La crisis que se abrió tras las elecciones presidenciales del 28 de julio pasado, que la oposición mayoritaria calificó de “fraudulentas”, ha hecho tambalear la otrora sólida relación entre Venezuela y España. El intercambio bilateral quedó en medio del fuego cruzado venezolano.
Caracas. La conseja popular reza que entre iguales siempre hay entendimiento, pero en las últimas semanas los socialistas de España y Venezuela solo se ponen de acuerdo en que no están de acuerdo. El peligro de una ruptura total de relaciones crece cada día, con la crisis venezolana como telón de fondo.
Alimentados por la desconfianza, los chavistas en el Parlamento, con Jorge Rodríguez a la cabeza, alistan un proyecto de acuerdo para instar al gobernante Nicolás Maduro a romper “todas las relaciones” con España.
Mientras, en Madrid el Gobierno del socialista Pedro Sánchez deshoja la margarita entre usar la diplomacia de mano izquierda o condenar el autoritarismo en Venezuela.
Pero el proyecto permanece en gaveta. Este jueves, 19 de septiembre, la propuesta no llegó al pleno, pese a que el propio Rodríguez había alertado que tiene “los votos” para solicitarle a Maduro que rompa relaciones con España.
“Eso tiene que ver con temas de la agenda parlamentaria”, se justificó Rodríguez tras la ausencia del tema en el pleno.
Inversiones y petróleo
Con todo, es probable que el chavismo aún sopese qué paso dar, porque romper relaciones con España sería lo mismo que darse un tiro en el pie, justo cuando necesita estar en forma para enfrentar el cuestionamiento internacional y la presión interna después de las controvertidas elecciones presidenciales.
Sería un golpe económico si (la petrolera española) Repsol no sigue operando en Venezuela”, dijo a Crónica Uno el internacionalista Luis Peche.
En su sitio web, Repsol presume su presencia en al menos cuatro grandes proyectos en Venezuela. Entre ellos menciona a “Petroquiriquire”, donde explota gas y petróleo en campos de Monagas y Zulia.
Según datos de 2023, la petrolera española producía unos 20.000 barriles diarios en “Petroquiriquire”. Este año hizo importantes inversiones para al menos doblar el bombeo. Con esto también buscan ayudar a Venezuela a cumplir su meta de cerrar el 2024 con una producción de un millón de barriles por día. Una relación de mutuo beneficio.
A inicios de semana, la vicepresidenta venezolana y ministra de Petróleo, Delcy Rodríguez, quiso rebajar las tensiones con la petrolera. Tras una reunión con el directivo Luis Antonio García Sánchez, afirmó que la Administración de Maduro “sigue avanzando en sus planes de cooperación energética y en las alianzas con empresas que, como Repsol, confían e invierten en la primera reserva petrolera del mundo”.
Por otro lado, las aerolíneas de bandera española son de las pocas que siguen operando rutas en Venezuela y permitiendo las conexiones aéreas de los venezolanos al mundo.
“La ciudadanía (de ambos países) tendría mucho que perder”, dijo Peche al respecto.
Retórica chavista
Pese a las constantes amenazas, Peche no cree que el Gobierno de Maduro finalmente rompa relaciones con España. Para el analista la medida sería “temeraria” en este momento para Venezuela.
“Es difícil que se llegue hasta allá”, dijo el analista. “El mensaje, pareciera es que esto va a ser un tema retórico, de dialéctica”, prosiguió.
Al tiempo, el experto estimó que la confrontación seguirá “escalando” a medida que se acerque el 10 de enero de 2025, cuando debe jurar un nuevo presidente en Venezuela.
Muestra de ello es la recomendación que hiciera el Senado español a Pedro Sánchez para que reconozca a Edmundo González como presidente electo de Venezuela.
“Por ahora es un tema simbólico y de presión diplomática”, dijo Peche al respecto, tras señalar que el PSOE de Sánchez hace oídos sordos a las peticiones de reconocer a González.
Además, apuntó que el reconocimiento a Edmundo González no será asunto de un Gobierno, sino una “política coordinada” de la comunidad internacional en la que “muy probablemente” tendrán protagonismo los líderes políticos de Venezuela.
En este sentido, señaló que no estima “viable” que Sánchez reconozca a Edmundo González -al menos de manera inmediata- tal y como ha pedido el Senado.
“Creo que la comunidad internacional está esperando que va a suceder este año para, a partir de enero, replantear la y recalcular la estrategia en torno a Venezuela”, sentenció.
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