La “operación retardo” del PSUV que acabó con la soberanía del voto

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“Media hora más y ganamos en Zulia”, afirmó el jefe del comando oficialista, Jorge Rodríguez, al admitir que ejecutaron los operativos Soberanía y Remate para conservar el poder en los estados y buscar los votos. Las bases y el control de los Clap, carnet de la Patria y el trabajo de los operadores de Somos Venezuela y Chamba Juvenil obligaron al voto.

Caracas. A las 3:00 a. m., no solo sonó la Diana en los 23 estados del país, sino que se activó la maquinaria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que tenía una meta: impedir que la oposición se adueñara del país y, como consecuencia de largo plazo, debilitara al oficialismo, de cara a las elecciones presidenciales de 2018.

La “Operación Soberanía” (OS), como fue bautizada en predios de Miraflores, constó de varios flancos:

El electoral, con el despliegue de 1.800.000 militantes; la toma de los 13.559 centros de votación desde el viernes 13 de octubre; y la comunicación con representantes del Poder Electoral.

Hubo un flanco político, con la asignación de responsabilidades a altos jerarcas del PSUV y ministros, que se distribuyeron en las entidades, con la orden de evitar pugnas internas y ayudar a atender los reclamos de la población. Por ello, el ministro de Agricultura Urbana, Freddy Bernal, no solo levantó manos de candidatos, sino que entregó bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) en Falcón, Lara y Aragua, entre otros estados, y hasta instó a los coordinadores del sistema de alimentación del Estado a que tenían que ir a buscar a electores, saber sus necesidades, atenderlos y anotar sus datos para llamarlo el 15-Oct.

“Ustedes saben que tienen que hacer: lista en mano, casa por casa”, ordenó a los Clap, en su cuenta de Twitter.

La jefatura mayor de la OS estuvo a cargo de Nicolás Maduro. A las 6:00 a. m., el presidente salió en VTV, recorrió Miraflores, entró al Puesto de Comando Presidencial, llamó a votar, despidió la transmisión y se dedicó a llamar a los gobernadores, a candidatos, a los comandantes militares y policiales, para que estuvieran vigilantes.

La instalación de dos salas situacionales: una en Miraflores, y la otra en Alcaldía Libertador, aledaña al teatro Principal, donde hablaba a la prensa el comando del PSUV, alimentaban las inquietudes de Maduro, quien no votó por ser elector de Caracas, donde no se eligen gobernadores.

Los responsables de las salas: Jorge Rodríguez, Francisco Ameliach, Pedro Carreño y un grupo de oficiales de la Fuerza Armada, aseguraron fuentes.

Desde el inicio de la campaña, el oficialismo se adjudica sin problemas el eje llanero: Guárico, Apure, Portuguesa y Barinas; parte del Sur, Delta Amacuro; del centro-occidente, Yaracuy; y en el Litoral, a Vargas. En total, 7. Así que debían echar el resto para mantenerlas y tratar de sumar votos en los estados donde las cosas vaticinaban que serían para la Unidad Democrática. 94 millardos aprobados en Miraflores a fines de septiembre, apuntaban a ese fin: cambiar la realidad con la promesa de mejorar la situación económica de los electores.

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OR: Operación Retardo

La clave de la maniobra del oficialismo para mantener 75 % del país estribó en el cumplimiento de las órdenes, emanadas desde el Puesto de Comando Presidencial, los comandos de los candidatos, y la serie de obstáculos colocados por el Poder Electoral para motivar la abstención.

A la dirigencia del PSUV se le encomendó decir, según el “Plan de trabajo”:

1) “Estas elecciones fueron autorizada por la ANC” para así posicionar la tesis de que, gracias a la instancia, se efectuaron los comicios —que llevaban 10 meses de atraso— y por ende justificar que las autoridades electas debían juramentarse y subordinarse a esta instancia, controlada por 456 dirigentes del PSUV.

2) La plana mayor se replegó por los estados en apoyo a los candidatos y porque vaticinaban cierres parejos en, al menos, 6 estados: Miranda, Aragua. Los más seguros: Delta Amacuro, Amazonas, Apure, Trujillo.

Las instrucciones a la militancia fueron:

1) Estar a la 5:00 a. m. para instalar las mesas e impedir que los testigos de la oposición entraran a los centros de votación.

2) Sufragar en la mañana.

