Dirigentes de la MUD en las parroquias Sucre, 23 de Enero y Macarao creen que las conversaciones deben servir para hacer el referendo en 2016.
Caracas. Dirigentes comunitarios de las parroquias del oeste de Caracas consideran que, aunque el diálogo entre el Gobierno y la oposición puede arrojar resultados positivos, este no debe dejar de lado la lucha por el referendo revocatorio. “Si se van a sentar, la primera condición tiene que ser que el revocatorio se haga este año”, indicó la dirigente de Un Nuevo Tiempo (UNT) en la parroquia Macarao, Carmen Camacaro.
La polémica sobre supuestas negociaciones volvió a tomar forma este martes cuando el integrante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Jorge Rodríguez, reveló que hubo dos encuentros entre Gobierno y oposición. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), a través de un comunicado, confirmó las reuniones, a las que calificó como exploratorias y aseveró que estas tienen como objetivo acelerar “la implementación de la única salida constitucional, pacífica y democrática a la crisis del país como lo es el revocatorio en 2016”.
El dirigente de Primero Justicia (PJ) en la parroquia 23 de Enero, Julio César Díaz, considera que el diálogo será un instrumento para que haya una salida pacífica a la crisis y le da su voto de confianza a las gestiones que realiza la Unidad: “No es cuestión de negociar el revocatorio en una mesa. Es algo que ya decidió la población y que está en la Constitución, es un derecho”.
Arturo Rodríguez, integrante de Voluntad Popular (VP) en Catia, señaló que si bien el diálogo “nunca está de más”, el revocatorio no debe ser punto de negociación en las conversaciones con Miraflores: “El mejor diálogo que puede existir es el revocatorio, con este se soluciona todo”.
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Los dirigentes de las zonas populares tienen distintas perspectivas sobre la utilidad de las conversaciones. Díaz y Camacaro estiman que este es positivo, considerando la conflictividad política y social que ha caracterizado al país desde que Hugo Chávez llegó al poder: “Tiene que haber diálogo, este universo es muy grande y tenemos que hablar, aunque haya un lado radical de la oposición que diga que no”.
Rodríguez, en cambio, señala que la MUD debe apostar por la presión al Gobierno y al Consejo Nacional Electoral (CNE) para que la consulta contra Maduro se haga este año. “Tenemos que hacer lo necesario para que se dé este año con protestas más contundentes”.
El dirigente del 23 de Enero también apostó a las conversaciones: “El diálogo ha resuelto mucho conflictos en el mundo, el más reciente fue en Cuba que permitió una apertura donde estuvieron varios factores que convocaron a dialogar y llegaron acuerdos”.
El secretario ejecutivo de la Unidad, Jesús “Chúo” Torrealba, mostró su complacencia por la disposición del Vaticano a trabajar como mediador en los encuentros. “Echa un balde de agua fría a quienes, desde los extremos, tratan de dinamitar toda posibilidad de diálogo”, sostuvo.
Posición distinta fue la del gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, quien señaló que Maduro y su cúpula apuestan a un “falso diálogo” con el fin de limpiar su imagen a nivel internacional. “La mayoría de los venezolanos no cree en el diálogo de Maduro. El Papa Francisco espera por una invitación formal y el Gobierno nunca lo ha hecho. Ahora viene el tema del diálogo por la Cumbre —de Países No Alineados— y ese llamado es una farsa. El diálogo que quiere el pueblo venezolano es el revocatorio. Si existiera un milímetro de negociación que fuera turbia de espaldas a los derechos de los venezolanos, el primero que lo dirá soy yo”, expresó.
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Este miércoles, una comisión de la MUD acudió a la sede del CNE para hacer una serie de exigencias para la fase del 20 % del revocatorio. Entre ellas está el despliegue de 19.500 máquinas electorales en 6.500 centros de votación durante los tres días que dura el paso del 20 %, en el que la alianza partidista debe logar el apoyo de casi 4 millones de electores a la consulta.
El vocero de la MUD, Juan Carlos Caldera, denunció la intención de algunos de los rectores de poner pocas máquinas para obstaculizar la participación ciudadana y de establecer que la oposición debe recoger el mínimo del 20 % en cada una de las 24 entidades del país. “Estamos hablando de millones de personas en la calle. Estamos hablando de seis u ocho veces la cantidad de gente que salió el 1 de septiembre. Tienen que tener mucho cuidado de someter al pueblo a las mismas condiciones del 1 %”.
Foto: Miguel González
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