Los trabajadores denuncian que no hay guantes ni desinfectantes. Los insumos para la matanza también son precarios, no cuentan con cuchillos ni limas. Además, los alrededores del lugar están llenos de monte.

Valencia. Por tercera vez en menos de dos semanas, trabajadores del Frigorífico Carabobo, mejor conocido como el “Matadero de Valencia”, ejercieron acción de protesta frente a la sede de la Alcaldía de la capital carabobeña. Exigen ser atendidos por el alcalde chavista Alejandro Marvez.

Los trabajadores denuncian que la insalubridad los arropa. Andrés Mérida, secretario de actas del matadero, señaló con preocupación que las neveras y calderas no están trabajando a 100 %. Razón que ha generado la merma en la matanza de ganado y cochinos.

Hay dos cavas para bovinos, una está dañada desde hace dos años, la otra funciona a 50 %. De cuatro cavas para almacenar cochino funcionan tres y les hace falta mantenimiento”, sostuvo Mérida.

Asimismo, manifestó que en 10 meses de gestión, el alcalde de Valencia no se ha presentado al matadero para conocer la problemática del lugar.

“El matadero fue intervenido en 2009, el municipio Valencia asumió la administración. Parra, en su momento, se reunió con nosotros para atendernos como trabajadores. Cocchiola también nos recibió. Marvez es el único que no se ha querido sentar con nosotros”.

Recordó que hace dos semanas, desde el Concejo Legislativo de Carabobo, se emitió una carta dirigida al gerente del matadero, Steven Mujica, y este ni siquiera la recibió.

El salario es uno de los problemas más agudos que enfrentan los 139 trabajadores. Aún no se ha honrado el salario mínimo decretado por el Gobierno, fijado en 1800 bolivares soberanos.

El pago semanal es de 15 bolivares soberanos (1.500.000 bolivares fuertes). Claudio Corona, quien trabaja desde hace ocho años despostando cochinos y cocinando mondongo, asegura que es primera vez que en el matadero se atraviesa una situación tan precaria.

Corona considera que pagar un pasaje para ir a trabajar es un lujo, pues su sueldo no le alcanza para ello. Todos los días debe caminar una hora para cumplir con su jornada laboral. Con tres hijos que mantener, debe hacer trabajos extra para poder llevar alimentos a su casa.

“Los fines de semana voy con un compadre a vender cebolla y tomates al Mayorista”. Subrayó que no perderá su trayectoria laboral y no renunciará.  Considera que el gobierno municipal debe dar atención a los trabajadores y honrar el nuevo salario.

Los trabajadores, en medio de sus consignas, pedían nuevas licitaciones para la compra de los productos subderivados de la res, entre ellos el cuero.

Mujica indicó que un cuero de res lo venden en cinco dólares. “Esa cantidad es muy poca y nosotros no vemos ni un dólar. De ese dinero también salen beneficios económicos para nosotros”.

Los trabajadores, que hoy hasta se encadenaron, no descartan continuar las acciones de protestas y radicalizarlas si no es solventada su problemática. Sostuvieron que no paralizarán las líneas de matanzas.

Foto: Leomara Cárdenas


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