Tres nuevas muertes se suman a la guerra entre el ELN y miembros del Tren de Aragua en trochas tachirenses

trochas

A medida que pasan los días, son más los muertos que aparecen en los pasos irregulares entre las poblaciones del Táchira y Colombia. La disputa por el control de estos espacios, entre miembros de grupos irregulares colombianos y el Tren de Aragua, deja una estela de sangre en la que fuese catalogada la frontera más viva de América Latina.

San Cristóbal. Un total de 13 ciudadanos venezolanos han muerto en lo que va de año en los pasos fronterizos mejor conocidos como trochas. La declaratoria de guerra por parte de miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) al grupo armado del Tren de Aragua, sería, hasta los momentos, el origen de gran parte de estos asesinatos. 

El último de los hechos ocurrió el pasado jueves 21 de abril, luego que las autoridades informaran sobre el hallazgo de tres cadáveres, uno en la popular trocha Los Mangos, que conecta a La Parada con San Antonio del Táchira y dos, en el paso de La Ramona, que conecta a Llano Jorge con Juan Frío, Villa del Rosario, en Colombia.

Los cuerpos, todos con impactos de bala, son evidencia, a juicio de las autoridades, de una guerra silenciosa que se fragua por el control de los referidos pasos irregulares en la zona limítrofe. Desde el cierre del transporte de carga fronterizo en febrero de 2019, las trochas son el “aliviadero” del comercio, pues a través de estos lugares ingresan alimentos, medicinas y demás productos. 

Funcionarios de los cuerpos de seguridad colombianos se encargaron de hacer el levantamiento de los cadáveres, además colectaron casquillos de bala calibre 9 mm. Las autoridades indicaron que estos hombres, cuyas edades oscilan entre los 38 y 45 años, habrían recibido múltiples impactos de bala en rostros, brazos y abdomen. 

Asimismo, indicaron que parte de los casquillos colectados eran marca Cavim, por lo que no descartan que sean utilizados por miembros del Tren de Aragua para cometer sus fechorías. 

El mismo modus

El comandante del Distrito 3 de la Policía Metropolitana de Cúcuta, Alejandro Poveda, informó que no se descarta que a las víctimas las lleven desde territorio venezolano, para ser ejecutadas del lado colombiano y dejar sus cuerpos en estos lugares, como sucedió a principios de abril en la llamada trocha «La 51», tras el asesinato de una mujer. 

La dama, identificada como Andreina Galué, de 30 años de edad, fue asesinada y su cuerpo abandonado del lado colombiano de la referida trocha, que conecta a las poblaciones de Ureña (Táchira) con Villa del Rosario en Colombia.

Funcionarios policiales dieron cuenta del hallazgo, en aquella oportunidad, tras recibir llamadas de personas que habitan en la zona, quienes confirmaron que a Galué la pasaron con vida a través de la Trocha «La 51» hacia el lugar donde se presume la ejecutaron.

En Los Mangos

El tercer fallecido, hallado en la trocha Los Mangos y que estaría bajo la disputa del Tren de Aragua y el ELN, tampoco portaba documentos de identidad, y al igual que los dos asesinados de La Ramona, presentaba impactos de bala en su cabeza, al menos tres le contabilizaron las autoridades. 

Lo más posible es que obedezca al comportamiento criminal que adelanta en la línea de frontera por grupos al margen de la ley quienes cruzan de territorio venezolano  para después generar el hecho (la muerte) en este sector de lado colombiano”, dijo Poveda.

Masacres

Estas muertes serían consideradas una masacre, por lo que de acuerdo con la ONG Indepaz, ya van 34 de este tipo en todo el territorio colombiano durante 2022, a pesar de haber sido en dos locaciones diferentes, la organización las ubica en el mismo corregimiento y casi de manera simultánea. De estas masacres, dos se han ejecutado en el Norte de Santander, en plena frontera con Venezuela. 

Destaca en el informe que la Defensoría del Pueblo advierte que la zona de frontera es ocupada formal e informalmente, pero predomina el control social por parte de grupos armados al margen de la ley, cuyos miembros reclaman cobros por el paso de mercancía, personas y dominan los trabajos informales, como los cobros de vacunas a trocheros, carretilleros, vendedores de cigarros, refrescos, agua y demás actividades que en la periferia de La Parada se ejecutan. 

Si bien las autoridades de Colombia y Venezuela han hecho lo propio y aseguran mantener las investigaciones abiertas, lo cierto es que estas muertes no cesan y parecieran estar lejos de acabarse, ya que con el paso de los días, la cifra de muertos tiende a aumentar. 


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