Bajo la premisa de “cuidar las bombas”, Hidrolago no le suministra líquido al sector Santo Domingo, ubicado en lo más alto de la zona. Este 30 de noviembre se cumplió un año de la restricción del servicio.

Maracaibo. 40 personas se apostaron en las afueras de la oficina de la Hidrológica del Lago de Maracaibo (Hidrolago) y amenazaban con volver en dos días y trancar la calle de sus adyacencias si no respondían su llamado en ese periodo. Se trata de los vecinos del sector Santo Domingo de Haticos por arriba, pues este 30 de noviembre se cumple un año desde que corrió por última vez agua a través de sus tuberías, una condición que, insisten, ya no pueden sostener más.

“Estamos comprando la pipa de agua a 350 bolívares y a partir de enero vienen a 400 bolívares, los botellones igual. Lo que ganamos de sueldo mínimo no nos alcanza ni para pagar la pipa de agua”, afirma María Infante, residente del sector. Esta es una situación que se repite en las 400 familias que hacen vida a su alrededor.

Infante compra tres pipas con agua un día sí y un día no, un gasto de 4.200 bolívares semanales. Cada 15 días hace un esfuerzo mayor y paga para que le llenen un tanque por 4.000 bolívares, “y ahora dicen que viene a Bs. 5.000”, añade con preocupación.

“Si no tenemos dinero, nos quedamos sin agua. El otro día tenía que ir al banco y le pedí a la vecina un balde de agua para cepillarme porque no tenía. No tenía para comprar la pipa cuando pasó el camión y los camiones, no todo el tiempo entran porque dicen que el callejón es muy estrecho”, comentó la vecina.

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En las escuelas del sector modifican los horarios de clases dado el problema de la escasez de agua, asegura José Alarcón, habitante del barrio. Resalta que los niños son los que más padecen los efectos de la problemática y sufren erupciones en la piel.

La respuesta de Hidrolago a la comunidad sobre la interrupción de su servicio por un año empezó por el descenso de los embalses, una teoría que Infante descarta, puesto que los sectores de su alrededor, como el 23 de Enero, Ricardo Aguirre, El Chocolate y Mano de Dios, cuentan con un suministro regular de agua.

“Ellos no quieren poner las máquinas a toda mecha para que nos suba el agua, porque según ellos Santo Domingo es la parte más alta de los Haticos y dicen que las bombas sufren porque tienen 80 años”, puntualiza el ama de casa. Por lo que en cinco reuniones de trabajo que han mantenido con la hidrológica han pedido la asignación de recursos para poner en marcha las máquinas.

Foto: Cortesía Hidrolago


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