Familiares de los difuntos aseguran que el hampa es quien manda en el camposanto. El alumbrado público, incluso en la entrada, no está ni por casualidad.
Caracas. El estado de abandono en el que se encuentra el Cementerio General del Sur, municipio Libertador, es más que evidente. Hasta la reja de entrada está doblada y en pésimas condiciones. Esa es solo es una de las caras que muestra el descuido y que da la bienvenida a los visitantes.
En un recorrido realizado por el equipo de Cronica.Uno se constató que no le hace falta un cariñito sino una remodelación profunda en sus más de 240 hectáreas de extensión. Son contadas las urnas y pequeños panteones que se mantienen en buen estado, ya que la maleza crece y cada día se apodera de más espacios y hace casi invisible los féretros.
La desidia describe todos sus espacios. Los únicos lugares que están en buen estado son las urnas de difuntos que pertenecieron a las filas del Gobierno, la iglesia y la plaza que están en la entrada. Los escombros, el monte, la basura, las culebras y también los malandros terminaron por ahuyentar a los deudos.
Un trabajador, que pidió ser identificado como Millán, aseguró que los obreros del lugar no se dan abasto para mantener los alrededores de las sepulturas. Sin embargo destacó que hacen hasta dónde pueden y que intentan que no les agarre la noche en el lugar porque el hampa es “candela”.
Es común verlos tirados ataúdes oxidados y arrumados unos encima de otros en medio de las aceras y calles de todo el cementerio, lo que muestra su peor cara en sus más de 130 años de historia. Además de las urnas desenterradas, las osamentas, restos humanos y prendas de vestir que en su momento usaron los difuntos también están a la vista de cualquiera que transite por este lugar, y que pudo convertirse en icono de la cultura arquitectónica de la ciudad.
Quien tiene un pariente enterrado allí procura (si se arma de valor) asearla personalmente, ya que la gerencia a cargo de la Alcaldía de Caracas no presta mantenimiento. Aunque a la hora de realizar un servicio funerario cobra hasta el último centavo relacionado con los impuestos.
Una señora que rezaba un rosario encima de la tumba de quien en vida fuera su esposo relató que con los años el lugar ha caído en decadencia. “La manera en la que se ha deteriorado es horrible. Caminar y ver las urnas tiradas en las calles, ver como dañan es triste. Tengo la suerte de que no le han metido mano a la de mi esposo”.
Para visitar a sus muertos algunas personas dijeron que ni locos van de noche. Siempre procuran ir de día porque a partir de las 5:00 pm no hay ni un bombillo que sirva. No hay alumbrado público, y eso facilita el trabajo de los “paleros” sobre quienes recae el delito de la mayoría de las profanaciones. Aunque Millán contó que vio a plena luz del día a varios hombres con pico y pala abriendo un ataúd.
Pero no solo por la falta de luz es que dejan de ir a este campo. También los inhibe el hecho de que se convirtió en paso frecuente de los habitantes de las invasiones que bordean la montaña del cementerio. “Incluso uno ve como los malandros se caen a tiros y los policías ni se meten”, dijo otro visitante.
“Plan Cayapa”
Luego de que el coordinador del Frente en Defensa del Norte de Caracas, Carlos Rojas, responsabilizara a la Alcaldía del Municipio Libertador por la grave situación que atraviesa este lugar y asegurara que en las próximas semanas llevaría pruebas a la Comisión de Servicios de la Asamblea Nacional para interpelar al alcalde Jorge Rodríguez, esta semana el presidente del Instituto Autónomo de Seguridad Ciudadana y Transporte (Insetra), Robinson Navarro, informó a través de una nota de prensa que activaron el “Plan Cayapa” para el mantenimiento del recinto y la mejora en el servicio.
Informó que 200 obreros trabajarán en el mantenimiento de sus principales calles y que 30 funcionarios de la Policía de Caracas garantizarán la seguridad a los visitantes, quienes podrán realizar sus denuncias en relación con los delitos. Dijo que se instalará un toldo en la entrada.
Fotos: Cheché Díaz.
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