La ONG Sembramos Todos ha denunciado que motorizados han talado con motosierras árboles de la avenida Las Delicias, a escasos metros de la IV División y Guarnición de Maracay, y que las ramas son recogidas en carretillas al día siguiente para su comercialización. Similar delito ambiental ocurre con especies como el emblemático samán de Aragua, en plena Autopista Regional del Centro.
Maracay. Maracay ha dejado de ser la ciudad jardín. Los frondosos árboles que hicieron de la avenida Las Delicias un espacio pleno de naturaleza hoy son talados de manera indiscriminada, ante la mirada de las autoridades y el silencio oficial.
Ante semejante panorama, organizaciones ambientalistas levantan su voz nuevamente. Enrique García, de Sembramos Todos, ha denunciado la tala de varias especies de árboles, algunos de ellos sanos, por motorizados que llegan a la avenida Las Delicias con motosierra en mano.
Testigos afirman haber visto a varios motorizados cuyos parrilleros portaban motosierras y talaron los árboles de la caminería de Las Delicias. De ello hay registro gráfico y de algunas personas que se llevaron el material talado ilegalmente”, denuncia García.
Este delito ambiental, a decir del representante de la ONG, viene cometiéndose a plena luz del día, ante la mirada de autoridades militares de la IV División y Guarnición de Maracay y el silencio de los organismos competentes, como la Alcaldía de Girardot y el Ministerio del Ambiente.
La más reciente tala de la que tenemos reportes –indica García– ocurrió a pocos metros del Círculo Militar y frente a Corposalud. El llamado urgente es a las autoridades para detener este ecocidio y evitar la destrucción del patrimonio vegetal de Maracay.
Ya en fecha previa a esta denuncia, Sembramos Todos hizo lo propio al alertar sobre la tala de árboles en las áreas cercanas al antiguo Country Club, y cuya leña fue utilizada para comercializarla y como material de construcción.
De la tala indiscriminada no escapa ningún tipo de especie. Ni siquiera el samán, árbol emblemático del estado Aragua.
Recientemente, se reportó una vez más la tala sistemática de la que es objeto un viejo samán ubicado en el kilómetro 105 de la Autopista Regional del Centro, tramo Aragua. El objetivo no es otro que comercializar leña.
Similar situación viene ocurriendo desde hace tiempo en el parque Metropolitano de Maracay e incluso en los linderos del Parque Nacional Henri Pittier.
El ambiente y la salud en riesgo
“La crisis del gas desató la tala”, dice tajante Enrique García. Pero lo que parecen ignorar algunas personas que cometen este delito ambiental es que no toda la madera que se obtiene puede utilizarse como leña para cocinar.
Hay especies, como la ceiba, el jabillo, el mango y el ponsigué, que son tóxicas, pues contienen tanino, un elemento que puede producir reacciones alérgicas cuando es sometido al fuego.
Así que la tala indiscriminada –explica– no es solo un problema ambiental, sino también de salud pública. En el año 2020, la grave escasez de gas doméstico y las constantes interrupciones eléctricas incrementaron la tala de árboles en zonas urbanas, incluso para comercializar la madera.
Un paquete de leña se puede comercializar a partir de los dos y tres dólares, dependiendo de la cantidad de madera.
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