El 11 de septiembre de este año la nueva gerencia implementó el Plan Buhonería Cero, que al parecer no da resultados porque cada día hay más personas vendiendo desde chucherías hasta artículos de higiene, como afeitadoras, en los vagones.

Caracas. Puede que no exista un solo caraqueño que, al viajar en alguna de las líneas del Metro de Caracas, no haya presenciado cómo un hombre o una mujer, e incluso menores de edad, ofrecen cualquier chuchería, por lo general, a un precio de ganga en comparación con las ofertas inflacionarias de un establecimiento o quiosco en la calle. Y el que use este medio de transporte y diga que no ha visto la escena pronto será parte del montón, pues la presencia de personas que practican la buhonería exclusivamente dentro de los vagones —preferiblemente en movimiento— resulta cada día más notable.

De Propatria a Palo Verde, desde El Silencio hasta la estación Zoológico, o entre Zona Rental y La Rinconada, no hay vagón o tren del Metro que no tenga al menos un buhonero dispuesto a lanzar su parlamento apenas se sueltan los frenos. Entonces proyectan su voz mejor que pastor presto a lanzar un sermón y, de una mochila abierta y siempre colgada hacia el frente, ponen la mercancía al alcance de los usuarios. La retahíla de palabras siempre tiene un factor común: lo que ellos venden es casi un regalo. Por ejemplo, el turrón de maní, tan famoso en esta época, alcanza un precio de Bs. 200.

Foto: Hirsaid Gómez / Cortesía
A los buhoneros ambulantes no les importa el bululú de gente sino vender todos sus productos para pagar las “vacunas”.

El equipo de Crónica.Uno realizó un recorrido por varias estaciones de este sistema de transporte y evidenció cómo se organizan estos grupos de vendedores informales en las principales líneas. Si usted entra en la estación Petare a eso de las 9:00 a. m., verá cómo hombres y mujeres se aglutinan en el espacio, predominando el género masculino. Estos son liderados por “El Niche”, un hombre de voz afónica que controla la distribución de quienes venden en los vagones con ruta en la Línea 1, Los Altos Mirandinos y Los Valles del Tuy.

“Mi gente, buenas tardes. Gracias por sus buenas tardes, este día les traigo los ricos y deliciosos Super Popy a un precio de 100 bolívares por unidad. Hablénme que voy de paso ¿Quién dijo yo?”, es el parlamento de uno de los innumerables buhoneros que ofrecen no solo chucherías sino otros productos como pan sobado, golfeados, bombas, y hasta artículos de higiene personal, como afeitadoras.

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Para abordar los vagones, los comerciantes informales se dirigen al extremo opuesto de donde se encuentre el operador. En el andén parecen un usuario más en espera del servicio, pero en cuanto el aparato cierra sus puertas para continuar el viaje, el personaje saluda a los presentes y comienza su trabajo.

“Sabemos que esto no es legal, y tenemos que estar burda de pilas que no nos vea la gente [operadores] del Metro. Pero uno se hace unos buenos reales vendiendo chucherías o lo que sea, a juro lo vas a vender porque la gente a veces tiene hambre, o le lleva algo a sus chamos. Entre tanta gente a juro vas a vender todo” (sic), expresó Willian Cedeño desde el andén de la estación Chacao, junto con otra buhonera que no quiso hacer declaraciones.

Willian es un nombre ficticio. El vendedor real no reveló su identidad porque si alguien se entera de su testimonio, se podría “meter en problemas”. No obstante, informó que, por ejemplo, por cada caja de turrones de maní con 27 unidades a Bs. 200, gana Bs. 1.400, ya que el costo es de Bs. 4000.

“Pero esa ganancia no es toda de nosotros, le damos un porcentaje a quien nos vende la mercancía y a otra gente para que no nos saque del Metro”, aseguró Willian, mientras acomodaba varios paquetes de turrones en su bolso antes de abordar el vagón.

Cuando Willian dice “otra gente para que no nos saque del Metro”, no especificó a quién le dan esa “vacuna” para evitar que los expulsen del sistema. Sin embargo, una mujer que toca el violín dentro de los trenes añadió que con la ganancia de la venta informal le pagan a los policías “para que estos se hagan los locos y los dejan trabajar”. Ella también prefirió resguardar su nombre porque ha tenido problemas con los que practican la buhonería.

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Otro “sindicato” que opera dentro del Metro de Caracas se reúne en la estación Las Adjuntas de la Línea 2. Desde allí se dividen las estaciones y rutas que transitarán durante el día para vender sus chucherías. Aunque ninguno de los que participaban en la reunión quiso conversar Crónica.Uno, mediante otros usuarios se conoció que solo suelen trabajar en esa línea para no tener problemas con otros.

Este grupo de vendedores se reúne también en la mañana, y lo hace dentro de la estación frente a la caseta de Información que generalmente ocupan tres operadores.

El 11 de septiembre del presente año, la nueva gerencia del Metro, liderada por Gerardo Quintero, implementó el Plan Buhonería Cero en el marco de varios objetivos trazados para los primeros 100 días de gestión del presidente Quintero. Ese plan sería ejecutado por el Equipo Móvil de Apoyo, conformado por 250 funcionarios entre Guardias Patrimoniales, Operadores y trabajadores voluntarios adscritos a la institución junto con la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

Durante el recorrido realizado por el equipo de redacción no se observó la detención de algún practicante de la buhonería por parte de los efectivos de la PNB. Al parecer, este plan no está dando los resultados esperados para erradicar este foco ilegal. Todo lo contrario, con el pasar de los días se suman más personas, y estos, a su vez, involucran incluso a menores de edad.

Fotos: Mariana Mendoza e Hirsaid Gómez


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