No respetan el distanciamiento social porque la falta de combustible ha llevado a que solo esté operativo 15 % de las unidades. Hay conductores que han decidido vender los autobuses para poder subsistir. El Sindicato Único de Transporte de Carabobo pide un plan especial de atención para cargar combustible y así poder atender a la población y cumplir con medidas de bioseguridad.

Valencia. La escasez de combustible va a la par con la pandemia. Los carabobeños se ven sometidos cada vez más a pasar semanas en cola para abastecerse de carburante. El transporte público no escapa de esa realidad. Ante la falta de unidades, los conductores no pueden cumplir con las normas de seguridad, como lo es el distanciamiento social.

Las paradas se ven abarrotadas este 25 de septiembre. Las unidades van repletas de pasajeros. Daniel Briceño, tiene 18 años de edad, lleva un año y medio trabajando como colector. El joven no porta tapabocas ni guantes, trabaja porque en sus hombros lleva la carga de una esposa y un hijo.

A Daniel López poco le preocupa contagiarse de COVID-19. Cubre la ruta Plaza de Toros (sur de Valencia)-Puente Bárbula (norte del municipio Naguanagua). Pone a prueba sus pulmones y juventud al gritar: “Todos caben, arrímense, hay espacio”. Los ciudadanos poco se preocupan por la pandemia, todos portan tapabocas, pero no lo usan de forma correcta.

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Los usuarios abarrotan las paradas debido a la falta de transporte público. Foto: Leomara Cárdenas

De acuerdo con la secretaria del Sindicato Único de Transporte del estado Carabobo, Maleni Campos, han fallecido cinco conductores por coronavirus. Cubrían la ruta de la Gran Valencia, conectando la capital carabobeña con los municipios San Diego, Libertador, Los Guayos y Naguanagua.

Campos aseguró que solo permanece activo 15 % de la flota de transporte público. Indicó que hay líneas de transporte que no trabajan desde hace un mes, y varios conductores han optado por vender sus unidades a gasolina para poder sobrevivir en medio de la crisis económica que atraviesa Venezuela.

Algunos han vendido los autobuses hasta por partes para poder comer”, recalcó.

A los transportista en Carabobo no se les da un trato preferencial, deben pasar hasta tres días en cola para abastecerse de gasolina. Y las unidades a gasoil también están colapsando porque el diésel está escaso. Se conoció que solo 70 litros de combustible les despachan, lo que alcanza para hacer dos viajes dentro del área metropolitana.

Ante esto los transportistas piden a las autoridades regionales que apliquen un plan especial de atención para el sector, para así contribuir a la no propagación de la pandemia, porque al haber más unidades en la calle pueden cumplir con las normas de bioseguridad. Campos pidió a los conductores que utilicen tapabocas, y exijan su uso a los pasajeros.

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Recomiendan que conductores pidan a los usuarios que usen correctamente el tapabocas. Foto: Leomara Cárdenas

Sofia Álvarez, reside en Naguanagua, tiene 20 años de edad y trabaja en una tienda de electrodomésticos, en la avenida Bolívar Norte de Valencia. Todos los días debe usar el transporte público. Aseguró que durante la semana de flexibilización se hace más difícil subir a un autobús. porque las colas en las paradas son largas.

La joven portaba solo tapabocas. En la cola tampoco se respetaba el metro de distancia. A Sofía no le preocupaba tener tan cerca a las personas, su objetivo era subir a una unidad de transporte porque iba tarde a su puesto de trabajo. Subió en una unidad que iba repleta de personas y le tocó lugar casi en la puerta. Solo dijo que cuando llegara a su destino se lavaría las manos.

De acuerdo con el conteo que lleva adelante la administración de Nicolás Maduro, en Carabobo se registran 1587 casos de COVID-19 hasta el 24 de septiembre.


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