Escuela en el 23 de enero que recibe a más de 400 niños está en riesgo

La directiva de la institución ha buscado ayuda en distintos entes del Estado para solucionar los problemas de infraestructura. Alumnos de 1er grado tuvieron que desalojar su aula por las filtraciones de agua.

Caracas. La escuela Francisco González Guinan ubicada entre los bloques 22 y 23 del popular sector caraqueño 23 de Enero, la semana pasada cumplió su aniversario número 58, casi el mismo tiempo desde que Fidel Castro derrocó a Fulgencio Batista en 1959 y se hizo con el poder de Cuba durante 47 años de manera ininterrumpida. Hoy ese centro educativo no tiene nada qué celebrar a pesar de que tiene casi seis décadas educando a más de tres generaciones de esa zona. Si no fuera por la dedicación de las educadoras hacia la institución, el abandono en sus instalaciones sería total.

Los principales problemas que tiene el plantel son de infraestructura: la pared que colinda con la cancha del bloque 22 y con otros caseríos más pequeños tiene grietas, agujeros, ladrillos flojos y una inclinación evidente que amenaza con desprenderse en cualquier momento. En la parte trasera del colegio había tres frondosos árboles caobas que tuvieron que talar porque, debido a su ubicación y al crecimiento de sus raíces podían derrumbar esos muros.

Uno de los muros del plantel fue derrumbado por un árbol y desde ese entonces así quedó Foto: Crónica Uno / Mariana Mendoza
Uno de los muros del plantel fue derrumbado por un árbol y desde ese entonces así quedó.

“Aquí tenemos problemas con las paredes y las filtraciones desde hace más de tres años. En el 2013 empezamos a mandar cartas a distintas instituciones para que nos ayuden con los recursos pero ninguna nos ha dado una respuesta clara”, dijo la profesora Milagros Delgado. Ella imparte clases de danza a los niños de esa escuela desde hace 10 años, sin recibir ningún pago. “Hago esto porque me gusta ayudar a mi comunidad”, señaló.

Son más de 400 niños que hay en la matrícula, y aunque todos corren peligro en las instalaciones, quizá los más afectados son los de los salones de 1º y 2º grado. El que era el aula de primer grado ya no acoge a ningún niño porque, según Delgado, las filtraciones y goteras cuando llueve son insoportables. En ese salón aún quedan pizarras, estantes con algunos libros, y uno que otro pupitre. Aunque en la puerta se lee: “1er grado” está prohibida la entrada para cualquier estudiante.

Ya que no está habilitada esa aula, las profesoras tuvieron que hacer cambio de salones hace dos meses cuando decidieron no seguir dando clases en ese espacio. “Ahora usamos la biblioteca como salón de clases para los niños de 3º grado, y en el salón de ellos ven clase los de 1º grado”, explicó la docente de danza.

Los pasillos están enmohecidos y los muros presentan graves filtraciones Foto: Crónica Uno / Mariana Mendoza
Los pasillos están enmohecidos y los muros presentan graves filtraciones.

En uno de los espacios donde está la dirección hay un tobo en el suelo en donde caen gotas que salen peligrosamente cerca de una de las lámparas del techo. Esa escena ejemplifica la gravedad del asunto. Delgado mostró una carpeta la que acumula todo tipo de cartas y documentos que la escuela, a través de su directora, ha entregado a diversas instituciones del Estado para que le pongan atención a ese centro educativo.

La profesora Delgado, en nombre de todo el personal que labora en la institución, manifestó que ya están cansados de enviar misivas y documentos en los que le explican a la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE) toda la problemática que tiene la escuela desde hace más de tres años y, papeles en mano, aseguró que nunca han recibido respuesta de este ente.

Milagros, profesora del plantel, está hastiada de presentar reclamos sin recibir respuesta Foto: Crónica Uno / Mariana Mendoza
Milagros, profesora del plantel, está hastiada de presentar reclamos sin recibir respuesta.

“Entregamos una carta el 2 de octubre de 2013 a Jacqueline Faría cuando estaba al frente de la Jefatura de Gobierno del Distrito Capital y también tiene sello de recibido, pero nunca nos dio respuesta”, señaló Delgado.

Asimismo, hay una carta con fecha de 12 de diciembre de 2013 que la escuela Francisco González Guinan entregó a la Fundación para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural de Caracas (Fundapatrimonio), a la que obtuvieron contestación, más no la que esperaban: les dijeron que no los pueden ayudar porque ese recinto no es patrimonio de la ciudad. Otro documento que tiene un sello de “recibido” la entregó la dirección del colegio el 18 de febrero de 2014 al ingeniero Carlos Padrón, quien es el director de Gestión de Riesgo de la Alcaldía de Caracas, también les dio respuesta e hizo la inspección correspondiente en la que explica los problemas de infraestructura que tiene el lugar.

Ni Delgado ni las demás docentes recuerdan cuándo fue la última vez que arreglaron el suelo del patio, que es muy rústico, y allí los niños ven clases de educación física. En ese mismo espacio se hacen los recreos, donde no hay banquitos para que los alumnos se puedan sentar a comer, en cambio, hay unos árboles talados y colocados uno al lado del otro para servir de asiento improvisado a los infantes.

Hay salones clausurados por no tener las condiciones para impartir clases dentro de ellos Foto: Crónica Uno / Mariana Mendoza
Hay salones clausurados por no tener las condiciones para impartir clases dentro de ellos.

El pasado viernes, al final de la tarde, un grupo de niños de ese colegio estaba en un salón en la última actividad de la semana aniversario: una misa. Tanto obreros, como profesores escuchaban al cura. Resguardados bajo la oración los niños no parecían conscientes del peligro que corren dentro de su propio plantel, mientras que las profesoras, tal vez, mantenían entre sus plegarias silenciosas la petición de que para el cumpleaños °59 de la institución sus alumnos estén fuera de riesgo y vuelvan a ser educados en condiciones óptimas.

Foto: Crónica Uno / Mariana Mendoza

Fotos: Mariana Mendoza


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