El agua de lluvia se ha convertido en la salvación para habitantes de Maturín ante las fallas del servicio 

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Un sistema de tuberías obsoleto, una planta de tratamiento que no cuenta con suficientes bombas para su correcto funcionamiento y la falta de planes de contingencia hacen de Maturín una ciudad desabastecida en cuanto al servicio de agua. De acuerdo con el Observatorio de Gestión Pública (OGP), 32 % de la población de la capital monaguense depende del bombeo de la planta potabilizadora del Bajo Guarapiche.

Maturín. La escasez de agua en Maturín, sobre todo en la zona centro de la ciudad, es un problema denunciado frecuentemente por los ciudadanos. 

La intermitencia del servicio debido a las fallas que registra la planta potabilizadora del Bajo Guarapiche dificulta el bombeo de agua por tuberías hacia las parroquias San Simón, Altos de los Godos, Las Cocuizas y Boquerón, las cuales se abastecen del río Guarapiche a través de la planta potabilizadora.

La falta del servicio ha obligado a los habitantes de estas zonas a buscar otras opciones como: la compra de agua a camiones cisternas, caminar hacia tomas de agua cercanas y, la más rudimentaria, esperar a que llueva para llenar recipientes de plástico y poder tener un poco de agua, pues no todos tienen el poder adquisitivo para pagar en divisas o al cambio el costo de llenado de un tanque.

Abastecerse de agua a través de un camión cisterna varía entre cinco y 15 dólares, dependiendo de la cantidad de recipientes a llenar y la capacidad del tanque. Para llenar un tanque de 1000 litros, los cisterneros cobran aproximadamente 10 dólares, así lo han comentado los habitantes de la parroquia Altos de los Godos.

Por aquí tenemos años que no sabemos lo que es agua por regadera. Siempre hemos comprado el agua, cuando se podía, porque ahora cobran por llenar un tamborcito cinco dólares y no todos tenemos para pagar cinco dólares semanales, porque lo que dura un tambor es eso, una semana. Cuando llueve aprovechamos de llenar y usamos esa agua para la poceta o para limpiar”, comenta Oneida Perdomo.

El agua que llega desde la planta del Bajo Guarapiche no siempre está limpia, incluso los habitantes de sectores como Alberto Ravell, Brisas del Orinoco y Casco Central aseguran que el líquido que sale por las tuberías tiene tierra.

Cuando abren la planta el agua que llega a mi casa es charco, se le ve la tierra. Yo he llenado tobos blancos y cuando cae el agua eso se ve marrón, pareciera que no están tratando el agua sino que la están mandando cruda. Debería ser agua potable, pero si tomamos o nos bañamos con esa agua nos puede dar una infección”, afirma Adelaida Benavides.

32 % de la población en Maturín depende de la planta de tratamiento

De acuerdo con el Observatorio de Gestión Pública (OGP), 32 % de la población de Maturín depende de la planta del Bajo Guarapiche. Ese porcentaje agrupa a quienes habitan en las parroquias San Simón, Las Cocuizas, Boquerón y Altos de los Godos, las más pobladas del municipio.

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El abastecimiento de agua es insuficiente en las comunidades de Maturín. Foto: Cortesía

Luis Díaz, coordinador de esta ONG de monitoreo municipal, sostiene que la planta de tratamiento del Bajo Guarapiche no alcanza para cubrir la demanda del casco central de Maturín y las parroquias que lo bordean, por dos razones fundamentales: crecimiento de la población y sistema de tuberías deteriorado por falta de mantenimiento. 

Díaz explica que la red de tuberías para la distribución de agua en Maturín tiene más de 30 años y a la misma no se le ha hecho mantenimiento ni se han sustituido las que ya no sirven.

La mayoría de esas tuberías están corroídas, oxidadas y obstruidas. Eso debe remplazarse como parte de la garantía de un buen servicio”, comenta Díaz.

El coordinador del OGP precisa que el gobierno ha tomado como alternativa la perforación de pozos en los urbanismos, sin embargo, añade que si los pozos perforados y la planta de tratamiento no reciben mantenimiento, Maturín en un largo plazo podría convertirse en una ciudad totalmente desabastecida de agua.

De acuerdo con datos aportados por el OGP, 68 % de la población de Maturín tiene pozos perforados en sus urbanismos, lo que ha logrado de alguna manera subsanar la escasez de agua. Sin embargo, eso no garantiza la totalidad del servicio.

Estos pozos tienen una vida útil, llegará un momento en el que no será suficiente o el pozo dejará de funcionar y tendrán que perforar otro, porque ninguno de esos urbanismos está conectado a la red primaria de agua”, explica.

Solo cinco bombas activas de 16

La presidenta de Aguas de Monagas, Darquis Barreto, reconoció en el programa Conversando con Yelitza que la planta del Bajo Guarapiche tiene fallas de bombeo de agua y solo cinco de las 16 bombas instaladas están funcionando. 

El equipo de Crónica.Uno intentó establecer comunicación con Barreto, pero no fue posible, pues alegan que tiene prohibido dar declaraciones por orden ministerial.


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