El 21 de diciembre fue asesinado Josué Alejandro Molina, de 6 años, convirtiéndose en la victima más reciente de la violencia desatada en la región, la primera más violenta del país por tercer año consecutivo. Menores de edad y adolescentes lideran bandas delictivas, como la temida “Tren del Sur”.

Maracay. La violencia se apoderó del estado Aragua y ha convertido a la llamada la “Cuna de la revolución”, en la más violenta de Venezuela. Los niños y adolescentes no han escapado a esta espiral de violencia que por tercer año consecutivo encabeza la región.

Al cierre del 2018, 50 niños y/o menores de edad han fallecido en medio de hechos violentos y las víctimas han sido menores con edades entre los 13 a 17 años.

Josué Alejandro Molina es, hasta el 28 de diciembre, la víctima más reciente. Fue asesinado junto a su padre, Eduardo Molina, presidente de la Línea de transporte La Coromoto de Maracay y a su madre,  Eskeila de Molina, en un horrendo triple homicidio que conmocionó a la sociedad aragüeña. Su hermano mayor, de solo 10 años,  se mantiene en estado de coma.

De acuerdo con las estadísticas que maneja el Observatorio de Violencia en Aragua, OVA, por los hechos publicados en los medios de comunicación de la entidad, en enero se registraron 10 muertes de menores de edad en medio de hechos de violencia; en febrero 6; 4 en marzo;  otras 4 en mayo; seguidas de 3 en junio; 5 en julio; 3 en agosto; 6 en septiembre; 5 en octubre: en noviembre 2 muertes y en diciembre 2 menores muertos por hechos violentos.  Aunque no precisó datos, Arias detalló que un porcentaje de los menores víctimas de la violencia  estaban involucradas en hechos delictivos, según datos aportados por los cuerpos policiales.

El coordinador del OVA, José Ramón Arias, precisó que desde el 2013 cuando emprendieron el trabajo de monitoreo, 2.800 niños y/o menores de edad han quedado huérfanos por la violencia, sin que las instancias gubernamentales regionales y nacionales hayan tomado en cuenta  las sugerencias del OVA  y la sociedad civil, para frenar la violencia en la entidad.

“Es evidente que el régimen no valora, ni respeta  la vida, como tampoco asume su responsabilidad y las consecuencias de la violencia desmedida en la región”, dice Arias.

La dramática deserción estudiantil que se viene produciendo en los últimos meses, constituye uno de los factores que inciden en la violencia familiar y por consiguiente en los menores de edad, quienes al no tener alternativas de educación y formación, se convierten en presa fácil de bandas delictivas organizadas, al punto de formar parte de ellas y hasta de liderarlas.

Es el caso de Brayan Alexander Rico, asesinado el pasado 15 de diciembre. Con apenas 13 años de edad, dirigía una banda delictiva en el municipio Ribas y estaba requerido por varios delitos como robo, extorsión y hasta por homicidio, incluyendo el de un funcionario de la Policía de Aragua. Una guerra entre bandas criminales en la parroquia Zuata, originó el asesinato de este menor de edad, cuyo cadáver fue lanzado en un terreno baldío situado en el sector La Ceiba, el cual presentaba un tiro de escopeta en la cabeza.

Para el coordinador del OVA, José Ramón Arias, la falta de transporte, alimentos y uniformes, inciden, entre otros factores, en el abandono de la escuela, por lo que la población infantil y adolescente se encuentra  vulnerable ante el elevado índice de criminalidad que reina en la región desde hace varios años, especialmente en los últimos tres.

“Las bandas delictivas organizadas aprovechan la descomposición familiar y la pérdida de valores en nuestra sociedad para  captar a niños entre 13 y 16 años de edad y convertirlos en “pranes” y “luceros”, que terminan siendo personajes muy violentos porque a muy corta edad sus experiencias han sido el abuso psicológico y sexual, la violencia familiar y el consumo de drogas precisó”, explica Arias.

