Tiendas vacías y mercancía fría es lo que se ve en los pocos comercios que decidieron abrir en este comienzo del 2018 en el bulevar de la ciudad. Ante la poca actividad, algunas tiendas cambiaron de ramo y otros simplemente evalúan bajar las santamarías.

Barcelona. Finalizada la temporada navideña, los comerciantes de la ciudad de Barcelona, estado Anzoátegui, solo tienen un calificativo para la misma: la peor de la historia.

En un recorrido por los principales puntos comerciales, Crónica.Uno observó el porqué de tal afirmación.

Negocios que hasta hace pocos años lucían atestados de compradores que batallaban por adquirir los últimos estrenos, en diciembre pasado tuvieron un panorama desolador. La mercancía prácticamente se quedó fría.

Aunado a las ventas “a nivel de subsuelo” que afirmaron tener los comerciantes, las fiscalizaciones practicadas por la Superintendencia de los Derechos Económicos (Sundde), jugaron un papel en contra, al punto de señalar que más del 50 % de los negocios visitados, cerrará sus puertas.

Aunque no fue afectada por la orden del organismo de rebajar los precios, la encargada de la tienda de ropa Buenos Aires, no duda en afirmar que para el primer trimestre bajará la santamaría luego de 42 años.

En otra época este negocio estaba repleto de mercancía. Ya no se pueden manejar los costos, cada vez que llamas a los proveedores los precios cambian y una camisa puede costar hasta 500.000 bolívares. Con esta situación quien gasta esa cantidad si tiene que comer, hoy la gente invierte en comida, dijo.

La vorágine económica ha afectado en todos los eslabones de la cadena comercial.

En la misma tienda, la encargada sostuvo que de siete empleados que contrataba para las fechas navideñas, para finales de año solo emplearon uno.

Normalmente, para diciembre, nosotros contratábamos a cinco personas más para que nos ayudaran en las ventas, pero ahora como se hace, estos aumentos de sueldo que tienen en promedio mes y medio nos privan de ello, porque no se compagina lo que se paga en empleados, impuestos y servicios, con lo que se vende, apuntó.

El encargado de la tienda de electrodomésticos El Capitán, también de Barcelona, sostuvo que para él, diciembre fue un mes tan “normal” como el resto de los vividos en 2017.

Aquí no hubo ambiente de Navidad, las ventas para mí estuvieron malas, no solo para mí sino para todos los negocios del bulevar. Para esta fecha solo contraté una persona para que me acompañara aquí porque no da para más. Los precios son de otro planeta, una cocina en 5 millones, cómo se paga eso, relató.

Cambio de ramo

Wael Raad es presidente de la Cámara de Comerciantes de Barcelona y hasta él sufrió los estragos de la economía.

Durante más de 10 años, su tienda de ropa fue una de las más populares en el paseo capitalino. Hoy en sus vitrinas ya no se exhiben jeans y camisas de última moda, ahora los protagonistas son los paquetes de arroz, harina de trigo y pasta.

Me vi forzado a realizar el cambio de ramo porque simplemente ya la venta de ropa no generaba los ingresos de otrora. Cómo tú le pagas a un empleado cuando no tienes la entrada para garantizar eso, el Gobierno no entiende o no quiere entender que esto no solo implica el pago de empleados, esto también implica el pago de las patentes, impuestos estatales, nacionales, municipales y beneficios del trabajador, y esos pagos tienen que salir de los costos de la mercancía, con cada nuevo aumento el mundo se nos reduce, expresó.

Pese al cambió de ramo, Raad confía en que en este país se puede seguir adelante y que Gobierno y empresa privada pueden trabajar de la mano.

En Barcelona tenemos un ejemplo de cómo se puede trabajar unidos, gobierno municipal y comerciantes logramos hacer mejoras en el bulevar de Barcelona, se logró la instalación del sistema de cámaras de seguridad. Sí se puede trabajar, si nos vuelven a llamar para plantear nuestra posición con todo gusto acudiremos, pero debemos tener un compromiso firme de realizar las cosas, porque si no, los comercios pequeños estamos destinados a desaparecer, agregó.

Sonia Martínez, es una trabajadora de un organismo público y afirma que antes del 24 de diciembre la Sundde fiscalizó varios negocios, pero al final las rebajas que hicieron no fueron tales porque la mercancía estaba igual de cara.

Esas fiscalizaciones no ayudaron en nada, si un zapato costaba 800.000 bolívares los dejaron en 500.000 bolívares y quien tiene esa cantidad en una cuenta hoy en día, pero ahora en enero esos zapatos ya no cuestan ni los 800.000 ni los 500.000 bolívares, ahora valen un millón 400, o sea, aumentaron casi el doble, esto es un descontrol total, dijo.

Con el actual panorama económico, los comerciantes aseguraron que seguirán realizando los ajustes sobre la marcha “a ver hasta dónde podemos trabajar”.

Foto: José Camacho.


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