A estudiantes detenidos se les negó la visita este domingo, a pesar de la travesía que emprendieron los familiares desde Maracay. Diputados regionales responsabilizan al presidente de la República por la suerte de uno de ellos, quien debe ser trasladado con urgencia a un hospital.

Ciudad Guayana. Preso en la cárcel del lejano poblado El Dorado (al sur de Bolívar), escupiendo sangre y con más de una semana sin atención médica. Esa, según lo que denuncian familiares, amigos y diputados, es la realidad de Abraham Quiroz, de 18 años, uno de los detenidos en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) en Maracay.

¿Cuál es la única certeza? Pues lo poco que han podido hablar las familias con 10 de los 28 detenidos por Poliaragua y la Guardia Nacional durante una violación a la autonomía universitaria, en la mañana del domingo 2 de julio, luego de varios días de protestas en contra de la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente.

Las sospechas apuntan a que Quiroz tiene costillas fracturadas por las golpizas que recibió durante y después de la detención. Para eso y para corroborar el estado de todos, un grupo de familiares, junto con el diputado del Consejo Legislativo del Estado Bolívar, César Ramírez; y los alcaldes Coromoto Lugo (El Callao) y Carlos Chancellor (Sifontes), se trasladaron el domingo hasta la cárcel: toda una travesía —que parte en Maracay, se detienen en Puerto Ordaz, continúa hasta Tumeremo y atraviesa un río, el Cuyuní— para nada. Cuando llegaron, les dijeron que no hay visitas hasta dentro de 30 días.

“Responsabilizamos a Maduro de lo que pueda ocurrirle a Abraham Quiroz, estudiante preso en El Dorado, hoy escupiendo sangre. El segundo responsable es el juez militar que lo trasladó hasta ese infierno, y el tercer responsable es la bestia que oculta su encarcelamiento, el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez”, escribió este lunes en su cuenta de Twitter el diputado por el sur de Bolívar, Américo de Grazia, quien iba a ser uno de los acompañantes de los familiares. No pudo: el miércoles, el ataque a la Asamblea Nacional por parte de grupos para estatales lo dejó con una herida de nueve centímetros en la cabeza y tres costillas rotas.

En condiciones infrahumanas

“En El Dorado, aunque estábamos apartados de los presos comunes, están las peores condiciones: ratas, cucarachas. En la celda teníamos un bote de aguas negras”.

El testimonio, de un estudiante de la sede de Guayana de la Universidad Católica Andrés Bello que está ahora recluido en una comisaría policial de San Félix, da cuenta de la situación en la que están los de la UPEL.

Abel Bandres Saldivia, hermano de José Saldivia, uno de los 10 de la UPEL, estuvo este domingo en El Dorado. Por supuesto, no pudo corroborar el estado de ninguno de los apresados.

Nosotros supimos luego que cuando los agarraron, los golpearon y los desnudaron. Hay unos que tienen heridas abiertas y hematomas. Sí fue un trauma cuando se los llevaron, porque cuando pudimos entrar al gimnasio del pedagógico vimos manchas de sangre y pensamos que los habían desaparecido, hoy seguimos en lo mismo porque no sabemos de ellos, explicó.

Recalca que se ha formado una red de ayuda para los familiares: muchos de ellos, de condición humilde, tienen que reunir para los pasajes. Solo el traslado en curiara por el río son 3000 bolívares.

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Será en la próxima visita —30 días a partir del momento de la reclusión, todo para cumplir con un “proceso de adaptación”— cuando solo madres y esposas podrán verlos. Mientras tanto, no les queda otra que esperar las llamadas que puedan hacerles.

Si Américo de Grazia identificó a tres culpables, el diputado regional César Ramírez señala a un cuarto: el gobernador de Bolívar, Francisco Rangel Gómez.

Están en una cárcel en medio de la selva, con agua contaminada, vestidos de amarillo y rapados. Esto solo lo vivimos cuando la dictadura de Juan Vicente Gómez. En todo esto tiene que ver Rangel Gómez: esta cárcel está en el estado que gobierna y es, primero que todo, un centro de castigo, denunció.

La Guardia Nacional permitió, al menos, entregar la comida e insumos médicos colectados en varios actos públicos y coordinados, principalmente, por el Movimiento Ciudadanos.

Lo demás es esperar. Y seguir denunciando.

Foto: cortesía Jhoalys Silveiro


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