Bomberos del estado Sucre cumplen su labor titánica en medio de precariedades

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Los bomberos universitarios se quedaron sin sede propia. Los funcionarios de Araya cocinan su comida en una parrilla de leña mientras que los de Cumaná se subvencionan con la autogestión. Pero todos viven su día a día con abnegación, porque ser bombero fue su elección voluntaria.

Cumaná. Alejados del glamour de los escenarios y de los actores de la serie televisiva Chicago Fire, hay unos hombres y mujeres que destacan por su labor titánica cuyo servicio sobresale por las respuestas inmediatas y de atención el ciudadano. Ellos son los bomberos del estado Sucre.

Este 20 de agosto se celebra el Día Nacional del Bombero, y en el estado Sucre, como en todo el país, los funcionarios reconocen que “están haciendo de tripas, corazón” para cumplir con sus funciones y prestar el servicio de emergencia y atención de desastres.

En medio de las calamidades que se han originado por la pandemia, Juana Palma, con 21 años de servicio, afirma: “Ser bombero es, sin duda, una elección voluntaria de total servicio y entrega por el bienestar del otro. Es disciplina y abnegación”.

Se recibió en la profesión en 2000 y hoy se ha ganado el reconocimiento de sus compañeros. Es la segunda comandante de los Bomberos Universitarios de la Universidad de Oriente (UDO).

Además, Palma es licenciada en Administración Comercial, formada en las aulas de la UDO. Para ella, “trabajar en equipo” ha sido lo más gratificante en su trayectoria dentro de las filas de este cuerpo de bomberos universitario.

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Foto: Mónica Salazar

Pero más allá de los bomberos universitarios, Palma destaca igualmente el trabajo con sus pares del municipio Sucre, de los aeronáuticos y marinos.

Ha sido de gran valor porque han podido demostrar que formando equipo es posible encontrar las soluciones a un evento que hay que atender de inmediato”.

Cuando servir apasiona

Pero así como a Juana Palma hoy se le expande el pecho de la emoción que siente al servir a las comunidades, también se le encoge el corazón y llora sin vergüenza, sin poder controlar el pesar cuando habla de la hora menguada que viven los bomberos universitarios. Para ella “este cuerpo de bomberos duele y duele mucho”.

Con ese dolor que aún le agobia, Palma recuerda el momento que más le ha marcado en su desempeño como bombero: cuando le tocó junto con todo su equipo abandonar las instalaciones que ocupaban dentro del núcleo universitario de la UDO en Sucre.

Las causas de que hoy estén sin sede propia obedecen al ataque sistemático y el desvalijamiento del que fue objeto del núcleo de la UDO en Sucre. A ello se le suma también la inseguridad que se vive en el campus universitario. Palma cuenta que le llena de orgullo haber sido de los últimos en abandonar el recinto universitario. Hoy comparten el espacio del cuartel de los bomberos del municipio Sucre, en Cumaná.

Pese a todas las adversidades, subraya que “servir apasiona” y hoy la segunda comandante del cuerpo de bomberos universitarios continúa prestando sus servicios de guardia a través de VEN 911.

La plantilla de cinco mujeres y diez hombres se ha convertido en un bastión en la atención prehospitalaria en las comunidades, con atención los 365 días del año, las 24 horas de día. Para la atención de emergencia apenas mantienen operativa una Unidad 121 Ambulancia; una Unidad 121 Minibomba y una Unidad 001 Comando, con las cuales prestan apoyo a los demás cuerpos de respuesta inmediata.

En Araya trabajan con las uñas

En la Comandancia de Bomberos de la península de Araya, municipio Cruz Salmerón Acosta, siempre están prestos a brindar la atención de emergencia que demandan las comunidades.

Algunos de sus funcionarios se atrevieron a relatar las condiciones en las que tienen que trabajar todos los días. Advierten que están “trabajando con las uñas”.

Ahí laboran en total 48 funcionarios. Cada fin de semana ocho hacen el turno de guardia desde el de mayor antigüedad, con nueve años en el destacamento peninsular, hasta el ingreso más reciente a la nómina, un funcionario que forma parte del equipo desde 2020.

