Expectativas e incertidumbre rodean próxima apertura vehicular de la frontera entre Colombia y Venezuela

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Son muchas las versiones que circulan previo a lo que será la apertura total de la frontera entre Colombia y Venezuela el próximo 1° de enero. Sin embargo, ninguna autoridad ha aclarado cómo será el proceso, ni qué estará permitido.

San Cristóbal. La apertura de frontera anunciada por Nicolás Maduro para el próximo 1° de enero de 2023 tiene a la población con expectativas poco claras.

Nadie sabe, a ciencia cierta, qué es lo que pasará después de la medianoche del 31 de diciembre de 2022: qué vehículos van a cruzar, si además de la carga —que está permitida desde septiembre—, se regularizará el paso de vehículos particulares, transporte público, taxis entre otros.

Ni el gobierno colombiano ni el venezolano han aportado información precisa sobre cómo será el proceso y cuál será el papel que jugará el Puente Internacional de Tienditas, ubicado en el municipio Pedro María Ureña y que espera ser estrenado desde 2016, cuando culminó su construcción.

Los pasos Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar ya han registrado tránsito de transporte de carga.

Desde su cierre parcial en 2015 no transitan los autobuses de transporte público por estos puentes y menos carros particulares. Hasta 2019 transportaban carga pesada.

La falta de información de ambos gobiernos da paso a especulaciones y a la incertidumbre, pues venezolanos anhelan volver a los tiempos en los que el paso binacional era un paseo que se hacía en carros particulares o transporte y no a pie bajo el inclemente sol fronterizo, cargados de bolsas y productos de primera necesidad.

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El paso peatonal ya estaba permitido, pero ahora se deberá determinar qué pasará y qué no pasará por los puentes. Foto: Cortesía

Para el politólogo Carlos Casanova, el anuncio de la apertura del paso vehicular se hace sin contenido y carente de regulación.

Si bien es cierto que hay un acuerdo que permite que los carros venezolanos pasen a Colombia, no es menos cierto que no ha existido una información binacional de parte de las autoridades del Norte de Santander y de Táchira de cómo es la reglamentación para ese paso”, dijo.

Casanova explica que en el vecino país hay una serie de normas, tales como el SOAT, revisiones mecánicas a las que se someten los vehículo, seguros de casco, por lo que advierte que los carros venezolanos no tienen este tipo de reglamentación, lo que abre la puerta a la ilegalidad e incumplimiento de normas por parte de los propietarios de los automóviles que pasan por esta zona.

Sin información clara

Asegura Casanova que este restablecimiento de relaciones se ha caracterizado por adolecer de información clara y validada por las autoridades de ambos países.

Esto ocurre porque no hay comisión binacional para tratar temas de la frontera. Uno escucha al presidente Petro (Gustavo), al Embajador, pero no existe información oficial. Esto hace que el proceso sea informal”, indicó.

Señala que aún no se ha tomado en cuenta el retorno de los carros a Venezuela, sabiendo que desde San Antonio a San Cristóbal los conductores encuentran una media de 16 alcabalas de diferentes cuerpos de seguridad, en especial los fines de semana, cuando el tráfico se incrementa.

“El tránsito entre San Antonio y San Cristóbal debe ser fluido y rápido para que no se armen estas colas impresionantes”, sostuvo.

Destacó, además, que se le debe aclarar a la población lo que se va a quitar y lo que se permitirá pasar y en qué cantidades, a fin de evitar el libre albedrío a los uniformados en retenerles a los compradores lo que se les antoje.

La Guardia Nacional debe informar qué es lo que se considera mercado familiar para que el venezolano sepa que la GNB no se lo va a quitar”, comentó.

Reitera que hay mucho secretismo a nivel gubernamental, por lo que no se sabe nada sobre el paso comercial: horarios, rutas, tiempos de aduanas, qué pasará por cuál puente, migración, entre otros.

Destaca que las trochas deben ser cerradas para que realmente se aproveche la apertura comercial de la frontera, situación que ha advertido el embajador Armando Benedetti y el mismo presidente Gustavo Petro, quien reprochó que aún la mayor cantidad de mercancías pasara por las trochas.

Una muestra de ello fue el decomiso que la semana pasada hiciera la Policía Fiscal y Aduanera de Colombia de más de 5000 botellas de ron de contrabando ingresadas por la trocha La Playita.

“Es necesario que lo que pasa por las trochas, pase por los puentes, pero de manera absolutamente legal”.

Una apertura de retos

Aldo Contreras, economista, asegura que con este anuncio se permitirá el paso de mercancía, personas y vehículos desde el 1° de enero de 2023.

Destacó que con el paso de vehículos regresarán los intercambios comerciales que serán estímulo para que el venidero año cierre con unos 1500 millones de dólares, que darían un dinamismo a la frontera, en especial al Táchira. “La Gobernación del Táchira sería la gran ganadora”.

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La reanudación del intercambio comercial no ha resultado como se esperaba. Foto: Cortesía

Explica que ha logrado ver activación de taquillas del Sapie, Sencamer, así como de registros sanitarios, lo que permitirá el ingreso de mercancías desde Colombia de forma legal.

Contreras tiene confianza en que Tienditas será el puente que devolverá la conectividad entre ambos países y en la que en otrora fue considerada la frontera más activa de América Latina.

“Son grandes los retos, sobre todo en el tema de infraestructura, carreteras, aeropuertos”.

Coincide Contreras con Casanova con el tema de los vehículos y cómo va a lidiar Colombia con los carros venezolanos, los cuales en su gran mayoría datan de 2012 hacia abajo.

Exportaciones 

El economista indica que Venezuela debe entender que el camino son las exportaciones. Si bien señala que el sector primario se ha dinamizado, hace falta que pase lo mismo con el secundario y terciario, así como el turismo, pero antes deben abordarse temas como los servicios, en especial el suministro eléctrico.

Añade que se debe abordar el tema de la apertura de casas de cambio, de las que nadie habla en la frontera tachirense y que son necesarias.

Asegura que, a su juicio, la gran ganadora de esta apertura es Cúcuta, en especial, los supermercados, ya que el valor de los productos colombianos es 20 % más económico que el producto venezolano.


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