Mibelis Acevedo invitó a la sociedad a debatir los pros y los contras de unas primarias con un sistema de partidos debilitado como el venezolano. Roberto Abdul, de Súmate, calculó que una primaria exitosa requeriría una infraestructura de 5000 a 7000 mesas de votación y hasta 60.000 voluntarios. Mariela Ramírez exhortó a la Plataforma Unitaria a no cooptar el proceso.
Caracas. Priorizar decisiones rumbo a 2024 es la petición común que tres representantes de la sociedad civil venezolana le hacen a la Plataforma Unitaria, para lograr un desenlace exitoso en las presidenciales de ese año.
Consideran que si bien la selección del candidato que representará a la oposición en las próximas elecciones presidenciales es un paso fundamental, otros elementos igual o más importantes no están siendo debatidos debidamente, de cara a la población. Entre ellos, la oferta programática o el rescate del voto como herramienta de cambio.
En la continuación del ciclo de foros sobre las primarias como mecanismo de selección de candidatos y acuerdo político, el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro realizó este martes la segunda jornada titulada “Primarias, perspectivas desde la sociedad civil”.
Allí, la asesora de imagen política Mibelis Acevedo, la fundadora de la ONG Dale Letra, Mariela Ramírez, y el presidente de la A. C. Súmate, Roberto Abdul, expusieron lo que consideran fortalezas, debilidades, retos e interrogantes sobre las primarias que organiza la Plataforma Unitaria.
El primer foro de este ciclo se realizó el pasado 21 de julio y tuvo como foco analizar y conocer experiencias exitosas de primarias en América Latina.
Súmate resalta los aspectos positivos
Roberto Abdul señaló que comúnmente en los países donde hay democracia y donde la primaria es la vía común de selección de los candidatos, esa elección se realiza con seis a ocho meses de antelación a la presidencial. Pero en Venezuela el debate se está dando casi año y medio antes.
Abdul se refirió a los principales aspectos positivos de hacer una primaria para escoger al candidato, entre las que destacan:
- Permite cohesionar el voto popular al elevar el costo político a los candidatos disidentes.
- La participación electoral en la primaria ofrece un piso de votación al candidato electo, que le brinda legitimidad de cara a la contienda presidencial.
- Permite poner en la opinión pública el debate electoral de forma adelantada y, en países donde no hay doble vuelta presidencial, la primaria funciona como la primera vuelta.
- Ayuda a aumentar el nivel de conocimiento de los candidatos en un contexto de alta censura y con una dinámica de crisis política, económica y social.
- Estimula la organización de una logística de los partidos que, posteriormente, en la elección presidencial servirá como logística para la defensa del voto.
- Muestra a la sociedad la capacidad de organización de los partidos ante las presidenciales y eso podría motivar la participación.
La infraestructura electoral requerida
Abdul compartió las estimaciones de Súmate en cuanto a la logística que habría que desplegar para una primaria, partiendo de que normalmente los procesos electorales cuentan con 10.000 y 12.000 centros de votación, con 36.000 a 42.000 mesas.
“Entonces, en una primaria deberían ser entre 2500 y 3500 centros de votación, a razón de un centro de votación por cada cuatro centros del CNE; y de 5000 a 7000 mesas, lo que equivaldría a entre una y dos mesas por centro”, dijo.
Basados en esa infraestructura electoral, Súmate calcula el número de personas que se requerirían para organizar una primaria:
“De 10.000 a 14.000 personas para la logística, a razón de dos voluntarios y dos suplentes por mesa. Hablaríamos de 30.000 a 46.000 miembros de mesa (presidente, secretario, etc.) si se tienen seis personas por mesa con su suplente. Y en cuanto a los testigos de los partidos, uno por mesa sin suplente, para unos 5000 a 7000. En total, se necesitarían de 40.000 a 60.000 personas”, afirmó.
Con respecto al voto en el exterior, Roberto Abdul dijo que más allá del voto propiamente dicho, la primaria es una oportunidad para los partidos políticos de lograr un mínimo de organización en ese contexto.
Recalcó que de los más de 4 millones de venezolanos que podrían votar solo 108.000 están registrados en el exterior. A su juicio, si se tomara la decisión de incluir el voto en el exterior para las primarias, lo recomendable sería priorizar los esfuerzos en los países y ciudades con más concentración de migrantes.
