En septiembre de 2021, una fuga de gas de la bombona de su casa, dejó sin vivienda a Deidy Rivas su familia en el barrio El Carmen de Petare. Apenas tres años antes, le diagnosticaron un tumor en el tronco cerebral. Desde entonces ella dejó de trabajar como auxiliar de preescolar al igual que su esposo, quien la acompaña en todo su proceso médico.

Caracas. El 18 de septiembre de 2021 la casa de Deidy Rivas, en Petare, quedó completamente quemada debido a una fuga de una bombona de gas doméstico. Ella, su esposo José y sus dos hijos lo perdieron todo, incluso todo el tratamiento que tenía dispuesto para seis meses contra el cáncer que padece desde hace cuatro años. Justo una semana antes del incendió Deidy había culminado sus sesiones de quimioterapia y apenas empezaba un nuevo camino para combatir su enfermedad.

Deidy tiene 38 años. En 2018 le diagnosticaron un tumor en el tronco cerebral, estadio IV. Cuando confirmó su diagnóstico dejó su empleo como auxiliar de preescolar, al igual que su esposo, quien trabajaba como operador de audio en una cadena de radio, para acompañarla en todo su proceso médico. Como familia tenían al menos 10 años viviendo en el barrio El Carmen de Petare, municipio Sucre del estado Miranda.

Desde hace más de cinco años, el sistema de abastecimiento de gas doméstico en el barrio El Carmen, y en la mayoría de las zonas populares de Venezuela, se hace a través de la recolección de las bombonas por parte de miembros de los consejos comunales. Esta instancia vecinal es la que se encarga de entregarlas a trabajadores de los centros estatales de llenado. En el caso de El Carmen, van una vez por mes y las devuelven al siguiente día, explicó Deidy.

Foto: Gleybert Asencio

El día del incendio, que dejó sin casa a Deidy, se llevaron las bombonas un viernes y las regresaron el sábado. Su hijo menor, de 17 años de edad, recibió la bombona y la dejó en la entrada de la vivienda. Posteriormente, se fue a buscar a su mamá a la redoma de Petare, con las compras del mercado. A los pocos minutos llegó José, su esposo, quien se encargó de meter la bombona a la casa, la dejó cerca de la cocina y luego se sentó en el mueble de la sala.

No pasó mucho tiempo cuando José escuchó un silbido que cada vez se hacía más fuerte. Se levantó del mueble y cuando entró a la cocina vio una llama salir de la boquilla de la bombona que llegó hasta una de las hornillas de la cocina, la cual estaba encendida. Antes de ir a la redoma de Petare, su hijo había dejado cocinando su desayuno. José intentó apagar la hornilla. Pero en pocos segundos las llamas se propagaron en gran parte del espacio.

José no tuvo otra opción que escapar de las llamas por el balcón de la casa, que está a la altura de un segundo piso. Estuvo varios segundos suspendido en el aire, mientras sus manos se aferraban de la reja del balcón, hasta que cayó al piso. La caída no fue de gravedad, pero debido al fuego parte de una de sus piernas sufrió quemaduras de tercer grado.

Al menos una hora después de que empezó el incendio, llegaron los Bomberos del Distrito Capital, quienes fueron los únicos que acudieron al llamado de los vecinos. Previamente, funcionarios de los Bomberos del estado Miranda les indicaron que no tenían agua suficiente para atender el siniestro.

Cuando Deidy y su hijo llegaron vieron su hogar en llamas. Deidy soltó las bolsas y con la mirada buscó a su esposo, quien era auxiliado por los vecinos. Su hija estaba en casa de una vecina y aún no sabía lo que pasaba. Deidy tuvo una crisis y convulsionó, un episodio que se ha hecho frecuente en su vida debido a su diagnóstico. Apenas salía de su tratamiento de quimioterapia agresiva.

José sufrió quemaduras de tercer grado en una de sus piernas. Foto: Gleybert Asencio

En septiembre de 2021, cuando ocurrió el incidente, sobre la cabeza de Deidy no había cabello y eran pocas las fuerzas que tenía para salir de cama. Justo ese día decidió hacer algunas compras de alimentos, pero de regreso a casa pidió la ayuda de su hijo con las bolsas.

Los ojos color miel de Deidy se empañan de lágrimas cuando recuerda el momento en que vio su casa arder, la misma casa que fue de su mamá hasta el día que falleció, hace cuatro años. Su cabello ha crecido un poco. Sin embargo, admite que desde el incendio su estado de salud retrocedió. Muchas veces ella debe utilizar un collarín debido a la inflación en el tronco cerebral, la cual le produce dolor en la cervical.

Deidy espera reunir los fondos necesarios, a través de una campaña de GoFundMe, para costear un cateterismo cerebral al que debe someterse, y al que no tiene acceso en un hospital, debido a las condiciones de precariedad en las que se encuentra el sistema de salud público venezolano.

No era la primera vez que la bombona llegaba a casa de Deidy con una fuga de gas. En otros momentos lo que hacían era dejar el cilindro por varias horas fuera de la vivienda hasta que  botara el exceso de gas.

Por más de cinco años Deidy tuvo el mismo el cilindro. Cuando las bombonas de gas doméstico son recolectadas para la entrega al camión, son golpeadas unas con otras y tratadas sin ningún tipo de cuidado. Además, la mayoría tiene evidentes signos de oxidación y las bases rotas. Lo mismo ocurre cuando son devueltas cargadas de gas a la comunidad.