2) Reportarse con el Carnet de la Patria en los puntos rojos de control, para levantar acta con participación.

3) En el caso de Miranda se adjudicarían el triunfo desde temprano y giraron instrucciones a trabajadores del Metro para que, a partir de las 8:00 p. m., se tomara la sede de la Gobernación.

4) A los dirigentes y militantes del municipio Libertador, Caracas, se les ordenó hacer acto de presencia en los centros de votación del municipio Sucre, con dos objetivos: uno, hacer cola y así retrasar la votación de quienes sí tenían derecho a sufragar; y dos, protestar contra los dirigentes de la MUD que asistieran a votar, revelaron en el PSUV-DC.

5) Participar en las auditorías; no abandonar los centros de votación y permanecer hasta las horas en que los requirieran.

¿Cómo se ejecutaron las órdenes?

La OR se hizo en todos los estados, pero de modo táctico y estratégico en los estados centrales, porque están cercanos a las instancias del Poder Ejecutivo y se quiere evitar que la oposición pueda usarlas para “desestabilizar”.

Miranda fue percibido por Miraflores como “un trofeo”, pues quería destronar a Henrique Capriles, y para ello, el oficialismo activó la maquinaria en aquellos municipios que podrían darle una eventual victoria.

En Sucre, las UBCh y las patrullas movilizaron a la militancia del PSUV en motos y rústicos que alquilaron para la ocasión. Bs. 100.000 por el día les ofrecieron a motorizados.

Petare es clave para cualquier tendencia política; representa 17 % del padrón electoral, y define al ganador, lo que explica la dedicación del PSUV en arrastrar a los electores. En las escuelas José de Jesús Arocha, Baute, Manuel Picón Salas y otras 3 más en La Unión, hubo una alta rotación de electores porque el proceso era rápido, menos de 1 minuto.

En la escuela Rafael Baute, en el barrio La Unión, eran chequeados, tanto electores como conductores, en un toldo ubicado al frente, donde se activaban los carnets de la patria y dejaban constancia del voto. Los operadores de Somos Venezuela y Chamba Juvenil cumplían esa tarea. Al lado, se oía un vallenato y se vendían cervezas, pese a la Ley Seca.

A este centro fueron enviados electores de Lomas del Ávila y Palo Verde que acudieron como “un acto de rebeldía”, dijo Pedro Marín, quien añadió que desde la 6:00 a. m. funcionó la movilización, con 40 buses que iban y venían cada 20 minutos.

En el Baute, 10 efectivos de inteligencia militar (Dgcim), con sus manos puestas en sus armas, escoltaron a una mujer, cuya identidad solo conocieron los testigos de mesa donde votó, porque a la prensa nacional e internacional no se le permitió ingresar a cumplir el trabajo de informar.

“Los resultados, si son adversos, se respetaràn, como en anteriores comicios de gobernadores y alcaldes. No tememos a las elecciones y, como demócratas, reconoceremos al ganador y exigiremos respeto si se trata de uno de los nuestros”, prometió el constituyente José Vicente Rangel Ávalos, quien señaló que el voto era “la mejor carta democrática” que impera en Venezuela, en respuesta a los alertas de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de aplicar sanciones si se vulnera el derecho al sufragio.

Infografia Regionales 2017
Los resultados de los comicios que entregó el CNE la noche del 15 de octubre mostraron un mapa rojo. Infografía: Milfri Pérez

El PSUV contaba con el “remate de última hora” para sumar más electores, a pesar de que a las afueras del Arocha no había colas a las 3:45 p. m.

La abstención afectaba al chavismo. La lluvia que cayó el domingo también resultó fuente de preocupación puesto que podría aumentar la ausencia de votantes —que preferirían resguardarse del aguacero en sus casas en lugar de acudir a las urnas— lo que habría impactado aún más en los números del oficialismo, admitieron dirigentes aliados del PSUV. El primer reporte del Consejo Nacional Electoral (CNE), —a la 1:38 p. m—, de gobernador por estados, así lo indicaba:

