Con la confirmación de un brote de fiebre amarilla en los estados Monagas y Anzoátegui, representantes del sector salud instan a las autoridades sanitarias a reforzar las campañas de vacunación contra la enfermedad, además de emprender campañas de fumigación y desmalezamiento en zonas susceptibles a la propagación del virus.

Regiones. La reaparición de brotes de fiebre amarilla en los estados Monagas y Anzoátegui ha encendido las alarmas de las autoridades sanitarias en estos estados. Representantes del gremio médico instan a las autoridades estadales de salud a reforzar las jornadas de vacunación, además de emprender campañas de fumigación y desmalezamiento, sobre todo en zonas donde es susceptible la transmisión de la misma.

La fiebre amarilla permanecía focalizada en zonas específicas de Monagas, sobre todo en comunidades rurales y con un mínimo número de pacientes infectados. Las frecuentes jornadas de vacunación permitían que la enfermedad no se propagara y causara alarma en la población. 

El pasado sábado 2 de octubre, la organización Médicos Unidos de Venezuela (MUV) reportó a través de su cuenta en Twitter (@MedicosUnidosVe) que al sur de la entidad se han detectado siete casos de fiebre amarilla.

″Se confirma epizootia de fiebre amarilla en Venezuela. Se han registrado: 11 epizootias confirmadas de primates no humanos (monos araguatos) siete en Monagas y tres en Anzoátegui confirmadas por el laboratorio PCR″, reza parte de tweet de la organización.

Las comunidades monaguenses en donde se registra la enfermedad vectorial según la ONG son: Carapal del Tigre, donde se confirmó en una persona y dos monos; y El Merey de Amanda, donde se diagnosticó el virus en seis personas y dos monos. 

Según una nota del medio español El País de noviembre de 2019, desde 1997 hasta esa fecha se habían confirmado 71 casos autóctonos de la enfermedad. 

Los mayores brotes ocurrieron entre 1998 y 1999 con 15 casos y cuatro decesos, entre ellos, el de un turista estadounidense que visitó Canaima y finalmente fue diagnosticado en California. Luego, entre 2002 y 2005, se extendió por siete estados en los que se confirmaron 55 casos; de los cuales 27 fueron mortales. 

Los contagiados con fiebre amarilla solo reciben tratamiento para aliviar los síntomas, pues esta enfermedad no tiene cura hasta la fecha. Se propaga entre humanos y animales y puede agravarse como infección aguda.

Manuel Velásquez, representante de Médicos Unidos en Monagas, aclaró que el reciente brote de la enfermedad obedece a las fallas en el sistema de inmunización en zonas rurales

″Se trata de la reparación de una enfermedad que tiene una vacuna con 10 años de efectividad. Anualmente deben realizarse jornadas de vacunación pero hay muchas fallas en el sistema. Esto puede deberse al déficit de personal de salud público o también a la falta de combustible para trasladarse a estas comunidades″, consideró Velásquez.

Sin estadísticas

Velásquez comentó que desde hace varios años desaparecieron los boletines epidemiológicos del país, por lo que se desconocen cuántos casos se habían registrado antes del reciente brote.

″Anteriormente toda persona que trabajaba en el sector salud, sobre todo en la red de salud pública, estaba obligado a llenar una planilla donde reportaba los casos de denuncia obligatoria que se presentaban en su área de trabajo. Esos reportes semanales desaparecieron y esa es la razón por la que no sabemos qué está ocurriendo en Venezuela desde el punto de vista epidemiológico″, explicó.

En cuanto al tratamiento de la fiebre amarilla, el médico precisó que la escasez de medicamentos en Monagas es habitual, por lo que esta enfermedad no escapa del problema.

Cerco epidemiológico activado

Tras la confirmación del brote, la Gobernación de Monagas activó un cerco epidemiológico en el sur del estado, a la vez que anunciaron que intensificarán las jornadas de vacunación contra esta infección.

Los equipos epidemiológicos se han desplegado en las zonas donde se registró el brote de fiebre amarilla y en las entradas y salidas del estado han instalado alcabalas sanitarias.

El doctor Velásquez recomienda que además de la activación de los cercos se informe a la población sobre los síntomas de la fiebre amarilla y su prevención. También sugiere que las jornadas de vacunación de emergencia no solo se hagan en los sectores afectados, sino también en zonas aledañas.

Sin caer en el caos

Los últimos casos de fiebre amarilla de los que se tengan conocimiento en Anzoátegui datan de 2010, cuando se detectaron tres casos en monos del municipio Freites, al sur del estado.

Víctor Velásquez, presidente del Colegio de Médicos de la entidad, indicó que los recientes casos detectados en humanos en Monagas, no están relacionados directamente con la actividad minera del estado Bolívar por las condiciones de la zona en que fueron diagnosticados: un hábitat natural de monos que son el reservorio natural de la enfermedad. De ahí que afirme que la transmisión se dio localmente.

A diferencia de otras enfermedades, Velásquez destacó que la fiebre amarilla es como un dengue, con la salvedad que para la misma existe una vacuna desde hace más de 50 años en el país, que al contrario de lo que se pensaba, una sola dosis crea inmunidad para toda la vida. 

Comentó que los pacientes de mayor cuidado son aquellos en los que la fiebre reaparece luego de cuatro días.

Esta enfermedad desaparece a los cuatro días de manifestarse. Puede ser con dolor en los huesos, fiebre, etc. El cuidado está en que si después de los cuatro días la persona que sufrió la enfermedad presenta nuevamente fiebre, ahí podrían comenzar las complicaciones por fallas orgánicas y otras patologías. Lamentablemente el 50 % de estos casos terminan en decesos″, explicó Velásquez.

Para el exdirector de Salud Pública, aunque el brote fue en la zona sur, las autoridades sanitarias de la entidad, no solo deberían reforzar las campañas de vacunación, que afirma no se han detenido en el estado, sino además iniciar labores de fumigación y desmalezamiento en zonas susceptibles a la proliferación de mosquitos, pues estos son los transmisores de la enfermedad.

A considerar

Según la Organización Mundial de la Salud, los síntomas de la fiebre amarilla son los siguientes:

  1. Fiebre.
  2. cefaleas.
  3. ictericia.
  4. dolores musculares.
  5. náuseas.
  6. vómitos.
  7. cansancio.

Especialistas indicaron que quienes presenten estos síntomas, deben acudir a un médico y no automedicarse.


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