Sociedad civil, ONG, artistas y Alcaldía de Valencia se unieron para regalarle un mural a la ciudad

mural valencia

A pesar del deterioro de Valencia, este mural no solo representa el rescate de un espacio, sino el poco habitual trabajo entre organizaciones no gubernamentales, ciudadanos y la alcaldía de tendencia chavista.

Valencia. Hace poco los carabobeños celebraron el día de su capital y algunos valencianos decidieron ponerse manos a la obra para regalarle a la ciudad un mural, como forma de recuperar sus espacios y celebrar la convivencia.

Ubicado en el cruce entre la calle 113 y la avenida Bolívar, se encuentra un antiguo edificio comercial en estado de abandono. Se ha vuelto el lugar de descanso para indigentes y el sitio en donde transeúntes y vecinos de la zona dejan basura apilada.

La zona fue afectada por muchos años tras permanecer cerrada durante la paralización de las obras del Metro de Valencia.

Edicson Leal, director de la organización Valencia La Nuestra, afirma que desde que terminó su tesis de Gerencia de Ciudad aprendió la importancia que tiene la lugarización y el placemarketing. Esto es más la aplicación de estrategias de mercadeo en lugares públicos, para hacerlos atractivos, transitables, vivibles y utilizables.

“Solo quiero hacer eso, transformar lugares de mi ciudad que no tenían vida, en lugares donde estén pasando cosas, donde haya comercio, donde se sienta la vida”.

Más manos, más ayuda

El evento contó con el apoyo de instituciones como la Alcaldía de Valencia, la Sinfónica de Carabobo, empresas como EPA, Venezolana de Pinturas, así como artistas plásticos de la talla de Javier Miranda y Carmen Larrovere.

Edicson Leal ayuda a trasladar una escalera para continuar con los trabajos de recuperación. Fotografía: Armando Díaz.

Esta última fue la encargada de diseñar el arte del espacio. Carmen Larrovere, artista visual desde hace más de 10 años, se enteró del proyecto por su amistad con Leal y ha estado colaborando con Valencia La Nuestra en distintas actividades, como ocurrió en San Blas.

Me llamó para hacer un mural en compañía de otros artistas y me pareció excelente”, dijo Larrovere.

La artista afirma ser una aficionada de la toma de espacios como una forma de transformación.

“Saber que le brindas a la sociedad una nueva cara de un lugar es fascinante. Porque esto estaba completamente destruido y me alegra que lo hayan mantenido bien bonito después de haberlo terminado”.

Carmen Larrovere pintando un espacio del mural. Fotografía: Armando Díaz.
El corazón de la ciudad

Esta artista trabaja con colores fuertes y vibrantes que en parte son el sello de su obra y este mural no se escapa de ello. En el ideario de Larrovere estaba plasmar el sol, ícono de la ciudad, y los rostros de la gente, acompañado de las siglas de Valencia (VLN) junto con sus años 455.

Lograr conectar al ciudadano con su ciudad es quizá lo que más emociona a esta artista y admite que ese es el trasfondo del proyecto.

A diferencia de muchos otros, Carmen Larrovere dice sentir fascinación por los espacios en abandono, los cuales, según su visión, en Valencia son bastantes. “No significa que me guste ver a la ciudad en ruinas, pero de los espacios en crisis se sacan grandes oportunidades y como artista es lo que veo. Me gusta la estética de esos lugares que piden auxilio”.

Pasillo cubierto antes de ser intervenido por el grupo de trabajo. Fotografía: Armando Díaz.

La experta opina que las ciudades son como los seres humanos, están “en constante transformación” y que parte de ese proceso transitorio conlleva una época de decadencia: “Estamos en una montaña rusa, solo que el carrito está en la parte más baja de la montaña”.

Larrovere opina que no hay que viajar muy lejos en Valencia para entender esto de la “parte más baja de la montaña rusa”, por lo que ejemplifica el evidente deterioro de las fachadas del casco histórico.

Muchas se han caído, otras en su interior ya no se conservan como era originalmente. Me gustaría hacer una performance en esos lugares”.

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Trabajadores del Plan Búho ayudan a limpiar las calles mientras quitan la pintura vieja de las paredes. Fotografía: Armando Díaz.

El principio de Larrovere como artista que busca transformar la ciudad es entender que Valencia es un organismo viviente: “Come, llora, también se arregla y sufre. Hay muchos sitios bonitos, pero otros que tú ves en la total desidia”.

La importancia de un entorno bonito, a juicio de la artista, es que, de una forma u otra, influye en el ciudadano que lo circunda.

“Para mí, hacer esto es importantísimo porque uno sabe que está haciendo algo por la ciudad”, comenta Larrovere, quien aclara que sin la ayuda suficiente de los entes con posibilidad de apoyar, las cosas no fluyen. En vista de que se necesita más dinero, más gente trabajando y mucha más difusión para dar conocer lo que se hace

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Artista Manuel Torrez, pintando el mural diseñado por Larrovere. Fotografía: Armando Díaz.
Una pizca de organización

Elvira Pocaterra, quien caminaba por la zona y dio un pequeño apoyo considera la idea fantástica, pero opina que había lugares mejores para recuperar.

“Por su fachada es un sitio que no es tan vistoso, incluso se pinta un lateral y el frente sigue pidiendo ayuda, pero es una ayuda y las ayudas no se desprecian”.

Pocaterra se califica como ciudadana exigente. A su juicio, el lugar debió haber sido limpiado con hidrojet para hacer un aseo a profundidad.

“De nada sirve pintar si el mal olor sigue ahí pegado al suelo y a las paredes. Eso es estética, luego sí puedes pintar. Yo entiendo que eso no depende de estos muchachos, pero quizá con más organización y planificación se lograrían más y mejores cosas”, dice la mujer con una lata de spray en las manos.

Elvira Pocaterra luego de escribir “PAZ” con un spray sobre una santamaría. Fotografía: Armando Díaz.

Leal logró, además, que en el espacio se diera un exposición del fotógrafo Saúl Zerpa. Ahí, se exhibió parte de su trabajo en lugares icónicos de la ciudad. Quien quisiera podía llevarse alguna foto como recuerdo. Asimismo, la Sinfónica de Valencia hizo un breve concierto para materializar los principios de Leal sobre darle una nueva cara a la ciudad.

Mujer observa las fotografías del artista Saúl Zerpa. Fotografía: Armando Díaz.

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