Un grupo de cristianos apuesta al trabajo social con comedores y asistencia médica en Carapita

grupo de cristianos

Su doctrina está basada en las Sagradas Escrituras. Ellos creen en las manifestaciones del Espíritu Santo, practican el bautismo basado en la enseñanza de Jesús. Pero la mayoría del tiempo lo que hacen es patear la calle para ayudar a la población más vulnerada de la zona. Este sábado 27 organizarán evento para los niños.

Caracas. Fuente de la Vida Eterna. Ese es el nombre de un grupo de cristianos que hace vida en el barrio El Mamón de la parte alta de Carapita. Es un salón acondicionado con sillas y cornetas para los encuentros que dirige el pastor Gerardo Zerpa.

En esas cuatro paredes no solo se habla de religión. La congregación tiene sus momentos para disertar. La iglesia Fuente de la Vida Eterna es de tendencia cristiana-evangélica-conservadora, donde se predica a Jesucristo como Salvador y Señor.

Su doctrina está basada en las Sagradas Escrituras. Ellos creen en las manifestaciones del Espíritu Santo, practican el bautismo con base en la enseñanza de Jesús.

Pero la mayoría del tiempo lo que hacen es patear la calle para ayudar a la población más vulnerada de la zona.

Organizan jornadas de salud que es una de las principales en la tarea social, por los casos de desnutrición infantil y adulta.

También están dedicados al rescate moral en la comunidad a través de eventos recreativos y deportivos.

Para quienes hacen vida en la Fuente de la Vida Eterna es primordial abrir las puertas y no encajonarse en intereses propios.

Sí les ha pasado, como contó Zerpa, que en el momento de predicar la palabra les lanzan la puerta en la cara. “Pero se trata de insistir y de elevar la oración”.

No sucede cuando ellos llegan a las casas ofreciendo los comedores sociales y las mismas jornadas de salud. Y eso ha sido gratificante para el grupo de colaboradores.

“La religión en El Mamón no tiene barreras. Cuando vamos a hacer alguna acción social, recibimos a todos por igual”, insistió.

Y ciertamente en la mesa que armaron con cajones, unas tablas y le colocaron unos manteles, dan de comer a cerca de 150 niños. También a sus mamás y a todo aquel que llegue, siempre que alcance la comida.

Una vez a la semana hacen una sopa bien concentrada, tipo consomé, con ingredientes que logran conseguir a través de terceros y con donaciones que les envían otras congregaciones cristianas, incluso fuera del país.

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Ahora, dijo Omar Cuevas, también de la congregación, pretenden ampliar su radio de acción con formación para los muchachos de la comunidad.

Ya tienen el espacio y requiere más acondicionamiento, no obstante, analizan varios proyectos para dictarles algunos cursos de oficios que los ayuden a levantarse en el barrio.

Aunque este grupo de cristianos es muy particular en el barrio —todos saben que son cristianos por sus vestimentas y sus rostros sin maquillaje— la gente los busca por solidarios y porque tienen más presencia que organismos locales.

Gracias a que el pastor trae las jornadas de salud, de otra no podría pagar un médico para mis hijos, señaló María Romero.

Para este sábado 27, tienen programado un evento recreativo para celebrar el Día del Niño, con colchones inflables incluidos.

Las actividades en agenda también contemplan talleres motivacionales. Lo que buscan, comentó Zerpa mientras atendía a los beneficiarios de una jornada médica, es hacer una red social en el barrio, que sirva para mejorar la calidad de vida. “Y si es a través de la oración, mejor serán los resultados”.

En el barrio El Mamón, no solo está este grupo de cristianos. A pocas cuadras se encuentra la católica La Gruta de Belén, donde se hace también trabajo social.

Todas convergen en tiempo y espacio, pues el fin es el mismo: trabajar por el prójimo.


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