En Venezuela la violencia se ensaña con los niños, niñas y adolescentes

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El informe presentado por Cecodap dice que cada día murieron 4 niños de forma violenta, es decir, uno cada 6 horas. Mientras la tasa de mortalidad violenta para adolescentes entre 15 y 17 años es de 99,7 por cada 100.000 habitantes, frente a una global nacional de 97.

Caracas. La emergencia humanitaria compleja la sufre todo el país. Pero si se mira un poco más abajo, a la población más joven las consecuencias son irreversibles: Solamente en el caso de niños, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) contabilizó 1484 homicidios durante 2018.

Esto supone que cada día murieron 4 niños de forma violenta, es decir, uno cada 6 horas. Mientras la tasa de mortalidad violenta para adolescentes entre 15 y 17 años es de 99,7 por cada 100.000 habitantes, frente a una global nacional de 97.

¿Por qué comenzamos con esas cifras? Simplemente porque si resulta alarmante que muera uno, llegar a casi 1500 debe generar un rechazo colectivo y más si 280 de esos chamos murieron bajo registro de “resistencia a la autoridad” (20 niños y 267 adolescentes).

Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap, durante la presentación del Informe especial sobre muertes violentas y otras formas de violencia contra los niños, niñas y adolescentes (NNA) en Venezuela, hizo uso de esas cifras para contextualizar este fenómeno, y sin llegar su presentación a las conclusiones, ya estaba dando por sentado que Venezuela es un país peligroso para los NNA.

Y no solo muertes, también citó las detenciones durante las protestas registradas en el mes de enero de 2019, cuando 77 adolescentes fueron detenidos y acusados de delitos de terrorismo por ejercer su derecho a la manifestación; casos que estuvieron caracterizados por la incomunicación, torturas, violación del debido proceso y la captura de adolescentes que por ley son inimputables. Todo lo anterior enmarcado en una política de miedo como una forma de desmovilizar los reclamos de las familias. A la fecha tenemos casos documentados de estos hechos que no hemos podido hacer de conocimiento público por temor a represalias contra las familias y los niños.

En ese escenario, Trapani analizó que la emergencia que vivimos no obedece a causas naturales o eventos fortuitos, viene dada por decisiones políticas, quiebre del Estado de Derecho, y una constante negativa en reconocer los problemas, atribuyendo todo lo que sucede en nuestro país a las recientes sanciones económicas coercitivas contra Venezuela, sin reconocer que este proceso que se agudiza a partir del 2014 viene gestándose desde hace 20 años, siendo una problemática de instalación lenta que produce daño, sufrimiento y muerte.

“A la fecha más de 3 millones de venezolanos están fuera del país de manera forzosa, generando un impacto regional. Pero, el caso de los niños la problemática se agudiza, a partir del año 2007 con la reforma de la ley de infancia y el desmantelamiento intencional del sistema de protección, es decir, no se trata de una dinámica que solamente obedece a la coyuntura política actual, sino que da cuenta de una sistemática violencia institucional contra la infancia en Venezuela”.

Los NNA no están protegidos  

Todo el capítulo de muertes y violencia del informe fue analizado por Roberto Briceño León, Gloria Perdomo y Alberto Camardiel, como parte del Observatorio Venezolano de Violencia.

Le tocó a Briceño León tomar parte durante la presentación del informe, quien se refirió a que todas estas muertes pueden ser prevenibles. “Pero lo que se evidencia es negligencia y el deliberado incumplimiento de las obligaciones de protección de quienes, como autoridades públicas, son garantes de la vida, salud, educación y el desarrollo integral de los NNA. Son 1482 muertes en un año, 4 niños o adolescentes muertos cada día ese año, 120 NNA muertos cada mes, el equivalente a cuatro salones de clases asesinados cada mes del año. Son estimaciones que deberían estremecer la conciencia de la sociedad”.

Y por si fuera poco este saldo rojo, en materia de violencia sexual, la situación no es nada alentadora. Mercedes Muñoz, de Avesa, se refirió a las fallas en la formación de consejeros y consejeras de protección a la hora de identificar las diversas modalidades de abuso y explotación sexual, toda vez que siguen operando prejuicios y falsas creencias, sobre todo cuando las víctimas son adolescentes.

Hay un ejemplo expuesto en el informe de Cecodap y es que 39 % de Consejos de Protección de zonas rurales del país no recibe denuncias por abuso o explotación sexual, no por inexistencia de casos, sino debido a debilidades institucionales y situaciones que vulneran el derecho de protección de NNA.

Situación que Carla Serrano, socióloga jurídica de la UCAB, reforzó cuando dijo que en estos 19 años no se sabe nada del sistema de y de protección de los NNA, a pesar de que hay una convención del 89, una ratificación de Venezuela del 90, una ley del 98 y una adaptación de la ley en el 2000. “Simplemente no se ha avanzado en prevención, a los NNA más bien los persiguen, ponen presos e imputan como terroristas”.

Aumentan casos de abusos 

Mientras Angeyeimar Gil, trabajadora social e investigadora de Cecodap, desglosó los datos cuantitativos, en el marco de la violencia, y estacó que los principales motivos de atención son los casos de abuso sexual, la violencia basada en géneros, negligencia materna, conflictos familiares, maltrato materno/paterno, acoso escolar, duelo, trato cruel, suicidio. “Incluso la violencia física y psicológica se ha incrementado porque los niños se comen los alimentos sin permiso del os padres. Papá y mamá son los primeros victimarios. La violencia está naturalizada en todos los espacios”.

De hecho, Trapani destacó que el abuso sexual en el ámbito familiar es la primera causa de denuncia en los consejos de protección y de atención de Profam, y en 2018 se notó un incremento preponderante de situaciones donde los padres eran los victimarios.

También se notó un incremento importante en casos de explotación sexual, donde los victimarios eran precisamente los padres, justificando su violencia en la situación de carencias materiales y limitaciones para garantizar la alimentación.

La violencia también fue tratada desde las aulas. Fernando Pereira, educador y fundador de Cecodap, fue enfático en señalar que no hay cifras oficiales. Sin embargo, explicó con testimonios atendidos por la institución como los NNA son desatendidos y sometidos al abuso escolar, robo y vandalismo. Para 2010, dijo, el Centro Gumilla registró 73 % de situaciones violentas dentro de los centros educativos. “Ahora no hay estadísticas, verificar la magnitud del problema en Venezuela mediante datos ha sido cuesta arriba”.

El informe no se queda en el contexto, los expertos dicen que es imperativo que el Estado cumpla con su deber de asignar recursos suficientes y de calidad para que se garantice la debida protección a los NNA; y recomienda desarrollar programas de formación en el área preventiva y crear programas de atención médica y psicológica, e igualmente exhorta al seguimiento y análisis de las recomendaciones del Estudio de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños.


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