El agua en Maracaibo está muy lejos de ser potable, aseguran expertos en el área

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La principal planta de tratamiento del estado Zulia, Alonso de Ojeda, bombea solo 2400 litros de agua por segundo cuando su capacidad es de 7200 litros por segundo debido a la avería de cuatro sedimentadores. Según fuentes consultadas, varios municipios del estado reciben agua cruda, lo que puede generar problemas de salud a largo plazo.

Maracaibo. Desde hace 52 días los municipios Maracaibo, Mara, Jesús Enrique Lossada, San Francisco y algunos sectores de la Costa Oriental del Lago, reciben agua turbia por parte de Hidrolago. Este es un problema recurrente cada vez que entra la temporada de lluvia en la región. 

La deforestación de las cuencas que alimentan a los embalses Manuelote, Tulé y Tres Ríos, alcanza el 70 % explicó a Crónica.Uno el ingeniero Ausberto Quero, presidente de la Comisión de Ambiente del Centro de Ingenieros del estado Zulia, lo que en parte contribuye a la turbidez del agua que se recibe en los hogares.

Las fallas en el suministro de agua en la capital zuliana se agravan con el paso del tiempo, incluso hay comunidades que no reciben el servicio desde hace más de 10 años. Para Quero, la raíz del desabastecimiento es la falta de mantenimiento de los embalses y las plantas potabilizadoras, pero puede ir más allá. 

“El problema de la turbidez no es como lo vende Hidrolago. La causa es que, entre otros aspectos, no hay vigilancia ni control de la Guardia Nacional Bolivariana en las cuencas, por eso el 70 % están deforestadas y ahí comienza el problema. Cuando llueve se produce un arrastre de sedimentos que va a los embalses y de ahí a las plantas de tratamiento con una excesiva turbiedad, lo que influye en el proceso de tratamiento”, dijo Quero. 

En el Zulia existen tres embalses principales: Manuelote y Tulé, que son alimentados por la cuenca de los ríos Cachirí y Socuy, y la represa Tres Ríos, surtida por los afluentes Palmar, Lajas y Caño e’ Pescado. Pero el agua que sale de los embalses debe cumplir con el Decreto 883 (emitido en 1995 por el entonces Ministerio del Ambiente) que habla sobre las normas de clasificación y control de la calidad de los cuerpos de agua, correspondiente en este caso a aguas tipo 1b.

“El agua que pueden ser acondicionada por medio de tratamiento de coagulación, floculación, sedimentación, filtración y cloración, y en particular los parámetros de turbiedad deben ser menores de 250 UNT (Unidades Nefelométricas de Turbiedad), y sólidos disueltos totales menor de 1500 mgs/litro. Desde los embalses Tulé y Tres Ríos el agua está saliendo con valores superiores a los indicados”, explicó Quero. 

Según cifras estimadas por el Centro de Ingenieros del estado, este año, los sólidos disueltos podrían estar alrededor de 3000 miligramos por litros. Mientras que el nivel de turbiedad es de 2500 UNT miligramos por litro. Estas cifras fueron confirmadas por la hidrológica recientemente. 

El ingeniero Cipriano Hernández aclaró que la represa de Tres Ríos se hizo con fines agrícolas; sin embargo, ante la deficiencia en el suministro de agua, el gobierno comenzó a usar esta represa para cumplir con la demanda en el Zulia. 

En vista que el embalse de Tulé y Manuelote tiene las bombas dañadas por las variaciones de voltaje que sufre el Zulia, es imposible bombear agua a Planta C, pero con Tres Ríos no hay mayor problema, por estar en una superficie más alta solo abren una válvula y ya, pero la consecuencia es recibir un agua barrosa”, explicó Hernández.

Según Quero, de las seis bombas que tienen los embalses Manuelote y Tulé solo cuatro están funcionando de manera ineficiente. 

Las válvulas no están totalmente abiertas y eso no garantiza que los 8000 litros por segundo que necesita Maracaibo. Mucha de esa agua se queda en el camino por las fugas y tomas ilegales”, dice Quero.

La recomendación de la Comisión de Ambiente del Centro de Ingenieros de Zulia es activar los planes de repoblación de las cuencas y la vigilancia para evitar la deforestación. 

Planta C, un elefante blanco 

El lunes 21 de junio, el gobernador Omar Prieto informó sobre la instalación de la cuarta línea de bombeo de Tulé, que permitiría suministrar 2800 litros de agua por segundo en la planta Alonso de Ojeda, conocida como Planta C, para iniciar el bombeo hacia nueve parroquias del sur de Maracaibo y algunos sectores de San Francisco.

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Expertos aseguran que Planta C no opera a su máxima capacidad / Foto: Cortesía

Jorge Silva, presidente de la hidrológica zuliana, dijo que para esa misma semana disminuiría la turbidez del agua y que para acelerar su pureza instalarían dos sedimentadores más en Planta C, a fin de lograr distribuir 2400 litros por segundo adicionales. 

La turbidez ha disminuido por condición natural y mecánica de 3000 UNT a 2400. Nuestro proceso en planta está en unos 800 UNT y estamos saliendo con una distribución de 17 a 18 UNT”, explicó Silva.