Ventajas y desventajas a tomar en cuenta
Mibelis Acevedo, por su parte, instó a la Plataforma Unitaria y la sociedad en su conjunto a analizar con ponderación las ventajas y desventajas de una primaria en el contexto político venezolano.
“Hoy no es la misma oposición de 2012: esta fragmentada, hay desafección de la gente, poca confianza hacia los partidos, gran desconfianza entre los actores políticos de oposición, la atención de la gente esta centrada en lo económico”, afirmó.
Sostuvo que una de las principales ventajas de las primarias, en el caso venezolano, es que el mecanismo bien planificado y ejecutado “podría dotar de razón de ser a la oposición”. Además, estimularía la participación y organización tanto ciudadana como la de los partidos.
Afirmó que el candidato que emerge de una primaria goza de doble legitimación (ante la coalición y ante la población). Y la primaria permite ver las habilidades de los candidatos y descubrir aspirantes que no eran muy conocidos.
Acevedo enumeró asimismo lo que podrían ser las desventajas y riesgos de las primarias:
- No poder operar en un sistema que garantice una competencia genuina a expensas del sectarismo en la oposición, desconfianza hacia los partidos y debilitamiento de los partidos.
- En un ambiente de baja confianza en los partidos, la primaria puede generar efectos adversos y fortalecer la personalización de la política porque tienden a girar en torno a personas y no al debate de ideas.
- Podría privilegiar el nombre o la popularidad del candidato, pero no la idea o la propuesta programática.
- Agudiza la asimetría entre candidatos y organizaciones con más o menos recursos, maquinaria y financiamiento.
- Desgaste del partido debido a la competencia interna, lo que causa enemistades en un mismo partido (o en el caso venezolano, a lo interno de la coalición).
- Si el nivel de participación en la primaria es muy alto, estadísticamente aumenta el riesgo de elección de candidatos extremos o radicales, lo que alejaría al votante moderado de la elección presidencial.
- En un contexto autoritario, la primaria es la escena idónea para que desde el poder se intenten maximizar las contradicciones mediante recursos como la represión, inhabilitación, concesión de privilegios, promoción de la división.
En opinión de Mibelis Acevedo, el debate sobre si la primaria debe ser con o sin el CNE no es coherente: “No tiene sentido decirle al elector que no confiamos en el CNE para las primarias, pero sí para la elección de 2024. El desconocimiento de la institución abona la abstención. Es necesario revisar los antecedentes de la actuación del CNE en otros procesos de primaria”.
Ni imposición ni chantaje
Mariela Ramírez se refirió a la importancia de la negociación política entre el gobierno y la oposición para sentar las bases del proceso electoral de 2024, con un carácter pluralista y reglas de juego claras.
“No pueden ser las primarias una nueva imposición ni un nuevo chantaje de unidad para derrotar al adversario, sino un camino de construcción de alianzas”, afirmó.
A juicio de Ramírez, la forma como los principales dirigentes de oposición conciben la primaria no se aleja de la fracasada estrategia del conflicto, sino que se alimenta de ella: “Primero desde los partidos políticos, donde se plantea la escogencia de precandidatos sin consultas previas. Pero también porque pone de nuevo la escena de una nueva batalla final y no como un paso más en la reconstrucción institucional”.
Dijo que la sociedad civil quiere escuchar un debate en todos los niveles de la vida pública, no sobre precandidatos y candidatos, sino sobre cómo reconstruir el andamiaje institucional para que sea reconocido por todos.
“La oposición debería estar trabajando en la construcción de un camino y abandonar la cultura de la guerra a muerte. Queremos un liderazgo positivo que guíe la posibilidad de trabajar juntos, que invite a revisar el proceso histórico, encontrarnos en la Constitución”, aseguró Ramírez.
La activista social resaltó que el rol de la sociedad civil en este proceso no es el de organizar esas primarias: “Estas deben ser organizadas por los partidos y las organizaciones afines a ellos, con asistencia técnica del CNE, que no es perfecto, pero que permitió el regreso de los partidos a la participación electoral”
Coincidió con Acevedo en recalcar que no se puede seguir alimentando la desconfianza en el CNE de cara a las primarias. “Lo coherente es seguir fortaleciendo la institución y que todos reconozcamos los procesos electorales. Recomendamos crear una comisión plural, donde participen todos los grupos interesados, para diseñar desde ahí el mecanismo de primarias, dejando atrás la práctica de la cooptación del mecanismo por parte de un sector”.
Participa en la conversación