Acercamiento de Biden a Maduro apuntaló decisión de Argentina de normalizar relaciones diplomáticas con Caracas

relaciones diplomáticas

El politólogo Héctor Briceño afirma que el cambio geopolítico global producido por la invasión rusa a Ucrania empuja a un reacomodo en las relaciones diplomáticas de la región. En Argentina la oposición rechaza la decisión y el nombramiento de Stella Lugo de Montilla como embajadora de Venezuela. El enviado de la Casa Rosada a Caracas sería el exmilitante del Partido Comunista Argentino, Oscar Laborde.

Caracas. Los efectos políticos y en las relaciones diplomáticas de Venezuela tras el sorpresivo encuentro del pasado 5 de marzo en Miraflores entre Nicolás Maduro y una delegación de altos representantes del gobierno de Estados Unidos, enviados por su presidente Joe Biden, apenas comienzan a verse.

Mientras a lo interno, distintos factores políticos independientes, académicos, dirigentes sociales y miembros de organizaciones no gubernamentales han reafirmado su disposición a sentarse con Maduro para buscar soluciones a los problemas más urgentes de la población –muchos de ellos creados precisamente por el gobierno de Maduro–; a lo externo, el mapa diplomático también se mueve a favor de retornar a la normalidad en las relaciones diplomáticas con Caracas.

A juicio del politólogo venezolano Héctor Briceño, el reciente anuncio del presidente de Argentina, Alberto Fernández, de reanudar las relaciones diplomáticas con Venezuela, porque “muchos de esos problemas (que obligaron a la alta comisionada de Derechos Humanos Michelle Bachelet a actuar directamente sobre el país) se han ido disipando” y “ha ido avanzando en su proceso electoral”, se enmarca en un contexto de tres aristas: la nueva diplomacia estadounidense hacia Caracas, la invasión rusa a Ucrania y el debilitamiento de la oposición venezolana.

“Lo que sucede en la guerra de Putin contra Ucrania hace que algunos países busquen movilizar sus posiciones políticas e ideológicas para resguardarse frente a las evidentes consecuencias mundiales; el acercamiento de Estados Unidos al gobierno venezolano que de alguna manera marcó ejemplo o ruta que otros gobiernos se animan a experimentar igualmente; y una progresiva pérdida de la legitimidad internacional del gobierno interino y de las fuerzas opositoras en general, que hace ver a la comunidad internacional que el único actor disponible en Venezuela es el gobierno de Nicolás Maduro”, indicó.

Un anuncio criticado dentro y fuera de Argentina

Dos días después de la reunión de los enviados de Biden a Caracas, el diario argentino Clarín ya daba cuenta de las intenciones del gobierno de Fernández de retornar al máximo nivel de relaciones diplomáticas con Venezuela. De modo que se podría pensar que la reunión en Miraflores vino a apuntalar una decisión que ya se venía estudiando en la Casa Rosada.

No obstante, esta semana la oleada de críticas internas y externas a la decisión no se hizo esperar.

Dentro de Argentina, los partidos políticos de oposición agrupados bajo la coalición Juntos por el Cambio, inmediatamente calificaron el anuncio de normalización diplomática como un “desacierto histórico y una torpeza”. Fuera de Argentina, importantes actores y organizaciones internacionales de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional ratificaron sus denuncias sobre la comisión de violaciones de derechos humanos “sistemáticas y generalizadas”, la existencia de una emergencia humanitaria compleja y una crisis migratoria sin precedentes en el continente.

También el senador estadounidense Marco Rubio, repudió la medida y afirmó que “en la argentina de Alberto Fernández, se abre la puerta a la influencia del Kremlin en nuestra región, así como al reconocimiento del régimen tiránico e ilegítimo de Maduro”.

Aún así, este viernes la portavoz de la presidencia argentina, Gabriela Cerruti, ratificó con todas sus letras la posición expresada por Fernández el lunes 18 en una rueda de prensa conjunta con su par ecuatoriano, Guillermo Lasso.

“Tanto la comisionada Bachelet como otras personas preocupadas por los derechos humanos en Venezuela marcan claramente que la situación en Venezuela ha cambiado de un tiempo a esta parte y que no tiene sentido seguir haciendo algunas críticas que se hacían hace un tiempo, como si esto no hubiera cambiado. Recientemente ha habido elecciones en Venezuela en algunos distritos en los cuales el partido de gobierno perdió. Difícil hablar de un gobierno donde no existe la democracia cuando el oficialismo pierde las elecciones”, dijo Cerruti.

Fernández y Cerruti omitieron en su análisis la apertura de una investigación por crímenes de lesa humanidad en Venezuela por parte de la CPI apenas en noviembre pasado, así como el hecho de que en Venezuela el Poder Electoral no es independiente y las condiciones de las elecciones que organiza tienden a favorecer al partido de gobierno, incluyendo las de noviembre y enero pasado que incluyeron inhabilitaciones extemporáneas de gobernadores electos.

Normalizar relaciones sí, pero no en detrimento de los DD. HH.
organizaciones internacionales de derechos humanos
Foto Crónica.Uno, archivo mayo 2017, Marcha al CNE, Represión en Bello Monte

Héctor Briceño considera que la restitución de relaciones diplomáticas es un paso positivo, pero califica de lamentable el pobre argumento presentado por el gobierno argentino, que omite por completo la realidad de los derechos humanos en el país:

“Considero muy desafortunadas las palabras del presidente Fernández al decir que las violaciones de DD. HH. en Venezuela se están disipando. Es muy desafortunado. Más aún cuando su país y la coalición de partidos de la que él proviene, el peronismo y el kirchnerismo, han estado a la cabeza de las luchas por el reconocimiento y las investigaciones en materia de violaciones de DD. HH. durante la dictadura militar argentina. El presidente Fernández debe saber con profundidad que las violaciones de DD. HH. no se disipan ni desaparecen, y que si eso sucede, lo que implica es que no han sido investigadas”.