El presidente de Hidrolago recordó que en mayo se producían 1300 litros y para la fecha están en un promedio de 2500 litros por segundo. 

Cipriano Hernández reveló que en Planta C existe un total de seis sedimentadores, de los cuales cuatro están dañados desde hace más de un año. Teniendo en cuenta que la Planta Alonso de Ojeda tiene una capacidad total de 7200 litros por segundo, “decir que se ha recuperado es una gran mentira”, replicó.

El ingeniero civil dijo que la planta Alonso de Ojeda está en ruinas. Recordó que en agosto de 2012 el gobierno nacional firmó un acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) para la rehabilitación de siete plantas de agua potable en Venezuela, entre ellas, Planta C. 

Hernández recuerda con claridad dos de las cuatro cláusulas del convenio. 

En su cláusula tercera decía que la reparación de la planta debía ser del 100 % y la cuarta estipulaba un período de cuatro años para la culminación del proyecto. Es decir, que en el año 2016 nosotros debimos tener esa planta nueva. Pero en esos cuatro años no se hizo nada, apenas en 2016 se dieron los primeros pasos para hacer las contrataciones y pasaron cuatro años más, porque en 2020 no la terminaron, y aun no la terminan. Esa planta está en el suelo”, sentenció.

Calidad del agua 

El estado Zulia está muy lejos de tener una calidad óptima para la distribución de agua potable. “La cantidad de sedimentos que tenemos en el agua es exorbitante, no tiene control, es como un niño jugando con agua y arena”, soltó Hernández. 

Quero fue más tajante y calificó de negligente las acciones de la hidrológica. “El gobierno se desnuda achacando la culpa a la deforestación, pero no dicen que no hay vigilancia y control. Esto es negligencia, porque no hay control de las zonas protectoras de los embalses donde hay actividad agrícola, agropecuaria, viven personas y hay descargas de aguas servidas hacia los embalses. Todo esto pone en tela de juicio la calidad del agua, eso sin contar que en Planta C no hay mantenimiento de los equipos para los procesos de potabilización”, dijo. 

Un proceso sencillo que no se cumple 

El proceso para la potabilización del agua es sencillo. Según el Colegio de Ingenieros del Zulia, el agua que llega a Planta C se almacena en unos tanques de reposo, ahí unos brazos mecánicos llamados floculadores la mezclan con el sulfato de aluminio para unir las partículas de sedimentos que finalmente se van al fondo, ese es el proceso de decantación. Después el agua pasa por unos filtros que tiene cada sedimentador y una vez filtrada se pasa al proceso de desinfección con cloro, para finalmente ser bombeada a las casas por tubería.

Para Cipriano Hernández el problema radica en la falta de tiempo para este proceso por la cantidad de sedimentadores activos. 

La demanda que tienen es mayor, y el proceso de eliminación de partículas y desinfección lo están acelerando con mayor cantidad de químicos, y por eso llega a los hogares sucia, con olor a cloro. Es la velocidad que aplican para sacar un agua que aún está cruda y muy lejos de ser potable”, sostiene Hernández.

Fernando Morales, profesor de la Universidad Simón Bolívar en Caracas y especialista en tratamiento de agua, explicó que la potabilización tiene dos etapas: clarificación y desinfección.

En la primera etapa se usan como aditivos sulfato de aluminio y cal cuando hace falta. Para establecer las dosis deben realizarse ensayos de jarra en laboratorio por parte de la hidrológica, para determinar las concentraciones de químicos que necesita el agua.

En el caso del Zulia, el experto consideró que la hipótesis que toma mayor fuerza es la falta de tiempo de tratamiento. “Si están bombeando más de lo que pueden tratar los sedimentadores y el agua no tiene tiempo de aclarar, por eso sale turbia”. 

Morales explicó que Venezuela tiene una norma contenida en la Gaceta 36.395 del antiguo Ministerio de Salud y Asistencia Social, citada por el Ingeniero Quero, que contiene las normas para calificar el agua como potable. 

Un agua turbia, no es potable. Es inaceptable que el agua que se distribuya a través de una red sea turbia. Si usted la toma, está ingiriendo todos los sólidos en suspensión que tiene, que pueden ser solo tierra u otra cosa. Por esa razón el agua debe ser absolutamente transparente”, afirma el especialista.

La recomendación del experto es filtrar el agua en casa, ya sea con filtros eléctricos o con una tela de franela. “Tomar agua así no es una buena idea, lo más probable es que no tengan ningún problema de salud inmediato como virus, pero sí puede haber contaminación química por los sólidos y eso podría generar problemas de largo plazo, no es suficiente hervirla.

El Colegio de Ingenieros va más allá. “La recomendación para que los municipios del Zulia tengan una paz hídrica es que el proyecto de la represa El Brillante continúe con su diseño de ingeniería. Es urgente y necesario que ese proyecto, que está engavetado desde hace 20 años, como el RAS (Reutilización de Aguas Servidas), se retome para no tener más padecimientos por agua en el Zulia”.


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