Cuestionan que gandolas sin frenos no usen rampa de frenado de la autopista Caracas-La Guaira

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A raíz del accidente vial de este 31 de agosto en la avenida Soublette, en el que hubo 5 muertos y 9 heridos, habitantes del Litoral Central volvieron a criticar que gandoleros cuyos vehículos pierden los frenos continúen la marcha sin optar por la rampa de frenado.

La Guaira. Los vecinos de los seis bloques de la urbanización 10 de Marzo en Maiquetía ya no encuentran cómo hacer llegar el mensaje a las autoridades y gremios de transporte de carga pesada. Y todo se resume en una interrogante: ¿por qué un conductor de una gandola sin frenos prefiere seguir el camino y no buscar la rampa de frenado del final de la autopista Caracas-La Guaira para salvar su vida?

El accidente de este jueves 31 de agosto encendió otra vez el faro de las preocupaciones. “Lamentablemente, mientras sigan así no será el último accidente en la zona”, comentó Luis Bernardo Monroy, habitante del “bloque morocho” (4 y 5 en la numeración oficial).

La historia se volverá a repetir, porque las autoridades y los políticos siempre hablan paja y no solucionan nada. Aquí hay que activar la rampa de frenado de la autopista. Esto es una guillotina, agregó Monroy.

Monroy, docente de profesión, conocía a dos de las personas que murieron en el accidente: Humbert Pérez, de 57 años de edad, y Wilmer Duarte, de 49 años, ambos también residentes de la populosa urbanización construida durante el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez.

También perdieron la vida Romel Varela, de 31 años de edad, y Lizandro Terán, empleados del servicio de recolección de basura de la Alcaldía del Municipio Vargas, además del conductor de la gandola, de 68 años, y cuya identidad no ha sido revelada por las autoridades.

La colisión de la gandola contra siete vehículos (entre ellos el camión de basura) ocasionó lesiones a otras nueve personas, que recibieron atención médica en el hospital Periférico de Pariata, en el Centro de Diagnóstico Integral en Maiquetía y en una clínica en Catia La Mar.

El horror del recuerdo

“Digan lo que digan fue horrible lo que pasó y nadie quiere asumir por qué no se usa la rampa de frenado”, insistió Maribel Guzmán, peluquera que trabaja a domicilio en el bloque uno.

El presidente de la Fundación Cátedra Flotante de Venezuela, Ignacio Laya, escribió en su cuenta de Instagram que “puedo tener en mi mano o debajo de la camisa el crucifijo más grande, pero los ingenieros, en cambio, tienen la experiencia para encontrar soluciones a esa pronunciada inclinación que va más allá de los 17 kilómetros de la autopista”.

Los antecedentes más cercanos al siniestro se remiten al 18 de agosto de 2022, cuando un transporte de carga que venía sin frenos colisionó contra un camión y otros tres carros, lo que provocó heridas a cinco personas.

Seis días después, hubo otro episodio similar, pero esta vez el conductor venía solo en una unidad del Metrobus y terminó estrellándose contra un árbol y la pasarela que comunica a la urbanización 10 de marzo con el polideportivo José María Vargas.

En aquella oportunidad, la Gobernación de La Guaira colocó “ojos de gato”, reductores de velocidad y nuevas señalizaciones para impedir choques en el sitio.

No obstante, el principal problema es que desde el segundo túnel de la autopista, en sentido hacia La Guaira, hay una pendiente vial que supera los 600 metros y si un chofer no cuenta con los frenos de su automóvil, la tarea de detener la marcha puede ser complicada.

En esos 600 metros, el único resquicio plano está en el puente del distribuidor El Trébol, que apenas alcanza los 10 metros de longitud. En ese trayecto, antes del puente, se encuentra la aludida rampa de frenado, que no recibe mantenimiento preventivo desde 2017.

Crónica.Uno publicó un reportaje el 7 de septiembre de 2022, en el que voceros del transporte de carga pesada aseguraron que la rampa no garantiza el espacio de prevención de accidentes.

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El mantenimiento de la rampa de frenado siempre ha estado en entredicho (Foto archivo Diario La Verdad)

Se hizo referencia al terreno duro, lleno de rocas, maleza y arbustos, así como a la opinión de Emigdio Palumbo, presidente de la Cámara de Transporte Pesado de Vargas, quien criticó que el acceso a la rampa es obstruido por la montaña contigua, que dificulta “la visual de los gandoleros”.

Reconocimiento de lo obvio

Luego del accidente de hace 48 horas, el gobernador de La Guaira, José Alejandro Terán, reconoció como “muy pronunciada” la pendiente de 600 metros que se extiende entre el último túnel y el semáforo de la calle nueva, próxima a las residencias de 10 de marzo.

Dijo que ejercerán controles a los camioneros que usan la autopista, que incluyen la revisión de los frenos de las unidades. Igualmente, anunció que evalúa con el gobierno nacional la construcción de un elevado en la zona para aminorar el riesgo de los conductores.


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