La tercera película de la nueva saga se diluye en tramas con poca fortaleza paralela al conflicto principal

Caracas. Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore es una película con problema de foco. La tercera entrega de esta saga que antecede al mundo de Harry Potter es una promesa que se cumple a medias.

Hace dos décadas, cuando llegó a los cines el universo del joven mago, cuyo mundo surgió primero como fenómeno editorial, se abrió el camino de una franquicia que se convirtió en hito de la cultura popular.

Una vez culminadas en 2011 las adaptaciones de los libros al cine, hubo un vacío para miles de seguidores marcados por el deslumbramiento en pantalla de un mundo mágico que acompañó a una generación durante su crecimiento.

Personas que veían en Harry Potter y sus amigos la aventura de la vida, tal cual como ese público se abría al mundo en el que crecían. Los personajes de ficción se convertían así en compañeros de camino, por los que se celebraba y también se sufría.

Luego, en 2016, llegó a las pantallas la adaptación de Animales fantásticos y dónde encontrarlos, el libro que en 2001 publicó J. K. Rowling, la creadora de todo este mundo.

Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore
Eddie Redmayne cumple en su función como Newt Scamander, pero su personaje no es suficiente para cubrir los vacíos

Fue un momento de júbilo para los leales, quienes vieron cómo se concretaba lo que tanto habían esperado. Dos años después se estrenó Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald, en la que empezaba a configurarse todavía más la línea del mal que caracteriza a esta saga; en ese momento con Johnny Depp como Gellert Grindelwald.

Ahora, se acaba de estrenar Animales fantásticos: los secretos de Dumbledore, con David Yates, hombre de confianza en la saga que dirigió las dos anteriores, además de cuatro de Harry Potter. Terrenos que conoce muy bien.

Esta tercera entrega funciona muy bien si se disfruta como una película al margen de la franquicia. Es decir, acatando sus premisas de magos y fantasía, pero lejos del universo al que pertenece. Sin embargo, como es inevitable apartarla del engranaje del que forma parte, se ven las costuras de su poca fortaleza.

La película presenta al profesor Albus Dumbledore (Jude Law) preocupado por los planes malévolos de Gellert Grindelwald, esta vez encarnado por Mads Mikkelsen, quien tomó al personaje debido a las acusaciones de violencia de Amber Heard en contra de Johnny Depp, polémica que ahora es juicio por acusaciones mutuas.

Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore
Albus Dumbledore conforma un equipo que incluye a un muggle que es clave en la trama

El villano quiere apoderarse del mundo mágico y comenzar una guerra contra los muggles. Para evitarlo, Dumbledore organiza a un grupo de magos, encabezados por Newt Scamander (Eddie Redmayne), para evitar que los planes se concreten.

Pero el primer punto en contra es que desde su título se habla de los secretos de Dumbledore, pero al final, solo se confirma en pantalla lo que se sabía desde 2018. Y sí, es un momento importante, pero después Animales fantásticos: los secretos de Dumbledore empieza a diluirse en tramas paralelas que carecen de contundencia.

Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore
Mads Mikkelsen es un buen actor, pero sin dudas su trabajo caerá en las inevitables comparaciones

El guion se dispersa en momentos sin atención en un personaje claro que afiance todo lo que ocurre. Una vez existe la conexión con Dumbledore y su pasado, salvo un breve intríngulis familiar, el interés mayor subyace en el plan para detener a Gellert Grindelwald, sin más fuerza narrativa que fortalezca su promesa.  

Hay un elenco sólido, buenos efectos especiales y la tensión debida en los momentos requeridos. Sin embargo, su metraje es muy extenso para lo requerido en el conflicto que se presenta con el villano, que se resuelve muy bien en un clímax bien trabajado.

Con todo, al final se puede concluir haber visto una historia entretenida, con momentos necesarios, pero que en el fondo alardeó más de lo que dio. Claro, sigue abierta la puerta para las siguientes secuelas. Los dedos cruzados por un mejor foco. 


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