¿Valencia está de moda? Su vida nocturna habla por la capital carabobeña

Los costos para salir de noche se alejan del bolsillo del valenciano común, pues los restaurantes tienen platos desde los $11 hasta los $18 sin postres y bebidas. Mientras que los clubes pueden representar un gasto de $50 para arriba si se trata de dos personas.

Valencia. La capital del estado Carabobo es una de las ciudades más importantes de Venezuela y desde la llegada de Rafael Lacava a la gobernación, la frase de Valencia está de moda se escucha a menudo.

Para Gonzalo Peña, periodista y director de la revista Club Magazine, Valencia siempre será Valencia, y aprovecha de citar a un reconocido empresario de la ciudad para recordar que se pueden tener muy buenos locales, con los mejores talentos, pero si no se tiene a la gente precisa en los espacios “no se tiene nada”.

Peña explica que esa gente es la que arrastra público y sus comentarios son los que llevan a los locales a lo alto o a lo más bajo. “Valencia siempre ha sido una ciudad de influencers, solo que ahora tienen redes sociales”.

En este sentido, la Valencia de hoy dista mucho de los tiempos de discotecas entre los setenta y ochenta, cuyas inauguraciones contaron con artistas como Donna Summer, Viola Will o Barry White.

“Las Mercedes” de Valencia

Hoy la capital carabobeña cuenta con cuatro grandes locales que si bien la gente llama “discos”, Peña define más bien como bares, porque no son sitios cerrados para bailar, sino más bien para comer y escuchar música.

Se encuentran en dos urbanizaciones contiguas, El Viñedo y La Viña. Aquí también están los mejores restaurantes y boutiques y son los que marcan la pauta, como ocurre en la urbanización Las Mercedes, en Caracas.

Pero ni eso evita que jóvenes como Alejandro Palma vean este despertar como parcial.

Hay algunos fines de semana cuando la ciudad se ve más movida, pero en otros, parece una ciudad fantasma”.

Palma considera que Valencia no tiene mucha oferta para sus gustos, que se inclinan más por la electrónica y el dance. “Me toca adaptarme a los ritmos urbanos y tropicales”.

Cuidar la seguridad y el bolsillo

La inseguridad ha sido una protagonista indeseada en la vida de Valencia. Incluso Peña la culpa de haber arrasado la movida de la ciudad desde los noventa hasta 2017, cuando se combinó con el éxodo. “Los chamos se quedaban en casa reunidos hasta el amanecer y ahora que volvieron a las calles están alertas”.

Sobre esto, Palma explica que estos cuatro locales de moda son los más seguros, en los otros no se siente igual. Se refiere a los ubicados en el centro comercial Siglo XXI en La Viña. “Uno se siente expuesto, el ambiente en el estacionamiento es turbio”.

Pero a estos problemas se le suma la poca fidelidad del valenciano hacia los locales, quienes siempre están atraídos por lo nuevo.

Ni hablar de los costos que se alejan del bolsillo del valenciano común, en donde los restaurantes más populares tienen platos desde los $11 hasta los $18 sin postres y bebidas. Mientras que los clubes pueden representar un gasto de entre $50 para arriba si se trata de dos personas.

Todos estos factores inciden en la supervivencia de los locales, por eso Peña calcula una vida útil de máximo cinco años o menos si se administran mal. De allí que la renovación sea vital. Estas cifras son duras, más aún porque de acuerdo con fuentes de la movida, un local en la zona top de Valencia puede llegar a costar hasta $900.000.

Vida nocturna entre “matraqueos” y desafíos

Tras todo lo anterior, el dueño de un local, que prefirió no identificarse, explicó que abrir un negocio es difícil, pero mantenerlo mucho más. “No todos los que abren locales son enchufados, pero todos tenemos desafíos”.

El principal desafío son los impuestos, el segundo es sobrevivir a las matracas por parte de algunos funcionarios, quienes disfrazan la corrupción de ayudas, de lo contrario, castigan con decomiso de equipos o multas cuantiosas.

A este empresario le ha tocado pagar $100 por documento y le ha dado $50 o más a policías para que los dejen trabajar. Si son fechas malas, la cosa se complica. “Normalmente, en mi local una persona puede gastar hasta $60, pero hay que recordar que son chamos menores de 25 años”.

Por eso este trabajador califica la vida nocturna valenciana como una burbuja en donde cohabitan negocios ligados al Estado, negocios que venden barato y desestabilizan la competencia. La burbuja condensa todo en una pequeña urbanización que margina a otros municipios y zonas.

La nostalgia saudita

No obstante, hay locales que llevan más de 20 años activos con buena clientela. “Eso es la nostalgia por el pasado”.

Mientras tanto, Gonzalo Peña afirma que en su revista se pueden cubrir tres eventos en un día y hasta la fecha llevan al menos 60 eventos cubiertos, mejores que los de hace dos décadas. En ese tiempo evidencia la evolución de la sociedad. “Hoy vemos más new money junto a las fortunas de toda la vida, pero es entendible, estamos en una ciudad industrial”.

Esta gente se entremezcla en los locales, que son pocos, segmentados por edad y estilo. Incluso Palma está acostumbrado a ir a locales y tropezarse con chamos de 16 y luego ver bailando a gente de 50.

La falta de oferta ha hecho que Palma disfrute más de los eventos privados, pero en línea general, sabe que la fiesta empieza después de la medianoche.

Por su parte, sin duda alguna, Peña piensa que Valencia está de moda porque hay mucha gente con curiosidad sobre la ciudad. Se refiere a Titina Penzini y Ela Cisneros.

Estas mujeres son it girls y si vienen a Valencia es porque algo pasa y eso hace que Caracas vea para estos lados, aunque siga el concepto de Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra”.


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