Al menos 200 familias del sector Raúl Leoni están expuestos a un botadero de basura a cielo abierto hace más de ocho meses. Los vecinos denuncian que están invadidos de moscas y ciempiés.
Maracaibo. La parroquia Francisco Eugenio Bustamante tiene uno de los botaderos de basura a cielo abierto más grandes del oeste de Maracaibo en Raúl Leoni. La inconciencia ciudadana ha llegado a tal punto que el paso de estudiantes y vecinos por las caminerías y aceras está restringido. El terreno que conecta la avenida principal con liceos, escuelas y la cancha de la comunidad está inundado de basura en el que se pueden encontrar desde neveras hasta juegos de sofá.
Mientras atravesaba el terreno que colinda con una panadería y la sede del Consejo Comunal, Nelly Valencia, habitante del bloque 10 de los edificios, dijo que en lo que va de año la alcaldía ha limpiado solo una vez una parte del botadero.
El aseo solo pasa a veces por la avenida. Aquí viene gente de todos lados a botar basura porque ya ven esto como una zona de descarga. Por aquí pasan los estudiantes para ir a los liceos y escuelas de la zona. Los niños tienen que jugar en esa cancha así como está de basura, esto no se aguanta”, reclamó.
La acumulación de desechos tiene a los vecinos en alerta, dicen que la proliferación de moscas, ratones y ciempiés, además del mal olor, han desatado cuadros infecciosos en la comunidad.
“Ya no hayamos que hacer porque los animales se nos están metiendo a las casas. Hay niños con diarrea, infecciones estomacales y hasta bronquitis porque cuando uno menos piensa le meten candela a eso”, dijo Alberto Barrios.
No hay solución inmediata
Los encargados de los condominios aseguran que han puesto la queja en varias oportunidades ante la dirección de aseo urbano de la ciudad, pero la respuesta siempre es la misma. “Nos dicen que eso es culpa de nosotros y que no van a limpiar”, dijo una de las vecinas.
La noche del pasado jueves 7 de septiembre, después de una torrencial lluvia que sorprendió a los marabinos, el Instituto Municipal de Aseo Urbano intentó intervenir la zona, pero debido al fango fue imposible meter la maquinaria para el retiro de una parte de los desechos. Se comprometieron a volver la próxima semana.
“Es difícil trabajar así, menos mal que por el calor de los hornos las moscas no se meten hasta aquí, pero el olor es insoportable. Nosotros nos la pasamos peleando con la gente porque no dejan de botar basura y no entienden que todos somos perjudicados. La gente del aseo dice que ellos solo tienen orden de recoger la basura de tres edificios que están al día con el pago y yo me pregunto, ¿a dónde van los impuestos municipales que pagamos? porque esos deben ser empleados para el bienestar de la comunidad, no para lavarse las manos”, dijo un trabajador de la panadería de la zona.
José Brito, habitante del bloque 24 asegura que ellos son los más perjudicados. “Tenemos miedo que se desate una epidemia porque esto no es de ahorita, tenemos un año en esta situación y no solucionan nada. El alcalde fue mucho lo que prometió y poco lo que está haciendo y aquí tenemos un claro ejemplo, pareciera que esta parroquia no tuviera dolientes”, reclamó.
Inseguridad y abandono
Otro problema que se suma es la inseguridad porque la falta de alumbrado público y la maleza son el escenario perfecto para los atracos en la zona.
Aquí lo único que funciona es la panadería porque la sede del Consejo Comunal, el módulo de la Policía Municipal y el consultorio de Barrio Adentro, todo está oscuro y lleno de monte, abandonado. Por ahí lo que da es miedo pasar y tampoco hacen nada”, dijo una vecina de la calle 95.
Los vecinos de la zona aseguran que han intentado organizarse para limpiar por su cuenta este espacio y rescatarlo pero ha sido imposible porque la cantidad de desechos es demasiada, por eso exigen a la alcaldía de Maracaibo que tome cartas en el asunto y que envíen las cuadrillas necesarias para limpiar este espacio antes de que la situación sanitaria se salga de control. También piden mayor vigilancia policial.
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