El año escolar en los colegios privados en Anzoátegui aún no se inicia. En la zona norte de Puerto La Cruz apenas comenzaron las inscripciones, tras celebrarse reuniones donde se acordó con los padres el precio que deberá pagarse por las mensualidades.

Puerto La Cruz. Estupor, resignación, incredulidad y una sensación de no saber qué decisión tomar es lo que embarga a los padres cuyos hijos estudian en colegios privados en Anzoátegui. Incrementos porcentuales que, en promedio, están por encima de 1000 % deben afrontar los padres e incrementos semanales de los costos de funcionamiento y caída de la matrícula deben enfrentar los colegios.

Mientras este panorama sigue y pareciera complicarse, el nuevo año escolar arrancó con bajas: colegios de larga tradición como Los Próceres, San Celestino, José Alfredo Cardona, Francisco Vargas Ders y el Creativo, cerraron sus puertas por no poder afrontar los costos del período académico 2018-2019.

El nuevo período escolar debió comenzar este lunes en los diversos colegios públicos y privados en la zona norte de Anzoátegui. Sin embargo, la historia fue otra. Este lunes, los alumnos de los colegios privados no acudieron a las aulas de clase a mostrar, como es costumbre, sus uniformes y útiles escolares nuevos, quienes sí lo hicieron fueron sus representantes, que participaron en reuniones convocadas con carácter de urgencia para aprobar los nuevos costos de las matrículas.

Una de estas asambleas se realizó en la Unidad Educativa Nuestra Señora de Lourdes II, ubicada en Puerto La Cruz. José Blanco es el responsable de dos niñas que estudian en la institución y sostiene que, luego de cinco convocatorias previas, ayer se pudo definir el costo de la mensualidad.

En las primeras reuniones no hubo quorum para aprobar los aumentos y, por ende, el pasado viernes la directiva del plantel tomó la decisión de llamar a una convocatoria urgente para aprobar la mensualidad y poder iniciar el proceso de inscripciones que aún no había arrancado. Hoy (lunes) tampoco fue que vino la totalidad de representantes, pero se tomó una decisión”.

Y la decisión a la que se refiere Blanco deja la mensualidad en el Lourdes II en Bs. S. 2.409. Según la comisión de representantes que participó en la elaboración de la estructura de costos, el nuevo precio de la matrícula incluye el pago de personal, gastos de mantenimiento y otras actividades que tienen una proyección estimada en 22.580.639,16 bolívares soberanos.

Ese total de gastos deberá ser afrontado por una matrícula de 700 estudiantes que se prevé se inscriban para el lapso 2018-2019, una baja de 22 % con respecto al año anterior.

Personal directivo del plantel señaló al equipo de Crónica.Uno que el colegio no escapa a la situación país, al afirmar: “el año escolar 2017-2018 finalizó con 950 alumnos inscritos, hoy hemos proyectado que contaremos con 700 estudiantes. El número final lo sabremos en octubre cuando ya arranque el bachillerato”.

Costos que no pueden proyectarse

Así como el Lourdes II en Puerto La Cruz, el Francisco de Miranda, el Juan Vicente González, La Paz y Cristo de Jose, en Barcelona, y Mario Briceño Iragorry en Lechería, también celebraron cónclaves perentorios para establecer inicio de fechas de inscripción de alumnos y arranque de actividades.

Natalio Porras, director de la Unidad Educativa Privada Francisco de Miranda, sostuvo que se llegó a la decisión de postergar el inicio de actividades para el próximo 24 de septiembre, debido a que aún no se ha inscrito ni siquiera la mitad de los también 700 estudiantes del plantel.

La mensualidad en el Miranda terminó en julio pasado por el orden de los 9.000.000 de bolívares, tras el incremento salarial decretado por el Gobierno Nacional por la entrada en vigencia del nuevo cono monetario, se estableció un pago por alumno de Bs. S. 800 mensuales (80 millones de los viejos), un aumento de 788,89 %. La matrícula es una de las más bajas de la zona.

“En este momento solo se han inscrito 223 muchachos, desde primaria hasta bachillerato, de los 700 que suponemos se inscribirán. Este año nosotros hicimos una estructura de costos donde recortamos en todas las partidas. Anteriormente, había disponible para la dirección hasta tres resmas de hojas, hoy tengo que pedir las esenciales porque en eso hicimos un recorte bárbaro. La partida que más recortamos fue en papelería”.

Porras afirma que establecer una estructura de costos es imposible con las variables económicas que hay en la calle y que hacen difícil hasta comprar una lata de pintura.

“Nosotros calculamos los costos para arrancar el año escolar en base a 600 muchachos, pero pueden ser menos. Las estructuras de costos se calculan prácticamente a la deriva. Este año solo nos alcanzó para realizar ciertos retoques en el plantel porque un cuñete de pintura nos costaba 90 millones de bolívares”.

Porras es directo y más allá de atribuir el momento difícil que atraviesa la educación privada en Venezuela a la economía, afirma que pareciera que hubiese “una especie de plan orquestado para hacer menos llevadera la educación privada en Venezuela”, sentenció.

“Lo peor del caso es que hay colegios públicos como el Eulalia Buroz, adyacente a nosotros, que sabemos que ya están a su máxima capacidad y tienen prohibido decir que no hay cupos, siguen metiendo muchachos. Hay salones que ya tienen 50 inscritos y contando”.

Lisett Altuve es la mamá de Diego, un pequeño de siete años que cursa estudios en un colegio privado de Lechería (una de las zonas más caras del área urbana). Ella sostiene que el mundo se le vino encima cuando recibió la comunicación del aumento en el costo del colegio.

Para este nuevo año escolar el colegio me aumentó a casi 3.000 soberanos, 2.850 para ser más exactos. Yo no tengo para pagar esa cantidad de dinero, dependo de las remesas que mis hijas me mandan desde Chile y de una pensión del papá del niño. Yo tenía un trabajo en el campo de los seguros, pero con la crisis ese negocio se vino abajo y me quedé desempleada. La verdad no sé qué hacer”, dijo.

Fotos: José Camacho


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