90% de los jubilados y pensionados carece de la ayuda de las remesas

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Una encuesta reciente, levantada por la Intersectorial de Pensionados y Jubilados, reveló además que 55,3 %, 1885,7, solo usa tapabocas para protegerse de la COVID-19.

Caracas. Una encuesta aplicada a 3410 venezolanos de la tercera edad arrojó que 36,8 %  no recibe la caja Clap, eso es 1254,8 personas que solo dependen de sus ingresos como pensionados y jubilados; y que 90 %, 3099,6, no cuenta con la ayuda de las remesas.

El cuestionario hecho por la Intersectorial de Jubilados y Pensionados se tomó a finales de abril y a principios de mayo de 2020, con la finalidad de conocer el estado actual de los abuelos en medio de la pandemia.

Luis Cano, directivo de la intersectorial, alertó de que muchos están en situaciones críticas y desasistidos, dependiendo de salarios miserables; y para ese momento solo 528,5 ciudadanos (15,5 %) tenía ingresos superiores a 500.000 bolívares.

Los datos preliminares, que serán presentados en su totalidad próximamente, revelan que 61,9 % come solo dos veces, eso representa una población de 2110,7. 

Los datos fueron levantados en 23 estados usando una plataforma de Google. Las preguntas fueron enviadas a través de las intersectoriales regionales, las cuales distribuyeron el cuestionario en sus grupos sociales.

Además, se consultó sobre las medidas de protección para contrarrestar la COVID-19, y si estas personas de la tercera edad tenían acceso a guantes y tapabocas. 55,3 %, 1885,7, solo usa tapabocas, y lo que más alertó a Cano es que estas personas, 90,9 %, 3099,6, no cuenta con ayudas de las remesas, lo que pone en evidencia una vida con más precariedad.

Hay pensionados y jubilados que tienen parientes en el extranjero y se beneficiaban con las ayudas de las remesas que les  transferían y que eran un tipo de colchón económico para soportar la crisis actual.

Algunos migrantes, por el tema de la pandemia, no han podido generar ingresos y eso dificulta el envío de dinero. Tal es el caso de Eddy Cáceres, jubilada de 72 años con dos hijos en el exterior y que desde marzo no ha recibido el subsidio de uno de sus hijos. Al otro lo despidieron en febrero y, por tanto, ella depende ahora de la caja Clap y de los 400.000 bolívares de la pensión.

Otra problemática que arropa a la tercera edad venezolana es la precariedad de los servicios de salud en el ámbito público.

La misma encuesta señaló que 85 % acude a los centros del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, IVSS, y a los ambulatorios de Barrio Adentro, pues 81,1 %, 2765,5, no tiene seguro médico, y los que sí cuentan con ese servicio la cobertura no alcanza para sus necesidades.

En medio de la pandemia y con el posterior desarrollo de la cuarentena, las personas de la tercera edad se han visto limitadas en el acceso a las consultas médicas habituales, y cuando salen a comprar medicinas y comida caminan largas cuadras debido a la escasez de efectivo que les impide usar el transporte público.

Y si llegan a tener dinero, es imposible que les alcance. En el municipio Libertador están cobrando 10.000 bolívares por el pasaje, y ese aumento no discrimina a los abuelos.

Recientemente, el gobierno de Nicolás Maduro anunció el pago de un bono para esta población, de 300.000 bolívares, que para la fecha ya debería estar depositado. 

A algunos ya le ha llegado a través de la plataforma patria, y eso se hace efectivo en tres o cuatro días.

Cano resaltó que un porcentaje alto de personas de la tercera edad no maneja muy bien Internet, no tiene teléfonos inteligentes y no puede acceder a esa herramienta. 

Lo otro es que en muchas partes del país no hay luz y eso es una limitante adicional, a lo que se añade el tema de las tarjetas de débito dañadas.

“Hay abuelos que estaban acostumbrados a cobrar con la huella o con sus libretas, y ahora están sin  dinero en medio de esta emergencia humanitaria”, expresó el dirigente sindical. 


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