseguró que lo más importante para actualizar en el pensum educativo, es cómo y para qué se enseña Computación.
El experto enfatizó que se debe orientar hacia la formación de un estudiante autónomo, con herramientas para construir soluciones a través de la informática.
“Estudiantes con elementos críticos que le permitan identificar una información errónea. Que no sea un simple consumidor de contenidos, ni mucho menos un seguidor de los que tienen más likes”, dice del Mar.
Con él concuerda Calatrava, quien subrayó que si no se enseña desde el ámbito escolar, no va a haber un por qué y para qué de la tecnología.
Agregó que los jóvenes conocen los usos de aplicaciones como Tik Tok, Instagram y Youtube, pero no los aprovechan al máximo.
“No conocen las fortalezas, debilidades, riesgos de uso. Esto debe ser de mano de la escuela”.
(*) Se modificó el nombre por medidas de protección a la fuente.
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