En el más reciente informe anual del Observatorio venezolano de la violencia,  destaca que el “liderazgo de la violencia lo han asumido los adolescentes”. El vacío de “poder” que deja la migración de delincuentes o la muerte de los líderes de bandas delictivas, es ocupado por jovencitos cuyas edades oscilan entre los 15 y 19 años.
“En el segundo municipio más violento de Aragua, el municipio José Rafael Revenga, el ajusticiamiento de los líderes de las bandas “El Sayayín” y “El Libardo”, trajo como consecuencia  que un grupo de jóvenes, muchos de ellos menores de edad,  liderado por el hermano menor del Sayayín, conformaran una banda delictiva conocida como El Tren del Sur, que se ha hecho “famosa” por publicar en las redes sociales, los rostros descubiertos de sus integrantes y su potente armamento”, refiere el OVV.

Aragua violenta por tercer año consecutivo 

El Observatorio Venezolano de Violencia acaba de anunciar los datos del informe anual 2018, y por tercer año consecutivo Aragua encabeza la lista de los estados más violentos del país, con una tasa de 168 homicidios por cada 100 mil habitantes duplicando la tasa global del país que fue de 81,4 muertes violentas. Le siguen, Miranda con 124, Bolívar con 107, Distrito Capital con 100 y Sucre con 97 homicidios, durante el año que está por culminar.

De los 18 municipios que conforman la región, Girardot, seguido por José Félix Ribas y Mario Briceño Iragorry, son  los principales municipios con mayor ocurrencia de delitos. El cuarto lugar lo comparten los municipios Francisco Linares Alcántara, José Rafael Revenga y Simón Bolívar. Los municipios que superan la tasa regional son 8, entre ellos, Santos Michelena (445), Revenga (372) y Urdaneta (249). Resistencia a la autoridad, robo y ajuste de cuentas, son los móviles principales de los homicidios.

En el año 2017, según el Informe Anual del Observatorio Venezolano de Violencia,  la tasa de muertes violentas en Aragua subió de 142 a 155, manteniendo de esta manera el primer lugar como el estado más violento de Venezuela.

Debido a esta situación, el Observatorio Venezolano de Violencia decidió incorporar al estado Aragua a sus sedes regionales.  A partir de octubre del presente año,  la región se convirtió en la sede número 8 de la estructura del OVV, en alianza con la Unidad de Investigación y Estudios en Salud Pública (UNIESAP) de la Facultad de Ciencias de la Salud Sede Aragua, de la Universidad de Carabobo (UC). Las profesoras Iris Terán, médica del Departamento de Salud Pública de la UC,  está a cargo de la coordinación y María Chacón, bioanalista del Departamento de Microbiología y  Solange Chacón de Garcés, profesora jubilada del Ministerio de Educación, constituyen el equipo regional.

En el inicio del monitoreo, el OVV en Aragua determinó que en el 86% de los casos el delito más grave fue el homicidio y que 93% de las víctimas eran hombres. Los jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 29 años representaron 56%. El 63% de los sucesos delictivos ocurrieron en días de semana en horario diurno.

Respecto al tipo de violencia, la más común fue la policial, con 46% de frecuencia, seguida de la violencia delincuencial, con 43%. El móvil de 47% de los sucesos delictivos fue la resistencia a la autoridad y 22% por robo.

Aragua también ocupa el primer lugar en asesinato de policías. A la fecha de la redacción de esta nota, de acuerdo con registros periodísticos, 52 funcionarios, la mayoría de la Policía del estado, han sido asesinados. Al cierre del 2017, Fundepro reportaba la muerte violenta de 50 funcionarios policiales  de los distintos cuerpos de seguridad  como Policía de Aragua, PNB, CICPC, SEBIN y policías municipales, entre ellos, 7 militares, la mayoría de la GNB. Son 305 funcionarios policiales que han muerto en manos del hampa desde el año 2013 a la fecha, siendo 2015 y 2016, los años en los que fueron asesinados más policías en la región, con 54 y 72, respectivamente.


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