El politólogo sostiene que argumentos como los esgrimidos por el presidente argentino –que en 2020 retiró a su país de la demanda colectiva presentada por varios estados contra el gobierno de Venezuela ante la CPI–, solo contribuyen a disminuir la presión necesaria para que se investiguen, determinen y juzguen las responsabilidades en las denuncias de graves violaciones de los derechos humanos.

“Eso no quiere decir que yo me oponga al restablecimiento de las relaciones bilaterales. Todo lo contrario: eso es necesario por el bien de los venezolanos y los argentinos, por el bien del desarrollo económico y para que gobiernos como el argentino puedan ejercer presión directa sobre el gobierno venezolano para que se permita el avance de las investigaciones. Lo que no puede pasar es que ese restablecimiento se fundamente en desaparecer o disipar de manera inconclusa las denuncias”, puntualizó.

Oposición teme efecto dominó mientras el PSUV celebra
anuncio del presidente de argentina
Diputado Saúl Ortega (PSUV) acompañado por el diputado Oscar Ronderos (AD judicializada). Foto cortesía Prensa Asamblea Nacional

El anuncio de Fernández, que según especialistas en política interna colombiana podría replicarse en ese país si Gustavo Petro gana las presidenciales, no sorprendió pero disgustó al gobierno encargado de Juan Guaidó y, por otro lado, encantó al PSUV y a la Alianza Democrática.

Y es que si los países de la Celac acogen la invitación de Fernández a copiar su iniciativa, la posición opositora en el frente latinoamericano perecería por completo.

Guaidó respondió en sus redes sociales el mismo lunes por la noche: “Presidente Fernández, si quiere ayudar a Venezuela, exija junto a nosotros elecciones libre y justas, exija justicia para las víctimas de violaciones de DD. HH. Negar la dictadura no ayuda”.

Afirmaciones similares hicieron dirigentes como Julio Borges (PJ), Leopoldo López (VP), Olivia Lozano, presidenta de la comisión de Política Exterior de la AN2015, y Elisa Trotta, representante diplomática del gobierno encargado en Argentina, quien llegó a tener rango de embajadora durante el gobierno de Mauricio Macri.

Desde la Asamblea Nacional instalada en enero de 2021 y presidida por el PSUV, saludaron la decisión. “Creemos que hay una corriente en el mundo, en América Latina, que está derrotando una campaña contra Venezuela que empujó a que algunos países tomaran decisiones que no fueron las convenientes”, dijo el diputado Saúl Ortega (PSUV), presidente de la delegación designada por Jorge Rodríguez para el Parlasur. Por su parte, Oscar Ronderos (AD judicializada) “celebró” el anuncio de Fernández así como su llamado a otros países de la Celac a dar el mismo paso.

Al día de hoy, de los 32 países que integran la Celac, al menos cuatro no tienen embajador ni representación diplomática en Caracas (Colombia, Brasil, Costa Rica y Paraguay), y otros seis estarían a nivel de encargados de negocios. Entre los que mantienen relaciones normales destacan México, Cuba, Nicaragua, República Dominicana y Perú, además de los países del Caribe.

Embajadores polémicos de lado y lado
portavoz de la presidencia argentina
Oscar Laborde será el embajador de Argentina en Caracas. Foto cortesía Parlasur

En noviembre de 2019 cuando Alberto Fernández apenas llegaba al poder en Argentina, su gobierno anunció el desconocimiento de Juan Guaidó como presidente encargado, medida que había adoptado en enero de ese año su antecesor, Mauricio Macri. La decisión de Fernández incluyó el retiro de las credenciales a Elisa Trotta.

De inmediato, en diciembre de ese año, la administración de Maduro envió a Buenos Aires a la exgobernadora del estado Falcón, Stella Lugo de Montilla, en calidad de representante diplomática de Miraflores, pese a que según el portal Infobae ella figuraba en una lista de funcionarios venezolanos vetados por la Casa Rosada durante la gestión de Macri por presuntas vinculaciones con hechos ilícitos.

Esta semana, luego del anuncio de Fernández, el repudio a su designación volvió a tener centimetraje en la prensa: “Expresamos nuestro firme rechazo y absoluto repudio a la designación, por parte de la dictadura de Nicolás Maduro, de la ciudadana Stella Marina Lugo de Montilla como Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria en nuestro país”, dijo en un comunicado la coalición opositora Juntos por el Cambio.

Entretanto, el parlamentario argentino Oscar Laborde, diputado del partido Frente de Todos, sería el escogido por Fernández para ocupar su embajada en Caracas, como ya lo adelantaba a comienzos de marzo la citada nota de Clarín.

Respecto a su trayectoria, el diario argentino Clarín señala que Laborde militó en el Partido Comunista, fue fundador del Frente Grande, secretario de prensa del Frente País Solidario y diputado provincial entre 1997 y 1999; desde 2016 hasta el presente había sido vicepresidente del Parlasur. En los últimos años ha viajado a Venezuela en repetidas oportunidades y no ha ocultado su afinidad con el PSUV.


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