La resolución 290 del Ministerio de Petróleo establece que las plantas de llenado de gas doméstico deben tener un inventario de bombonas para reemplazar las que estén en mal estado. Rubén Pérez, asesor en materia de gas y petroquímica, explicó que la vida útil de una bombona depende del uso y del trato que se le dé a lo largo del tiempo, y que las inspecciones y el mantenimiento son competencia de los distribuidores.

Cada vez que llega el cilindro a la planta de llenado se le debe hacer una inspección visual para buscar puntos de corrosión, abolladuras o abombamientos del metal o problemas en la válvula. Las inspecciones más profundas deberían ser al menos cada siete años. Si la bombona está en buenas condiciones y pasa todas las pruebas puede permanecer varios años en servicio, pero si no pasa la prueba, esa bombona debe salir de circulación.

Solicitudes de ayuda

Como una “coincidencia” de la vida, el mismo día que ocurrió el incendio en casa de Deidy, el alcalde del municipio Sucre, José Vicente Rangel Ávalos, se encontraba a pocos metros del lugar en una actividad política. Algunos vecinos subieron y le pidieron que bajara hasta la casa de Deidy para viera lo que pasaba.

Él y su esposa bajaron hasta la casa y vieron lo que estaba pasando. Ese día nos ayudaron con dos juegos de sábanas, cuatro paños y almohadas, dos colchones, una nevera y una licuadora. Y como a mí se me habían quemado seis meses de tratamiento, ellos nos mandaron un mes de tratamiento.

Un mes después del incendio, un vecino avisó a Deidy que el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, estaría en un evento en la redoma de Petare. Ella acudió con un documento en el cual expone lo que ocurrió con su vivienda. En la carta aprovecho para solicitar una ayuda económica para la compra de materiales de construcción como: cemento, bloques, arena. vigas, tabelones, entre otros, para la reconstrucción de su casa.

Foto: Cortesía Deidy

Deidy logró entrar al evento y en manos de Rodríguez entregó la petición. Hay una foto que evidencia la entrega del documento. En ese momento él le entregó el documento a alguien de su equipo y le dijo que eso era prioridad. No obstante, siete meses después del incendio, no ha tenido respuesta por parte de ninguna de las dos autoridades gubernamentales mirandinas sobre su solicitud.

La estructura de la casa de Deidy quedó en pie. Pero todo el espacio está quemado. Las conexiones eléctricas no funcionan, las paredes necesitan un nuevo frisado, el piso debe ser prácticamente reconstruido y el techo necesita ser reforzado. Del baño, la cocina y las habitaciones no quedó nada. Las puertas y las ventanas deben ser reemplazadas. Además, las llamas acabaron con los implementos del emprendimiento de delivery con el cual trabajaba José.

Nosotros no podemos costear todas las reparaciones que necesita la casa. Yo dejé mi trabajo de 21 años para ayudar a mi esposa con su enfermedad. Empecé el emprendimiento de delivery porque podía trabajar desde casa. Ahorita lo estoy retomando pero solo con el carro, dijo José.

Después del accidente Deidy y su familia pasaron la noche en casa de un familiar. Allí vivieron en una habitación por varias semanas, hasta que otro familiar les prestó una vivienda que tenía desocupada en la zona de Maca, también en Petare. Ese ha sido su casa durante los últimos siete meses, aunque nada es igual. Deidy extraña su hogar propio, por lo que su anhelo es volver a reconstruir lo que dejaron las cenizas.

Estado de los cilindros

Iván Freites, dirigente de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), aseguró que en el 2020, de un aproximado de 15 millones de bombonas que existían en el país, solo quedaban tres millones en buen estado. El sindicalista también explicó que la mayoría de los accidentes ocasionados por las bombonas se deben al estado de oxidación en que se encuentran. Además del deterioro, hay dispositivos con fallas en la válvula múltiple, la cual sirve para el llenado, la alimentación de gas y la seguridad.

El problema de las bombonas de gas doméstico comenzó en el año 2009, a partir de la estatización de las empresas distribuidoras. En ese momento se manejaba una cifra de aproximadamente 15 millones de bombonas. Las empresas distribuidoras de gas dejaron de pertenecer a Pdvsa Gas Comunal y ahora gobernaciones y alcaldías tomaron posesión de esas empresas. Por lo que la producción actual solo abastece el 30 % del mercado interno.

En 2016 solo 50 % de las bombonas estaba en buen estado. Mientras que en 2020 quedaban al menos tres millones de bombonas en buen estado. Es muy difícil que se recupere el mercado interno. Lo primero que habría que hacer es recuperar el parque de bombonas y recuperar los niveles de producción de gas en las refinerías y las petroquímicas.

Una investigación realizada por la unidad de contenidos especiales de Crónica.Uno, publicada en diciembre de 2021, contabilizó al menos 49 accidentes producidos por bombonas de gas domésticos en los últimos 3 años, que tuvieron lugar en 17 de los 23 estados de Venezuela. Durante este 2022 también han ocurrido otros accidentes, uno de los más recientes fue el 7 de febrero de 2022 en Los Rosales, parroquia Santa Rosalía de Caracas. La explosión dejó al menos seis personas heridas.


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