Tachirenses recurren al mercado negro del combustible para poder rodar

mercado negro

Cuando ahora en el resto del país se comienza a sufrir otra vez por la escasez de gasolina, en el Táchira nunca se dejó de padecer por el combustible. Métodos diferentes a los establecidos por el gobierno nacional dejaron secos los tanques de los carros tachirenses, cuyos dueños deben adquirir la gasolina en el mercado negro.

San Cristóbal. Ya va para mes y medio que en el estado Táchira los particulares no pueden abastecerse de gasolina. Y es que las autoridades nacionales que hacen vida en la entidad han limitado la venta del combustible e impuesto sus propias normas, muy diferentes a las del resto del país. Lo que ha obligado a los tachirenses a comprar el carburante en el mercado negro.

Pese a que el gobierno nacional estableció un pico y placa en todo el país para el despacho de gasolina, la Mesa del Combustible, con la venia del “protectorado” del Táchira, encabezado por Freddy Bernal, puso reglas muy diferentes para la venta de gasolina, tanto subsidiada como a precio internacional.

Esto generó que la población pudiera abastecerse, si acaso, dos veces en un período de dos meses y medio, del cual ya va un mes con la llave cerrada, pues particulares no pueden surtir gasolina desde el 18 de julio, cuando el terminal de TAG 4, de placas 6 al 0, pudieron abastecerse, pues en la entidad, como se ha dicho, el plan de abastecimiento fue totalmente diferente al resto del país.

Fue el 20 de julio cuando la Mesa de Combustible anunció que el despacho de gasolina quedaba suspendido. “Son medidas extremas para evitar una fuerte ola de contagios”, indicaba el aviso publicado a través de las redes sociales.

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A la presente fecha no hay despacho de gasolina a particulares en todo el estado Táchira. Ni siquiera hay disposición de vender al precio internacional establecido por el gobierno nacional.

Por litros
Sin embargo, quienes se dedican a la venta de combustible en el mercado negro siempre tienen. Ya no solo se vende por pimpinas de 20 litros, sino la cantidad que el comprador necesite. En botellas de refrescos de dos y tres litros, en garrafas de cinco litros, en todas las presentaciones, y a cinco mil pesos por litro, es decir 1,50 dólares. Mientras, la pimpina de 20 litros se vende a precios que oscilan entre los 80.000 y 100.000 pesos, es decir, de 22 a 28 dólares. El precio lo impone la facilidad con la que estas personas pueden hacerse del combustible para la reventa.

Si esta gente (el gobierno) no le da gasolina a uno, no podemos trabajar, salir a hacer nuestras diligencias. Entonces toca comprarla a precio más elevado que si se comprara en una bomba internacional. No nos queda otra”, dijo Lucy Tovar.

El problema radica en saber a quién comprar, pues varios han sido los casos de personas que compran gasolina y esta viene ligada con agua, lo que daña el sistema de inyectores del vehículo. Otros aseguran que cuando la gasolina es colombiana rinde menos que la iraní. A esta la identifican por el color, pues la del vecino país es casi transparente, mientras que la comercializada en Venezuela es más amarilla.

En el estado solo un grupo muy pequeño de la población tiene acceso al combustible legal. Desde mucho antes del inicio de la pandemia ya los tachirenses estaban sin gasolina, pues la crisis del combustible golpeó a la región antes que a otras entidades del país.

Actualmente, solo hay despacho para el sector salud, pacientes crónicos, productores, transporte de alimentos y cuerpos de seguridad. Sin embargo, hay quienes se las ingenian para ingresar a estas bombas, pagando por un pase VIP.

El derecho de surtirse en una de estas bombas sin tener la aprobación puede costar desde 60.000 pesos en adelante, lo que equivale a unos 17 dólares, los 40 litros. Uniformados apostados en estas bombas en complicidad con algunos trabajadores de las estaciones de servicio se aprovechan de la desesperación y hacen su agosto cobrando por unos pocos litros de gasolina lo que se les antoje.

No hay gasolina. Eso lo sabemos, pero mientras en otros estados llenaban con la iraní, aquí en el Táchira nos dejaron secos. Ahora tenemos que pagar gasolina a pimpineros. Ellos sí tienen acceso al combustible. Todavía llega gasolina a otros estados y para acá nada. Con el cuento de la pandemia nos metieron presos a todos en nuestras casas, y lo triste es que los casos siguen subiendo”, dijo un comerciante de La Concordia que prefirió no revelar su nombre.

No importa si es semana de flexibilización o de cuarentena radical. Para el tachirense no hay gasolina ni subsidiada ni a precio internacional.

Por ahora, se desconoce cuándo volverán a despachar para los carros particulares, y menos bajo qué normativa se hará este despacho, pues si ya en otros estados del país la gente sufre en colas que duran días, en el Táchira es más aguda la crisis.


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