Las 800 familias residentes de la urbanización Campo Alegre aseguran que la zona, que otrora era sinónimo de tranquilidad, hoy se ha convertido en un barrio. La inseguridad, falta de alumbrado público y fallas en el suministro de agua potable son el constante dolor de cabeza que deben enfrentar los vecinos, quienes afirman que la única respuesta obtenida de las autoridades es la indiferencia.
Valencia. Cansados de lidiar con la falta de agua potable por tuberías, escaso alumbrado público y calles abarrotadas de huecos, los vecinos de la urbanización Campo Alegre, en el norte de Valencia, alzaron su voz de protesta.
Mónica Casanova, vocera de la comunidad, sostuvo que han elevado sus denuncias a la Alcaldía de Valencia e Hidrocentro, pero están hartos de que desde los organismos les insten a resolver sus problemas a través de la “autogestión”. Asegura que son 800 familias las que se ven afectadas y que, si a duras penas pueden llevar la comida a su casa, no cuentan con los recursos para cubrir gastos de asfaltado y alumbrado público.
“Estamos cansados de que las autoridades nos digan que todo debe ser por autogestión. No tenemos cómo cubrir un costo de asfaltado. Una vez lo hicimos con el alumbrado. No nos parece que debamos asumir responsabilidades del Estado”, relató la líder vecinal.
Algunos huecos en la urbanización se originaron por el colapso de las tuberías de aguas blancas, que datan de hace 40 años; otros, por el desgaste de la capa asfáltica.
En junio pasado, Edward Zapata, presidente del sindicato de Hidrocentro, reveló a Crónica.Uno que 80 % de las cuadrillas de distribución y mantenimiento se encuentran paralizadas por diferentes causas, entre ellas: falta de vehículos, equipos y herramientas, lo que imposibilita atender las fugas de agua en la ciudad.
Además, precisó que en Valencia se sustituyen tuberías de agua potable cuando se presenta una avería. Desde hace cuatro años no se hace una sustitución planificada de tuberías, porque ha mermado la capacidad de la empresa por falta de materiales, equipos y personal.
El servicio de agua por tubería es irregular, no tienen un plan de racionamiento claro; por tanto, han constituido grupos por redes sociales para informarse cuando el servicio está disponible, la mayoría de las veces es durante la madrugada.
Para satisfacer la demanda de agua potable a los estados Aragua, Carabobo y Cojedes, la Planta Potabilizadora Alejo Zuloaga debería bombear 7000 litros de agua por segundo, pero en la actualidad solo bombea 3500 litros por segundo, según el sindicato de Hidrocentro.
Huecos arropan el pavimento
Los vecinos de Campo Alegre también deben esquivar a diario los huecos que se han formado por el desgaste de la capa asfáltica. Han acudido a la Alcaldía de Valencia, pero no han recibido respuestas, les han dejado claro que los trabajos deben ser por autogestión.
El cráter que se encuentra en el medio de la calle 113 Los Almendros tiene una profundidad de un metro aproximadamente. Tiene un año, se formó tras el colapso de una tubería de agua, la misma fue cambiada pero no realizaron la reparación del pavimento.
El 6 de julio la Alcaldía de Valencia, mediante un boletín de prensa, informó que se realizaban labores de rehabilitación integral de la vialidad con la aplicación de 120 toneladas de asfalto. Estos trabajos se realizaron en el sur de la capital carabobeña.
En febrero de 2021 el presidente del Instituto Autónomo Municipal de Vialidad, César Tovar, aseguró que cuadrillas de bacheo trabajaban “sin descanso” en sectores del norte de Valencia, como: avenida 130 de Prebo, Trigal Sur, avenida Cuatricentenaria, sector La Manguita y en la avenida 104 cruce con Carabobo.
En esa oportunidad no precisaron la cantidad de asfalto que fue utilizado. Solo indicaron que la primera etapa del Plan de Rehabilitación Vial trabajaría por dos meses.
Inseguridad
Por la falta de alumbrado público los habitantes de Campo Alegre, en el norte Valencia, viven a diario el temor de ser víctimas de la delincuencia. Vecinos afirmaron que el sector se ha vuelto inseguro. Además, indicaron que las colas por gasolina generan malestar para ingresar a su urbanismo.
Mientras el equipo de Cronica.Uno se encontraba en la zona fueron advertidos de que no permanecieran dentro del vehículo porque podían ser víctimas del hampa.
“Váyase a la avenida principal, no se quede aquí, no vaya a pasar un mal susto. Esto se nos convirtió en un barrio”, lamentó un vecino.
Las peticiones de los vecinos son claras: alumbrado público, servicio de agua potable por tuberías constante, están cansados de tener que levantarse en medio de la madrugada para llenar sus envases; además, ser incluidos en los planes de asfaltado de la Alcaldía de Valencia.
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