Doménico Paredes, propietario del local y de la vivienda aledaña a la frutería, junto con su esposa Marta Paredes, relató a Crónica.Uno que funcionarios de la Alcaldía y de la Policía de Chacao llegaron al lugar mostrando una orden emanada por un tribunal que autorizaba la demolición. La municipalidad insiste en que sus trabajadores solo acudieron al lugar a verificar el alcance de la disposición judicial.

Caracas. A las 11:00 a. m. de este martes, 8 de febrero, comenzó la demolición de la frutería Biruma, ubicada en la sexta transversal de Altamira, en Chacao, por una orden emitida desde el Tribunal Trigésimo Tercero de Primera Instancia Estatal en función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, según notificó la alcaldía de Chacao, Crónica.Uno solicitó a la alcaldía tener acceso a la orden, pero esto no fue posible. Pese a que, horas después, el mismo tribunal ordenó detener los trabajos de demolición.

Foto: Ivanna Laura

Este miércoles, 9 de febrero, Doménico Paredes, propietario del local, junto con su esposa Marta Paredes, relataron a Crónica.Uno que funcionarios de la Alcaldía y de la Policía de Chacao, llegaron al lugar mostrando dicha orden, aunque la directora de comunicaciones del municipio, Laura Viera, aseguró que tanto la policía como el director de ingeniera municipal solo estaban allí “para garantizar el orden y la seguridad”.

Sin hogar

Los propietarios contaron que en ningún momento les permitieron leer la orden. El último intento de mediación se hizo a través de los abogados de la familia Paredes, a quienes sí le dejaron revisar el documento. De acuerdo con los afectados, durante el procedimiento se presentaron miembros de un grupo de choque.

En la foto de @emiduarte , Marta, el hermano de Marta Paredes y Domenico Paredes

La orden se ejecutó en horario laboral, por lo que la frutería apenas cerró al público unos minutos antes de que empezara el derribo. Una vez ejecutada la demolición del inmueble, obreros cargaron unos camiones en los que se llevaron prácticamente toda la mercancía. También extrajeron el mobiliario de la frutería y pertenencias de la vivienda que estaba en la parte trasera del local. Bajo los escombros quedó un emprendimiento con una tradición de más de 65 años en la zona. La construcción fungía, además, como hogar de ambos adultos mayores.

Foto tomada por @lamarquesina el del 8 de febrero 2018.

Ellos llegaron aquí con la orden, pero no nos permitieron leerla, solo a nuestros abogados. Irrumpieron primero en la frutería, sacaron a todos los empleados, e inmediatamente procedieron a sacar toda la mercancía y el mobiliario. Venían camiones y fueron metiendo todo en el camión. Luego entraron a la vivienda. No queríamos abrir la puerta, pero ellos traían un cerrajero. El cerrajero abrió la cerradura, y entraron como perro por su casa.

Conflicto de competencias 

Doménico y Marta Paredes declararon ser “pisatarios” del terreno y  propietarios del local desde hace más de seis décadas. Esto significa que no son propietarios del terreno, sino de la bienhechuría construida sobre este espacio. Con respecto al tema del desalojo de estas personas, quienes también tenían su vivienda allí, un abogado explicó que un desalojo no puede ir en contra de la vivienda principal de una persona sin presentar una sentencia de un tribunal con competencia civil y no penal.

“Esta sentencia, si es por parte de un tribunal penal, debe ser bajo un supuesto delictivo”, explicó el abogado.

Posterior a la demolición, la alcaldía de Chacao aclaró que la presencia de funcionarios municipales se debía a la verificación “del alcance de la sentencia”. De esta forma negaron que durante el procedimiento hayan participado obreros y equipos de la municipalidad. No obstante, un allegado de la familia Paredes, quien pidió el resguardo de su identidad, insistió -luego de la declaración del la primera autoridad municipal de Chacao, Gustavo Duque- en que la alcaldía, por orden del tribunal, fue la ejecutora de la demolición.

La orden judicial ordenaba al alcalde de Chacao (Gustavo Duque), primero demoler y después del ejercicio de recursos judiciales, le ordenaron detener la demolición. Al alcalde no le importó el derecho a la vivienda de los señores Paredes y de sus familiares, objetó el entrevistado bajo condición de anonimato.

Una vida en ruinas

El señor Paredes reveló que horas después (alrededor de las 3:00 pm) de haber comenzado el procedimiento, sus abogados lograron la emisión de una orden que ordenaba la paralización de la demolición. La nueva medida emanó del mismo tribunal que previamente había ordenado el derribo.

Los obreros siguieron órdenes de la abogada Yoselin Correa, quien labora en la sindicatura municipal, de parar los trabajos. Sin embargo, inmediatamente los funcionarios de la alcaldía retrasaron dicha orden porque necesitaban ver la orden original, y mientras el alguacil del tribunal llegaba, ellos desacataron la orden de detener la demolición, expuso el abogado de la familia, William Morillo.

Del local solo quedaron escombros. En la parte de atrás de la casa no quedó ni una pared sin tumbar. Solo la parte central de la vivienda quedó intacta, debido a que la segunda orden emitida por el tribunal llegó unos minutos antes de que la demolieran y se paralizaran los trabajos. A pesar de esto, el señor Paredes, enfatizó en que la parte de la casa que aún conservan quedó sin los servicios de agua potable y luz eléctrica. Asimismo reiteró que tampoco están muchas de sus pertenencias.

Se llevaron los muebles, la cocina, ropa, herramientas. Prácticamente hicieron un saqueo. Nosotros vamos a contrademandar, tienen que resarcir todos esos daños. En la casa vivíamos tres personas y en la frutería teníamos 14 empleados, contó el señor Paredes.

Versión oficial 

La frutería Biruma estaba ubicada en una esquina de un amplio terreno desocupado. Por la propiedad pasa una pequeña quebrada embaulada justo en el medio. En este espacio días antes de la demolición, y según una fotografía publicada en redes sociales, los vecinos observaron un inusual movimiento de tierra con maquinaria.

Foto tomada el 28 de enero desde la Clínica Avila por @lamarquesina ·

Los afectados alegan que la demolición se debe a la supuesta construcción de una sucursal de la tienda departamental Traki en estos mismos terrenos. “Esto empezó hace dos años. Aquí había muchas casas, las cuales todas estaban invadidas. A esas personas les dieron una indemnización de 3 mil dólares y se fueron, y quedamos nosotros en el medio. Nosotros tenemos 65 años aquí, ellos querían darnos 5 mil dólares a nosotros y que nos fuéramos”, detalló Paredes sobre la presunta vinculación de Traki.

Al respecto, la alcaldía de Chacao, a través de su directora de comunicaciones, Laura Viera, argumentó que hasta el momento no existe ningún proyecto presentado ante la alcaldía que vaya a ser desarrollado sobre esas parcelas.

Manifestamos nuestra solidaridad con los vecinos de la frutería Biruma. Pero la alcaldía no puede impedir la actuación de un tribunal con una sentencia firme, pues incurriría en desacato, añade la declaración de la alcaldía.


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