En la antigua sede del consulado de Colombia en San Cristóbal solo queda la marca que dejó el escudo de ese país, bajado tras el rompimiento de relaciones diplomáticas. Por su parte, en Cúcuta, en el inmueble donde funcionaba la sede consular de Venezuela aún permanecen los vehículos oficiales custodiados por la policía de esa ciudad.
San Cristóbal. Vivir en una ciudad fronteriza en la que además había dos consulados de su país podría haberse considerado una ventaja para los colombianos. Pero luego de que el mandatario Nicolás Maduro rompiera relaciones con el gobierno del expresidente Iván Duque y echara a los funcionarios diplomáticos en 2019, esas ventajas desaparecieron.
El estado Táchira contaba con dos sedes consulares de Colombia. La primera ubicada en Barrio Obrero, en la carrera 11 entre calles 18 y 19, y la segunda, en la plaza de las banderas, a pocos metros de la aduana de San Antonio del Táchira, llegando al puente internacional Simón Bolívar.
Luego de años de confrontación, la llegada recíproca de embajadores a ambas naciones para reconstruir lazos despertó la ilusión en los colombianos que viven en el país, una población que supera los cuatro millones, según el nuevo jefe de la misión diplomática de Colombia para Venezuela, Armando Benedetti, dijo Efe.
Jazmín Suárez, quien tiene nacionalidad colombiana y venezolana, tuvo que viajar a Pamplona para poder tramitar su cédula de ciudadanía colombiana, debido a que cuando iba a iniciar el trámite cerraron los consulados.
Pamplona está a dos horas de Cúcuta. Más o menos gasté unos 100.000 pesos (23 dólares) entre los pasajes desde San Cristóbal a Cúcuta y hasta Pamplona. Eso se hace en un solo día, pero hay que madrugar. Al mes y cinco días tuve que volver y me dieron mi cédula”.
Suárez va a esperar a que reabran el consulado en Táchira para solicitar su pasaporte colombiano, que vale 170.000 pesos (unos 42 dólares), que, comparado con los $200 que le costaría el venezolano, resulta más barato y rápido de obtener.
Solución a medias
Luego de que Maduro rompió relaciones con el vecino país, el gobierno del expresidente Duque abrió puntos consulares en la frontera para atender a sus connacionales. En estos se pueden solicitar registros civiles (posteriores a 2013), fe de vida y recuperación de nacionalidad, así como entrega de documentos tramitados en los consulados de Colombia en Venezuela.
Sin embargo, trámites como el de Jazmín Suárez no pueden hacerse en los Puntos de Atención en la Frontera (en el Centro Nacional Fronterizo o Cenaf). Para cualquier gestión relacionada con cédulas o actas de nacimiento hay que acudir a las sedes de la Registraduría colombiana, como hizo ella.
Hasta ahora los colombianos que viven en el estado fronterizo no tienen más información que la que ha ofrecido el embajador de su país, Armando Benedetti, quien manifestó su compromiso con los colombianos que residen en Venezuela —que, aseguró, fueron “abandonados”— y apuntó que se reabrirán “gradualmente” los consulados de Colombia en Caracas, San Cristóbal (Táchira) y Maracaibo (Zulia).
Restablecer relaciones con Venezuela es revisar la infraestructura de puentes y vías; encontrar locales para consulados; transporte de carga y pasajeros; reactivar el comercio; infraestructura de salud y educativa; reapertura de pasos existentes y nuevos pasos. ¡Empezar de cero!
— Armando Benedetti (@AABenedetti) September 9, 2022
Hasta este viernes 9 de septiembre los locales en los que funcionaban los consulados en Táchira permanecen cerrados. En la fachada de lo que era la representación diplomática en San Cristóbal puede verse la sombra o marca que dejó el escudo de ese país al ser quitado del lugar.
Un trámite costoso
Para los colombianos que no viven en Táchira, hacer trámites en los puntos fronterizos eleva de forma considerable los costos.
Quien vive en Caracas o Valencia, por ejemplo, debe disponer de por lo menos 200 dólares adicionales al costo del trámite, para el traslado (por tierra) hasta el Puente Internacional Simón Bolívar, en el sector La Parada, en Villa del Rosario, donde se ubica uno de los cuatro puntos fronterizos.
A ese monto de traslado debe sumarse estadía y alimentación, pues los trámites suelen tardar más de un día.
Además del encarecimiento de los trámites, el cierre de las sedes consulares afectó la cantidad de personas que participaron en las recientes elecciones presidenciales del vecino país, pues de un total de 195.000 empadronados se calcula que solo 3000 pudieron votar.
Situación recíproca para los venezolanos
Los venezolanos en Colombia también padecen el rompimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones, y en Cúcuta esperan que el consulado más cercano al territorio nacional abra sus puertas, pues el país dejó a sus connacionales sin opciones para hacer trámites.
En la capital del Norte de Santander, específicamente en la avenida 7, vía hacia el Aeropuerto Internacional Camilo Daza, sector Corral de Piedra, en la zona industrial de Cúcuta, se ubicaba el consulado venezolano. Allí están todavía, custodiados por la Policía Metropolitana de Cúcuta, los vehículos de la delegación consular.
Uno de los uniformados informó al ser consultado acerca de la apertura de la sede que una vez a la semana va una persona del área de limpieza que se encarga de hacer el aseo y de la jardinería.
El oficial de la policía dijo que alrededor de 15 venezolanos acuden cada día a preguntar acerca de una posible fecha de apertura.
El venezolano Wilmer Arturo Castro vive en Cúcuta con su esposa, que tiene ambas nacionalidades. Él no ha podido renovar el pasaporte. Explica que no regresa a Venezuela a hacer el trámite porque, además de que es costoso, no tiene garantía de que se lo entreguen oportunamente. La esposa de Castro también espera la apertura de la oficina para renovar su cédula venezolana.
De acuerdo con declaraciones del representante diplomático del gobierno de Maduro en el vecino país, no todas las sedes consulares de Venezuela corrieron la misma suerte que la de Cúcuta. El inmueble donde funcionaba el consulado de Bogotá fue vandalizado, según denunció el gobierno venezolano.
Félix Plasencia, embajador de Caracas en Bogotá, aseguró que una de las primeras tareas que tendrá en el cargo será reconstruir las sedes diplomáticas abandonadas.
“Vamos a rescatar los espacios. Lamentablemente, algunos fueron vandalizados. Los vamos a rescatar. Ese es el trabajo, ese es el deber y aquí estoy para hacerlo”, dijo, según reseñó Últimas Noticias.
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