El profesor Carlos Machado Allison estima un mayor deterioro del sector y agrega que con “suerte” se pueden generar 10 millones de toneladas de alimentos.
Caracas. Las regulaciones, la falta de insumos y la disminución de incentivos continúan atentando contra el sector agrícola por lo cual el acceso de los ciudadanos a los alimentos se complica más.
En el foro “Seguridad Alimentaria y Nutricional” organizado por la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, el profesor del IESA, Carlos Machado Allison, mostró el deterioro del agro. Detalló que desde 2009 la producción está cayendo, pero el período anterior fue crítico y este también lo será.
Estima que en 2017 la producción fue de 11 millones de toneladas y este año “con suerte” será de 10 millones de toneladas.
Cuando ya la producción está por debajo de 15 millones de toneladas, hay problemas. Hay una caída abrupta, porque hay menos rendimiento”.
Aunque las autoridades aseguran que cuentan con planes de siembra y otorgan incentivos, la realidad es que los agricultores tienen dificultades para adquirir los insumos a lo que se suman las regulaciones, la inseguridad y el control de precios.
Por tal motivo, los ciudadanos tienen limitaciones para acceder a los alimentos. El profesor reveló que en 2006 la producción agrícola por habitante estaba en 880 kilos, en 2017 bajó a 330 kilos.
A Machado Allison lo complementó el también profesor de la Universidad de Los Andes (ULA), Alejandro Gutiérrez, quien comentó que la profundización de los controles y la militarización —mayor participación de oficiales en la política alimentaria— agravó la crisis y agregó que tras la nacionalización de Agroisleña —hoy Agropatria— no hay recuperación de la actividad agrícola. “Lo que hay es inestabilidad”.
Hoy en día la política oficial en materia de alimentos está centrada en los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) y la Gran Misión de Abastecimiento Soberano en la que oficiales controlan la distribución y producción de rubros estratégicos.
Foto: Archivo
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