La Comandancia de Araya no es la mejor. Tienen que almacenar agua; el techo está en muy mal estado, y suelen cocinar los alimentos para el personal en una parrilla a leña improvisada en el piso. Desde hace cuatros años (2018) no reciben dotación de uniformes ni equipos, y en medio de la pandemia también les falta material de bioseguridad.

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Los bomberos de Araya cocinan en esta parilla improvisada. Foto: Cortesía

Para asistir a las comunidades solo hay tres unidades de ambulancia y una moto, pero ninguno de los vehículos funciona. El personal de bombero dice que “prenden, pero no tienen cauchos y los que tienen ya no aguantan más y además tienen que reparar los frenos”.

No cuentan con una asignación presupuestaria que les permita atender sus necesidades. Esto ha incidido en la continuación de los programas de formación, a los cuales asisten 25 jóvenes que próximamente integrarán las filas de los bomberos peninsulares.

La plantilla total de los bomberos exige la atención de las autoridades gubernamentales para que den respuestas y soluciones a las necesidades de la institución. Actualmente, están prestando su servicio junto con Protección Civil, otro equipo de respuesta inmediata que se alista para atender las emergencias que surjan en el municipio.

Los bomberos de Araya se suman al reclamo de la comunidad: contar con una lancha ambulancia.

En Cumaná avanzan con autogestión

El Cuerpo de Bomberos del municipio Sucre está próximo a celebrar el 12 de diciembre el 66 aniversario de su fundación.

Francisco Cedeño, que desde agosto del 2018 asumió la conducción de la Comandancia de los Bomberos de Cumaná, indica que su gestión la ha dirigido hacia la recuperación de algunos equipos y unidades del parque automotor, así como a consolidar la autogestión.

Las instalaciones de los cuarteles están lejos de garantizar condiciones idóneas de trabajo. Foto: Cortesía

Cedeño relata que el cuerpo de bomberos de Cumaná es un instituto que, aunque es autónomo, está adscrito a la Alcaldía del Municipio Sucre. Su nómina es cancelada por la Dirección Nacional de Bomberos y su presupuesto para gastos de funcionamiento es asignado por la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) a través de la alcaldía.

Destaca que la autogestión y el manejo de recursos propios les ha permitido atender gastos menores y reparaciones de urgencia, así como los pagos por concepto de comida para el personal.

Estos recursos son captados a través de los servicios e inspecciones a locales comerciales, servicios no emergentes, normativa y requisitos de bomberos para la detección y alarma contra incendio y permiso de operatividad”, acotó.

134 funcionarios forman la plantilla de los bomberos de Cumaná distribuidos en tres cuarteles ubicados en la avenida Rotaria, avenida Panamericana y avenida María Rodríguez; comandos donde laboran en una rutina de 24 horas por 72 horas (trabajan un día completo las 24 horas y libran tres días seguidos).

A ese ritmo, desde el novato con apenas tres meses en la institución como el de mayor antigüedad con 32 años de servicio, trabajan los 365 días del año, pero la labor se hace cuesta arriba porque desde 2018 no reciben dotación de implementos que garanticen la prestación del servicio.

El comandante Cedeño recuerda que hace justamente tres años recibieron la última dotación de equipos y herramientas, pero no así uniformes ni botas, y menos asignación de unidades de transporte.

Sin embargo, pese a esta contrariedad, durante su gestión ha procurado mantener los servicios y beneficios sociales como: comedor, medicina, reembolsos, consultas especializadas y servicio funerario, tanto para el personal activo como el jubilado.

A la fecha, el comando de bomberos del municipio Sucre solo cuenta con una ambulancia, una unidad de operaciones y dos motos.

La unidad de suspensión de incendio y otra ambulancia están en reparación, y hace dos semanas quedó fuera de servicio la cisterna”, agrega el comandante Cedeño.

Con este panorama y con solo una ambulancia en funcionamiento a la que apenas le surten 40 litros de gasolina, atienden “estrictas emergencias”, porque el poco suministro de combustible no garantiza la prestación del servicio las 24 horas.

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Los bomberos de Cumaná cuentan con una sola ambulancia en buen estado. Foto: Cortesía

Pese a la poca cantidad de gasolina asignada, semanalmente se realizan aproximadamente entre 70 y 75 servicios de atención de emergencias comunitarias, traslados, desinfección y control de incendios con el apoyo de Protección Civil y otros equipos de respuesta inmediata.


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