La película es protagonizada por Jared Leto. Inspirada en la tradición del vampirismo
Caracas. El doctor Michael Morbius (Jared Leto) padece una extraña enfermedad en la sangre que le genera todo tipo de problemas funcionales. Desde niño lidia con eso. Estuvo recluido en un hospital especializado en su condición. Ahí conoce a Milo (Matt Smith), quien se convierte en su mejor amigo.
Pasan los años y Michael termina siendo un brillante científico, inventor además de una sangre sintética que es la cura para muchas enfermedades en el mundo. Sin embargo, el avanzado descubrimiento no es suficiente para curar al protagonista ni a su amigo.
Ávido por una solución, el doctor se atreve a ir más allá. Por encima de toda ética y legalidad, en su laboratorio lleva a cabo un experimento que involucra sangre de murciélagos.
Es el comienzo de Morbius, la más reciente película de Columbia Pictures y Marvel. Una historia de un personaje que debe llevar a cuestas una maldición.
Sí, una vez el doctor Michael Morbius es el sujeto de prueba de su propio experimento, desarrolla una capacidad que lo convierte en una criatura fuerte, hábil, rápida, con una visión y oído más allá de lo imaginado: un ser más allá de lo humano, y que además necesita sangre para poder sobrevivir. El vampirismo como precio por curar su enfermedad.
Es entonces cuando en Morbius surge el conflicto del protagonista, quien ve cómo se convierte en un monstruo capaz de cometer atrocidades. Aunque también es cierto que una vez saciado su apetito, es capaz de reflexionar sobre lo ocurrido y elegir qué desea ser en realidad, especialmente cuando ve el contraste con su pasado, en el que está muy involucrado su colega y amiga Martine Bancroft (Adria Arjona).
Un dilema que se convierte en un buen punto de partida para este largometraje de Daniel Espinosa, el director sueco de origen chileno responsable de obras como Safe House (2012) y Life (2017).
El cineasta además se unió para este proyecto con los guionistas Matt Sazama y Burk Sharpless, quienes adaptaron el clásico de Bram Stoker en la no muy bien recibida Dracula Untold (2014).
Y bueno, Morbius tampoco ha sido muy bien recibida por la crítica. Si bien su punto de partida luce interesante, cuando empieza a verse con más detalle, la historia se hunde en una serie de hechos, algunos muy minúsculos, pero que atentan contra la verosimilitud del pacto aceptado en su propuesta.
La actuación de Jared Leto no merece ningún cuestionamiento, él siempre está bien en sus trabajos, pero su personaje es tan diluido en el caos narrativo que cuesta conectar durante toda la película con su tragedia.
Además, tanto él como su entorno son llevados a cometer una serie de actos tan insostenibles y forzados, que cuesta vincularse a la trama sin cuestionar las razones por las que andan por la vida en Morbius.
Matt Smith se ve sobreactuado, con unos motivos que si bien están bien justificados al principio, luego empiezan a mellarse cuando su actitud luce poco convincente, y más bien parece una parodia de lo que pretenden exhibir con su personaje.
Como es costumbre en este tipo de producciones, hay una serie de referencias a otras películas de las conocidas sagas de Marvel, tanto de hechos pasados como posibles del futuro. Puntos interesantes para las conjeturas sobre lo que vendrá.
Sin embargo, Morbius es una película que poco convence en su desarrollo, con momentos melodramáticos, además de inverosímil en pequeños gestos que derrumban su planteamiento. Es una lástima porque como personaje está repleto de conflictos internos y luchas por lo que se desea ser. Lamentablemente, no pasó a mayor.
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