 Estado
MUD PSUV
Amazonas 14 % 6 %
Anzoátegui 16 % 4 %
Apure 8 % 12 %
Aragua 15 % 5 %
Barinas 14 % 6 %
Bolívar 15 % 5 %
Carabobo 17 % 3 %
Cojedes 7 % 13 %
Delta Amacuro 8 % 12 %
Falcón 16 % 4 %
Guárico 11 % 9 %
Lara 16 % 4 %
Mérida 17 % 3 %
Miranda 12 % 8 %
Monagas 14 % 6 %
Nueva Esparta 16 % 4 %
Portuguesa 8 % 12 %
Sucre 13 % 7 %
Táchira 18 % 2 %
Trujillo 12 % 8 %
Vargas 11 % 9 %
Yaracuy 8 % 12 %
Zulia 16 % 4 %

“Hasta la 1:00 p. m. Próximos resultados a las 3:00 p. m. y luego a las 5:00 p. m.”, indicaba el reporte.

El balance activó las alarmas en el oficialismo, que ordenó al CNE extender la hora del cierre.

En Miranda, el comando de la MUD sustanció el caso del “secuestro” de un centro de votación en Los Valles del Tuy: efectivos del Plan República habrían llegado al sitio; ordenaron a los presentes marcharse; entraron al recinto y les pidieron a los testigos y miembros de mesa que les entregara el material electoral. Luego, no se supo qué pasó, indicaron testigos del hecho, según informe del Comando MUD.

El jefe del comando del PSUV, Jorge Rodríguez, admitió el pasado domingo la activación de un operativo especial para captar votos y disminuir la diferencia con los rivales de la MUD, cuando habló en el Teatro Principal.

De hecho, entre las 6:00 p. m. y 8:00 p. m., en la Unidad se atribuían 15 estados, mientras que el PSUV solo tenía 8. Entre los aliados del Gobierno ratificaron la información y, por ello, se sorprendieron cuando el CNE dijo, pasadas las 10:00 p. m., que el mapa quedaba en rojo.

Ya entrada la noche, los opositores hablaban de una “rebanadora de votos”; otros de “la noche de los cuchillos”, y de que el oficialismo les arrebataría 11 gobernaciones.

Rodríguez explicó que el plan funcionó en algunos estados, en 17, y en otros no. Por ejemplo, la derrota en Zulia la atribuyó a la abstención oficialista, y lamentó que la votación no se hubiera extendido más allá de entrada la noche.

“La abstención en Zulia nos perjudicó, pero si hubiéramos obtenido media hora más la cosa sería otra”, dijo sobre la prórroga del cierre de mesas, de 6:00 p. m. a 10:00 p. m., y la operación remate del PSUV.

Por supuesto, negó cualquier fraude e indicó que las encuestadoras le mintieron al país y que, por ejemplo, ocultaron que Ocariz perdería en Miranda.

“Si la MUD canta fraude desaparecerá como la Coordinadora Democrática. Henry Ramos Allup y Enrique Mendoza cantaron fraude y no lo demostraron. Ramos dijo ayer (domingo) que hubo una participación creciente, sí, en el chavismo. Desde las 6:00 a. m. comenzaron los cuchillos de ternuras hasta las 6:00 p. m., y luego hasta las 8:00 p. m. cuando terminamos de votar. La oposición votó lento y tarde”.

Los resultados del CNE le dieron al PSUV, 17 gobernaciones; 5 a la MUD. 60,14 % de participación. Sin embargo, la cifra despierta suspicacia.

¿Cómo el oficialismo obtuvo 54 % de apoyo, frente a 45 % de la oposición si el rechazo de Maduro supera 80 %, señalan Datincorp, Datanálisis y Mercanális? 9 puntos de diferencia, se atribuye el madurismo.

La única respuesta sobre este resultado es que los operativos del PSUV y del CNE funcionaron. Que se produjo lo que en la MUD califican como “fraude legal”; es decir, el oficialismo guardó las formas; contarían con actas que señalarían que sacaron esos votos, una vez que extendieron los cierres y que se ayudaran en la serie de trabas colocadas en el camino.

El expresidente de Fedecámaras, Jorge Roig Navarro‏, lo describió así en la cuenta Twitter @jorgeroig: “Los votos se fabricaron en los centros de mayor abstención y donde es difícil tener actas. Nunca votó el 61 %”.

¿Triunfó el chavismo, el madurismo?

En lugar de celebración, el país amaneció triste. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la Policía Nacional activaron un plan especial de vigilancia; y el Sebin está en las calles.

¿Quién gana, tranca el juego?

Foto: AVN


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