Trabajadores de Corpoelec en Carabobo piden gasolina a los vecinos para trasladarse y reparar averías

trabajadores de corpoelec

La falta de combustible en el estado Carabobo lleva tres semanas, va a la par de la cuarentena social por el COVID-19. En estos 21 días se han presentado diversas situaciones que van desde conductores que tardaban hasta dos días para poder abastecerse de combustible, la venta ilegal —que según el gobernador Rafael Lacava está combatiendo— y trabajadores de Corpoelec que solicitan a los carabobeños gasolina para poder trasladarse para reparar las averías eléctricas.

Valencia.  Aunque los servicios públicos entran en la lista de los sectores priorizados para surtir combustible, parece que en Carabobo no se cumple esta medida, trabajadores de Corpoelec pidieron a los vecinos del sector La Granja, Las Quintas y Barrio Oeste en Naguanagua que les suministraran gasolina y así poder trasladarse para reparar una avería que dejó a esta zona sin electricidad por al menos 18 horas.

Adán Hernández, miembro de la Red de Vecinos de Naguanagua, aseguró a Cronica.Uno que tuvieron que reunir 15 litros de gasolina para poder movilizar a la cuadrilla de Corpoelec.

Ante esta importante falla eléctrica algunos edificios de la zona sufrieron daños en los ascensores y en el sistema de bombas de agua, mientras que otros perdieron los alimentos que necesitaban refrigeración.

En Carabobo hay 98 estaciones de servicio y solo 22 están laborando, despachan combustible un día por medio de acuerdo con lo informado por José Parada, jefe del Estado Mayor para el Combustible en Carabobo, quien también aseguró que esta segunda falla de combustible —iniciada el 12 de marzo— en lo que va de 2020 se debía a problemas de operatividad, por lo que las estaciones estaban recibiendo 30 % menos de carburante.

Trabajadores de la salud, sector prioritario, denunciaron que pasaban hasta 12 horas en espera para surtir de combustible sus vehículos. Jorge Pérez, miembro de Médicos Unidos, afirmó que, como consecuencia del agotador maratón para obtener gasolina, en la entidad se registra 20 % de ausentismo laboral en los centros de salud.

El 28 de marzo, un carabobeño que decidió dejar su identidad en reserva por razones de seguridad, denunció que, después de 15 horas en cola para abastecerse del hidrocarburo en la estación de servicio Paramacay, presenció cómo funcionarios castrenses canjeaban gasolina por divisas. Esta bomba se encuentra en espacios externos de la 41 Brigada Blindada en Naguanagua.

De acuerdo con el testimonio, las personas que pagaban no hacían la cola kilométrica que se dividía en tres partes para ese día: sector salud, funcionarios de seguridad que se mezclaba con la sociedad civil y motorizados.

El 2 de abril el alcalde del municipio Naguanagua, Gustavo Gutiérrez, prohibió la pernocta en las calles de la localidad para llenar los tanques de los vehículos de gasolina. Esto motivado a que la estación Paramacay se encuentra en la avenida Universidad, pleno corazón arterial del ayuntamiento y la aglomeración de vehículos generaba malestar entre los vecinos de la zona.

Las colas disminuyeron de tamaño desde ese día, pero los ciudadanos no acatan el decreto y continúan haciendo filas. La mayoría son comerciantes, trabajadores independientes que no pertenecen a la lista de los sectores prioritarios. Alegan que deben movilizarse para poder trabajar y tener el sustento para mantener a sus familias.

Arrestan a funcionarios que revendían gasolina

El lunes 6 de abril, el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, a través de sus redes sociales, afirmó que había aprehendido a tres personas del sector salud que se valían de su condición de personas priorizadas y revendían la gasolina.

Aquí estamos con esta ambulancia y estos tres delincuentes, que los acabamos de agarrar después de una investigación minuciosa que se hizo. Los tipos usaban la ambulancia para echar gasolina, ya que le caben 200 litros por cada viaje porque tiene doble tanque. Llenaban estas pimpinas, iban a una casa, vaciaban y regresaban a llenar otra vez. Así hacían tres, cuatro y hasta cinco viajes diarios y con eso levantaban un realero vendiendo la gasolina como la están vendiendo, señaló.

Reveló a manera de amenaza que está desplegado en toda la entidad con operaciones encubiertas y trabajando con inteligencia popular: Al que yo agarre. Policías, militares, corruptores. Porque no vayan a creer que nada más el funcionario es el corrupto, el que yo vea llegando a colearse, al que yo vea cuadrando una jugada para darle 20, 30 dólares a un guardia, a un policía o a un representante del gobierno, me llevo al representante de las autoridades, me llevo al corruptor y los presento en Fiscalía. Yo no me voy a calar que en medio de esta situación que estamos viviendo haya gente aprovechándose con el drama ajeno.


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