Carlos Enrique Gómez Rodríguez, apodado El Conejo, era quien tenía el control social en Las Tejerías

Las Tejerías

Criado en el barrio Las Veras en Las Tejerías, Gómez Rodríguez nació en el seno de una familia pequeña, cuyos padres se separaron cuando era solo un adolescente. Con estudios secundarios inconclusos, comenzó a delinquir hasta que fue detenido y encarcelado en Tocorón. A partir de 2016, su ascenso criminal lo convirtió en el delincuente más buscado en Venezuela.

Aragua. Carlos Enrique Gómez Rodríguez era el mayor de dos hermanos, de una familia pequeña y establecida en el barrio Las Veras de Las Tejerías,  en el municipio Santos Michelena del estado Aragua. Su hermano menor, antes de irse del país, rompió relaciones con él.

Sus padres, Maritza Rodríguez y Carlos Gómez, se separan cuando su primogénito apenas iniciaba la adolescencia, etapa en la que dio sus primeros pasos en el delito mientras abandonaba sus estudios de cuarto año de bachillerato en el liceo Sergio Medina.

Dos años recluido en la cárcel de Tocorón fueron suficientes para que Carlos Enrique Gómez, saliera graduado en el delito cuando se incorporó a las filas del Tren de Aragua. Para entonces, el control delictivo en la zona lo ostentaba la banda Los Sanguinarios, cuya organización criminal operaba en Las Tejerías desde el año 1996.

Crónica.Uno pudo conversar con varios habitantes del municipio. La mayoría coincide en que el prontuario criminal de El Conejo, se inició cuando en 2016 se rompe aquel acuerdo de paz entre la banda Los Sanguinarios y el Tren de Aragua, y la primera es desmantelada y aniquilada casi en su totalidad, por los cuerpos de seguridad.

Mas no así la incipiente banda liderada por “Los Deportistas”, tal y como eran llamados en el municipio los del grupo de El Conejo.

Carlitos se asocia con el Niño Guerrero y los pocos miembros que sobrevivieron de la banda Los Sanguinarios se le suman. Allí comenzó su poder y el terror en Las Tejerías”, cuenta un residente de la zona.

Conocido por todo el país, es así como la banda de Carlos Enrique Gómez Rodríguez se dedicó a los homicidios, los sobornos y la extorsión, fundamentalmente contra las empresas, comercios e industrias establecidas en la tercera zona industrial per cápita de Venezuela, ubicada en Las Tejerías.

En el año 2019, tras negarse a las extorsiones recurrentes, la planta Producto El Símbolo C. A.; Sucesora de José Puig & Cía y conocida como Galletera Puig, fue objeto de ataques armados y de una explosión que originó un incendio. Otros crímenes fueron cometidos por esta banda, incluyendo homicidios, como el asesinato  de los oficiales de la FAN, Jackson Greyber Romero Macías, capitán de la Aviación, y Ranmary Maryerlin Ramírez Ramírez, primer teniente del Ejército Nacional, emboscados mientras intentaban comprar un vehículo en la zona.

Las vacunas –cuenta un residente de Las Tejerías– también se las cobraban a los pequeños comerciantes. Y nadie podía negarse.

Control social 

Tras la muerte de Carlos Enrique Gómez Rodríguez, se han desvelado algunas de sus actuaciones delictivas con las que se hizo del control social en el municipio.

Cada consejo comunal –explican algunos residentes– estaba obligado a entregarle un porcentaje de las cajas del CLAP y él sabía cuántas cajas le correspondía a cada comunidad.

La distribución de agua potable a través de cisternas también estaba controlada por El Conejo.

“Tenía el control del pozo en Empacadoras. La cisterna que llenaba, tenía que darle uno o dos viajes para las comunidades que él decidía”.

El control social ejercido por Gómez Rodríguez se extendió hasta dirimir conflictos personales y matrimoniales entre sus pobladores.

“En diciembre del 2022, les ordenó a los consejos comunales colocar luces y arbolitos en cada comunidad. Él estaba por encima de la policía, les decía donde sí y donde no podían entrar”. ¿Cómo se explica tanto poder?”, se pregunta un dirigente local cuya identidad se reserva por seguridad.

 Vínculos políticos

La detención del alcalde de Santos Michelena por el partido PSUV, Pedro Hernández, abrió una caja de pandora sobre sus presuntos vínculos con el delincuente más buscado en Venezuela.

Hasta ahora, el gobierno de Maduro no ha detallado cómo se ejecutaban esos lazos ni cuáles eran específicamente.

“Eso era un secreto a voces”, señalan habitantes de Las Tejerías, al referirse a esa supuesta y perversa relación.

Durante las elecciones municipales del 2021, el padre de El Conejo, Carlos Gómez, también resultó reelecto como concejal por el PSUV y el Gran Polo Patriótico.

En esa contienda electoral, la oposición fue acorralada por la banda delictiva. Ninguno de los candidatos distintos al del PSUV podía hacer proselitismo en las comunidades y la mayoría de los aspirantes a un cargo de elección popular local recibió amenazas de muerte.

De ello supo el Consejo Nacional Electoral y hasta la comisión de veedores europeos que visitaron Aragua durante el proceso.

“Fue el Conejo quien incidió en los resultados de las últimas elecciones. Algunos candidatos fueron secuestrados, amenazados a punta de fusiles y se les prohibió hacer campaña. De esa manera le aplanaban el camino a Pedro Hernández, quien con apenas 40 % de los votos del partido, tuvo que luchar para que la dirección nacional del PSUV lo reconociera como candidato”, confirman algunos dirigentes regionales de la oposición y un exmiembro del chavismo en Aragua.

“El Conejo” también incursionó en la filantropía. Y lo hizo a través de la fundación que irónicamente lleva el mismo nombre de la ONG creada por la cantante colombiana Shakira: “Pies Descalzos”.

Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Nicolás Maduro, lo confirmó en marzo del 2022, cuando anunciaba la detención de María Inés Reyes Silva, pareja de Carlos Enrique Gómez.

 Las instalaciones de la supuesta organización servían para acopiar armas, droga, distribuían dinero en Las Tejerías”, señaló Rodríguez.

“También realizaban actividades recreativas con niños y adolescentes, hacían fiestas con minitecas, traían músicos y repartían arepas en las comunidades”, comentan en el pueblo,  sobre un hecho público y notorio, pero del que nadie dijo nada. O no podían.

A Carlos Enrique Gómez Rodríguez le atribuyen mucha osadía.

El ejercía un gobierno paralelo –señala el dirigente– al punto de retar al alcalde cuando este desatendía al municipio. “Pedro es solo un parapeto”, solían decir en las comunidades al referirse al alcalde.

Libres

Así dicen sentirse los habitantes de Las Tejerías, tras conocerse la noticia del asesinato de Carlos Enrique Gómez Rodríguez. No solo de un mal gobierno local, sino de quien ostentó el poder en el municipio por muchos años, a través del terror.

“Si con lo de Pedro había felicidad, con esta muerte nos liberamos”, dicen algunos habitantes, aunque con un poco de remordimiento, pues muchos de ellos aseguran haber conocido a ese muchacho pobre y humilde, con solo unos treinta años encima, criado por un padrastro militar, víctima del sistema, pero que “le vendió el alma al diablo”.


Participa en la conversación